sábado, 18 de julio de 2020

La ciudad de Buenos Aires aprueba el aborto - Alejandro Sosa Laprida


Miles Christi - 17/07/2020


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La Legislatura porteña aprobó ayer la adhesión de la ciudad de Buenos Aires al protocolo nacional para la “interrupción legal del embarazo” (ILE) con 50 votos a favor, 7 en contra y 3 abstenciones, en una sesión que contó con la participación de todos los diputados. De los legisladores de la coalición oficialista Vamos Juntos, solo 7 de 26 votaron en contra. El protocolo ILE, establecido por el ministro de Salud, Ginés González García, en diciembre de 2019, prevé que el aborto es legal si resulta de una violación o si el embarazo implica riesgos para la salud de la mujer.[1]
El apoyo mayoritario del oficialismo a este proyecto del kirchnerismo no debería sorprendernos, puesto que fue Mauricio Macri quien decidió abrir el debate nacional sobre el aborto, en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, en marzo de 2018. Cito sus palabras:
“La educación sexual es una herramienta que empodera a los jóvenes. Los ayuda a tomar decisiones informados. Estamos trabajando con el equipo de Desarrollo Social, Salud y Educación en una iniciativa integral para que, en las escuelas, en los centros de salud y en las comunidades, haya profesionales que acompañen y asesoren a los chicos en Educación Sexual, salud reproductiva y métodos anticonceptivos. Sólo con información van a tener la libertad de elegir qué quieren para su vida. Hace 35 años que se viene postergando un debate muy sensible que como sociedad nos debemos: el aborto. Como más de una vez dije, estoy a favor de la vida. Pero también estoy a favor de los debates maduros y responsables que, como argentinos, tenemos que darnos. Por eso, vemos con agrado que el Congreso incluya este tema en su agenda de este año. Espero que se escuchen todas las voces y se tomen en cuenta todas las posturas”.[2]

Posteriormente, el 18 de julio, luego de la aprobación del aborto por la cámara de diputados, Macri había ratificado su postura:

“Yo abrí el debate porque creo que la Argentina tiene que hacerlo, es un camino hacia el crecimiento de ejercer nuestras libertades con responsabilidad. Creo que estos debates enriquecen y no les tenemos que tener miedo. Pienso que lo importante es valorar lo que estamos logrando. Algo que era tabú, de lo que no se podía hablar, lo estamos debatiendo como corresponde. Estos debates enriquecen y no hay que tenerles miedo. Lo peor es creer que no estamos en condiciones. Los argentinos hemos madurado mucho”.[3]

Y el 9 de agosto, tras el rechazo del Senado, mantuvo su posición, reivindicando con orgullo el haber debatido sobre un tema “tabú”, y asegurando que el debate “va a continuar”, porque:

“los argentinos estamos madurando en libertad, entendiendo lo que significa vivir en democracia. (…) Queremos que estas chicas realmente tengan la posibilidad de elegir, de planificar su vida (…) no queremos que crean que su vía de desarrollo es tener un chico cuando no están en condiciones”.[4]

El ministro de “salud” nos explica en el prólogo que:

“este protocolo deberá ser actualizado cuando los estándares jurídicos, estándares clínicos y el avance del progreso científico reconozcan más derechos e introduzcan nuevas evidencias. Estas modificaciones deberán ser siempre progresivas, dado que mejorar la vida y la salud de las personas requiere de bases científicas cada vez más sólidas y de un reconocimiento de derechos cada vez más integral e inclusivo”.

Resulta difícil de comprender cómo puede pretenderse “mejorar la vida y la salud de las personas” asesinando al niño por nacer, inocente e indefenso, en el seno de su madre. En cuanto a las “bases científicas” a las que hipócritamente apela el ministro, como médico, debería saber que, en la concepción, se inicia una nueva vida, distinta de la de la madre, con un ADN propio. Y en lo que se refiere al “reconocimiento de derechos”, no es posible ignorar que el primero de ellos es, justamente, el derecho a la vida, que es denegado al niño por nacer por los partidarios del aborto.

Veamos cómo debe entenderse la causal de aborto por motivos de “salud”. Cito el protocolo, página 16:

“La salud es un concepto integral que tiene tres dimensiones: física, mental y social, de acuerdo a lo establecido por la OMS. La afectación de la salud mental incluye el dolor psicológico y el sufrimiento mental asociado con la pérdida de la integridad personal y la autoestima. El peligro para la salud debe ser entendido como la posibilidad de afectación de la salud. No requiere la constatación de una enfermedad y, en este sentido, no debe exigirse tampoco que el peligro sea de una intensidad determinada. Bastará con la potencialidad de afectación de la salud para determinar el encuadre como causal de no punibilidad para el aborto. El concepto de peligro no exige la configuración de un daño, sino su posible ocurrencia”.

Con respecto al aborto en caso de violación, el protocolo afirma lo siguiente, en la página 17:

“En los casos de violación, nunca es exigible la denuncia policial o judicial para acceder a una ILE, basta con una declaración jurada de que el embarazo es producto de una violación. En el caso de las niñas (menores de 13 años) la declaración jurada no es necesaria. Si existe una denuncia judicial o policial previa a la solicitud de ILE, puede adjuntarse una copia a la declaración jurada, pero nunca contar con dicha copia es un requisito. En ningún caso la recolección de material genético como evidencia forense puede convertirse en una barrera o generar dilaciones en el acceso a la práctica. La declaración jurada debe ser simple, sin formalidades legales, y no se podrá exigir a la persona que profundice en las circunstancias del hecho o que brinde prueba alguna”.

Huelga decir que esto equivale a la legalización pura y simple del aborto, dado que, de ahora en más, será suficiente alegar un perjuicio de orden psicológico o bien declarar que el embarazo es producto de una violación, sin necesidad de efectuar siquiera la denuncia policial o penal. Con este protocolo, el rechazo del proyecto abortista por el Congreso de la Nación, en agosto de 2018, queda literalmente sin efecto.

Para agravar la situación, la autoridad de los padres sobre sus hijos es completamente ignorada. Cito de la página 20:

“Todas las personas de 16 años o más son consideradas por la legislación argentina como adultas en lo referente al cuidado del propio cuerpo. Por ello, pueden otorgar por sí mismas su consentimiento informado y realizar personalmente y firmar la declaración jurada requerida para la interrupción de un embarazo producto de una violación (en caso de que corresponda) sin que se requiera el asentimiento de sus progenitores o representantes legales. Todas las personas adolescentes de entre 13 y 16 años pueden brindar su consentimiento en forma autónoma si se trata de prácticas que no representen un riesgo grave para su vida o su salud. (…) Sólo en estas últimas situaciones será necesario, además de su consentimiento, el asentimiento de sus progenitores”.

Daría la impresión de que la autorización de los padres sería necesaria, al menos, en el caso de las niñas menores de 13 años, pero ni siquiera en este caso es así. Los invito a comprobarlo, leyendo este pasaje, tomado de la página 21:

“Todas las niñas, es decir menores de 13 años, podrán brindar su consentimiento con el acompañamiento de sus progenitores, representantes legales, personas que ejerzan formal o informalmente roles de cuidado, personas allegadas o referentes afectivos. (…) Si existiera una negativa de progenitores, tutores o encargados de acompañar la decisión de la niña, podrá ser acompañada para brindar su consentimiento por otro/a referente afectivo. Si no existiera esta posibilidad, el conflicto debe resolverse desde el equipo de salud teniendo en cuenta el interés superior de la niña, la regla de no sustitución del consentimiento, y la aptitud de la niña para decidir en base al desarrollo de su autonomía progresiva”.

En definitiva, con este protocolo, a los padres no se les reconoce derecho alguno a oponerse al aborto de sus hijas menores. La patria potestad es completamente conculcada por el tiránico poder estatal. Para poder acceder al aborto, basta con esgrimir la posibilidad de un perjuicio del propio bienestar emocional. Así de simple. Cabe destacar que este hecho aciago tuvo lugar al día siguiente de los festejos oficiales por el décimo aniversario de la aprobación del “matrimonio igualitario”. Por este motivo, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires hizo iluminar los principales monumentos y edificios públicos con los colores de la agrupación LGBT.

El PRO incluso publicó un tweet, jactándose del hecho de que el entonces presidente, Mauricio Macri, hubiese allanado el camino a la sanción de esta “ley”, al negarse a apelar el fallo judicial del 13 de noviembre de 2009, por el cual la jueza Gabriela Seijas había declarado inconstitucionales los artículos 172 y 188 del Código Civil, según los cuales el matrimonio “debe realizarse entre un hombre y una mujer”, permitiendo que los peticionantes, Alex Freyre y José María Di Bello, pudieran casarse en diciembre del mismo año, pocos meses antes de la sanción de la ley por el Congreso[5]:

“En el 10º aniversario de la Ley de Matrimonio Igualitario, recordamos esta decisión pionera de @mauriciomacri que abrió el camino a la igualdad. Celebramos este aniversario y seguimos trabajando para una Argentina más libre y diversa: Tweet de Mauricio Macri @mauriciomacri del 13 nov. 2009: No apelaremos el fallo sobre matrimonio gay. - http://bit.ly/no-apelaremos matrimoniogay”.[6]

En su momento, Macri se había manifestado públicamente en favor de dicha sentencia:

“Siento que esto es un paso adelante, porque acá lo que hay que aprender es a vivir en libertad, sin vulnerar los derechos de los otros. (…) En este caso, es el derecho de la gente a ser feliz, en base a sus propias decisiones. (…) Tenemos que aceptar esta realidad de que el mundo va en esta dirección. (…) Estoy contento que el gobierno no apele. Y espero que sean felices”. [7]

Resumiendo: Tanto el oficialismo como la “oposición” son favorables al abominable crimen del aborto y a la aberración jurídica y moral que representa el “matrimonio igualitario”. Mientras el país se sumerge cada día más en una crisis económica y sanitaria sin precedentes, a causa del confinamiento irracional y totalitario que nos inflige el gobierno desde hace cuatro meses -secundado celosamente por la oposición-, bajo el pretexto de una pandemia imaginaria, nuestros dirigentes, de consuno, celebran insensatamente el “homomonio” y promueven la masacre de los niños inocentes e indefensos en el seno de sus madres, mereciendo que se les aplique con total propiedad el adagio clásico: “Quos vult perdere Deus, dementat prius”.

El Congreso de la Nación iluminado con los colores de la 
“diversidad sexual”






 Nacionalismo Católico San Juan Bautista


1 comentario:

  1. No tienen derecho, la ley no fue aprobada por el senado en el 2018 y el gobierno de la ciudad tiene que estar subordinado al congreso nacional.

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