San Juan Bautista

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domingo, 16 de abril de 2017

Domingo de Pascua (1966) – P. Leonardo Castellani







     Surrexit Christus vere, alleluia, Cristo resucitó realmente, alegría… Mi filosofo favorito Soren Kirkgor, dice que la vida del cristiano tiene que ser sufrimiento; pero por otra parte continuamente él está confesando estados de gozo espiritual; quiere decir que la vida del cristiano transcurre en sufrimiento espiritual (“dichosos los que lloran”) y gozos espirituales (“alegraos en el Señor”) y en sufrimientos carnales llevados con paciencia y en gozos carnales recibidos con agradecimientos – aunque no superapreciados. Todos los goces limpios que tenemos en esta vida proceden en el fondo de la Pasión y la Resurrección de Cristo.


     Los sufrimientos terrenos, las penalidades desta vida ¿pueden ser superados y como aniquilados por la alegría de la Resurrección; de Cristo cumplida, de nosotros esperada? En los santos lo pudo; en mí apenas alcanza a superar las facturas del Estado que me llegan una cada semana con aumentos. Hay que pagarlas con gusto, pobre Estado Argentino. Es decir, el Estado Argentino es hoy una porquería pero hay que amar incluso a los malos…


     Viernes Santo no se podía decir “hoy murió Cristo, alegría”. Pero Cristo una vez resucitado no muere más – dice San Pablo…


     Ya he hablado del milagro central que es la Resurrección de Cristo. – “Esta generación mala y bastarda pide milagros; y no se le dará más milagros que… mi Resurrección”- les dijo Cristo, una vez que estaba enojado.


     Es un hecho histórico; detrás dél existe la mayor suma de evidencia histórica que jamás haya existido; de manera que negarlo es como negar la existencia de Cristóbal Colón o la existencia de Sarmiento. ¿Cómo es que nadie niega eso, y muchos niegan la Resurrección de Cristo? Es que es también un hecho metahistórico, un hecho sobrenatural, un hecho de fe: no fuerza el intelecto, tiene que intervenir la libre voluntad, el salto de la fe: es un misterio de la Fe. Ninguno estuvo más cerca de la evidencia histórica que los Fariseos y Sacerdotes jefes; y no creyeron en Cristo…


     … voy a contestar una preguntita que quedó en el aire el domingo pasado: si Cristo volviera a la tierra ¿lo matarían de nuevo? – Sí, lo matarían si pudieran, pero no de la misma manera.


     Se me figura que primeramente lo cubrirían de ridículo. Dirían: “¿Dónde se ha visto que el fundador del cristianismo venga de nuevo a predicarnos el Cristianismo, a nosotros que somos todos cristianos? En realidad anda falsificando el cristianismo, esa religión tan suave, tan amable, tan benigna, tan consoladora, tan científica, tal como lo expone Teilhard de Chardin (teólogo herético). Viene a gritar ahora que hay que dejarlo todo, que hay que morir al mundo (¡morir, hágase Ud. Cargo!),  que en algunos casos hay que odiar al padre y a la madre, que hay que abandonar mujer, hijos, amigos, posesiones y cátedras en algunos casos ¡y que no hay que ahorrar, como los pájaros del cielo! – ¡lo cual es ir francamente en contra del Gobierno, contra la Caja Nacional de Ahorro Postal! Puede ser que esas expresiones estén en los Evangelios, pero no son para practicarlas: son expresiones exageradas y poéticas (y algunas de bastante mal gusto, como esa de los “eunucos”) del poeta más grande que ha existido en el mundo; lo mismo que todo eso sobre el Demonio y el Infierno, sabemos all right gracias a Telar de Chardón, que esas son metáforas, metonimias e hipérboles… ¡No faltaba más! Está haciendo un desbarajuste con la religión del Estado”.


     Los diarios publicarían sesudos editoriales contra la “nueva” doctrina, sin nombrar al autor esosí; los sabihondos alocados escribirían libros, los libreros tendrían “listas negras” para no vender los libros que la apoyaran, “Tía Vicenta” inventaría doce chistes a la semana a costa suya. También le harían interrogatorios como los Escribas y Fariseos: “Profesor, sabemos que Ud. es justo y veraz, y queremos que nos conteste por Radio la pregunta más importante: Ud. ¿está con Rusia o con los EEUU?” Y al contestar Cristo. “Yo no enseñé la preciosa propiedad privada, ni el capitalismo, ni el quedantismo, ni el conservadurismo, ni el comunismo” – menearían entonces las cabezas y dirían: “¿Ve Ud.? ¡Fuera de la realidad! Está loco”.


     Al fin lo matarían, o a disgustos o de hambre o de tristeza o violentamente. ¿Y no podría Cristo irse a Santiago del Estero, juntar doce discípulos, entrenarlos tres años darles el don de milagros y mandarlos otra vez a conquistar el mundo, como lo conquistaron una vez? Sí, eso está dentro del poder de Cristo; pero está escrito que no lo hará. Volverá al mundo; pero no ya en figura de siervo, sino en figura de Rey. “Christus resurgens ex mortuis iam non moritur”.


     …al fin de la profecía de Daniel está indicado que entre la caída del Anticristo y el Juicio habrá 45 (o 55) días (o bien un corto periodo de X días) para que hagan penitencia los que sucumbieron a la tremenda tentación del Anticristo – si ellos quieren. De modo que si mayoría del mundo caerá en apostasía (como Cristo y san Pablo predijeron) no quiere decir que todo el mundo se condena, Y eso es conforme a la piedad paterna de Dios; porque la tentación del Anticristo habrá sido tremenda.


     De modo que la Resurrección de Cristo está conectada con su Vuelta, es decir, con la Universal Resurrección: tres veces por lo menos en los Oficios de Pascua de Resurrección se hace alusión al Retorno de Cristo. Y San Pablo dice cada vez que comulguemos, recordemos el Retorno de Cristo: “pues cada vez que comáis este pan y bebáis este cáliz, anunciad la muerte del Señor hasta que venga”


     Esta es la gran consolación y alegría del Cristiano. Incluso ante las terribles cosas del mundo moderno, el Cristiano impertérrito las entiende, y sabe superarlas.

“Si fractus illabatur orbis
Impavidum ferient ruinae -
Si el mundo se derrumba,
Sus ruinas lo herirán impávido”




P. Lonardo Castellani – “Domingueras Prédicas. Ed. Jauja. Págs. 117-121





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