San Juan Bautista

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sábado, 16 de febrero de 2019

El pueblo norteamericano y la Reserva Federal



El penúltimo § del libro, para mí que acabo de leer el libro de Eristace Mullins “The Federal Reserve System” resulta de un brillo extraordinario. Dice así:


“Nadie podría contestar hoy que Ja humanidad "civilizada"; y con ella toda la humanidad se encamina, a grandes pasos a la mecanización…”


Hoy día solamente se puede atribuir independencia de juicio a los espíritus excepcionales. La gran masa, que desde que existen hombres, no ha sido jamás tan sugestionable, ha devenido el juguete de una “opinión pública”; fabricada por supuesto por la prensa periódica al servicio del mundo financiero reinante. Lo que fue impreso esta mañana en los grandes periódicos de una capital, constituye esta tarde la opinión de los 9 décimos de sus habitantes.


América del Norte, cuyo “progreso” más rápido nos permite prever a corto plazo el porvenir próximo, nos sobrepasa en mucho respecto a la mecanización del pensamiento, del trabajo, de los placeres... Fue con una indignación sincera con que ella hizo la guerra contra Alemania, pues se podía leer en sus diarios que el "militarismo” alemán quería la conquista del mundo y se revolcaba en crímenes diabólicos; y se podía leer eso porque un puñado de grandes dignatarios del Becerro de Oro vio en la participación de América en la guerra un negocio muy lucrativo. Los americanos lidiaron de buena fe por hermosas palabras, como la Libertad y la Justicia; y en realidad se mataban por el enriquecimiento de las cajas de los banqueros. Esos “ciudadanos libres” son en realidad marionetas; y una sola ojeada lanzada a la organización yanqui del trabajo, o la organización yanqui del placer, basta para hacernos ver que el “hombre máquina” no es solamente una amenaza, sino que allá constituye una realidad". . .


La conclusión del libro de Mullins, un estudio perfectamente documentado sobre la “Federal Reserve” o Banco Central de EjE.UU, dice así:


“La dictadura no puede ejercerse sin el control de ía moneda y el crédito. Si el Congreso hubiera por caso retenido su soberanía y rehusado permitir a Woodrow Wilson y Cárter Glass entregar el derecho soberano de acuñar y emitir nuestra moneda a bancos privados en 1913, el pueblo americano no estaría ahora al borde de la servidumbre. El Sistema Reserva Federal ha sido la muerte de nuestra Constitución. Su Mesa de Directores, elegidos por poderosos banqueros internacionales y trabajando para ellos han infligido catástrofe sobre catástrofe a nuestro pueblo. Ellos nos han envuelto en dos guerras mundiales, han planeado y llevado a cabo dos de las peores crisis económicas de nuestra historia. El pueblo americano ha vivido en la ignorancia de las fuerzas que van contra él.


El Amor a la libertad, la innata confianza en sí y el insobornable individualismo del nativo americano debe afirmarse contra el control del Banco Central si hemos de renovar el republicanismo deste país. . . ”


Y en estos dos testimonios tan alejados entre sí viene a encajarse un tercero, el estudio de Virion “El Gobierno Secreto o la Contra-iglesia" recientemente aparecido entre nosotros.




Leonardo Castellani: “De Kirkegord a Tomás de Aquino”. Ed. Guadalupe. Bs.As. 1973. Págs.152,153.





Nacionalismo Católico San Juan Bautista


miércoles, 6 de febrero de 2019

Nueva blasfemia bergogliana - Alejandro Sosa Laprida



Miles Christi - 06/02/2019


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Francisco y el Gran Imán nos aleccionan acerca de la fraternidad universal


« El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad divina, con la que Dios creó a los seres humanos [1]. »


Esto es lo que puede leerse en la declaración conjunta que Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar firmaron el 4 de febrero en Abu Dhabi, durante la visita apostólica efectuada por Francisco en los Emiratos Árabes Unidos. Ahora bien, pretender que las falsas religiones (heréticas, cismáticas, idólatras, etc.) son positivamente queridas por Dios en su sabiduría infinita, es no sólo un error gravísimo, sino una blasfemia incalificable, ya que de esta manera se hace del Creador la fuente del mal y de la división entre los hombres. Lamentablemente, este tipo de insensatez no es algo nuevo en boca de Francisco[2] . Muy por el contrario. Recordemos, por ejemplo, la que profirió al finalizar la audiencia con miembros de la Cruz Roja italiana el 27 de enero de 2018, en la Sala Pablo VI del Vaticano:

« Pido para todos ustedes la bendición de Dios, Padre de todos nosotros, Padre de todas las confesiones [3]. »


En guisa de comentario a semejante despropósito, me limitaré aquí a reproducir lo que manifesté en aquella oportunidad:

« Huelga decir que semejante declaración es absolutamente contraria a la fe católica, e incluso al sentido común, ya que viola el principio lógico de no contradicción. Esto es algo tan manifiesto que no requiere demostración alguna, a menos de haber uno perdido completamente toda noción acerca de lo que es el cristianismo y la revelación divina. Esta aseveración bergogliana, diametralmente opuesta tanto a la enseñanza del Magisterio de la Iglesia como a la de la Sagrada Escritura, es eminentemente gnóstica y panteísta, puesto que realiza la identificación de los contrarios, equiparando la verdad con el error y la mentira, conciliando la luz con las tinieblas, identificando la revelación divina con las abominaciones de la idolatría, nivelando el dogma católico con las incontables herejías inventadas por los enemigos de la Iglesia, sosteniendo implícitamente que la doctrina revelada por Jesucristo es equivalente a las de las perversas fábulas anticatólicas inspiradas por el Padre de la Mentira. No es necesario poseer un diploma en teología ni ser un erudito en historia del cristianismo para comprender que Francisco no profesa la fe católica. Ni para caer en la cuenta de que, a pesar de las apariencias exteriores engañosas relativas a su posición eclesiástica y del vocabulario bíblico que falaz y profusamente utiliza para seducir a los fieles incautos, no estamos ante un cristiano, sino ante un gnóstico que desfigura el Evangelio, interpretándolo en el sentido de su ideología esotérica, progresista y evolucionista. Así de simple. Una declaración de esta naturaleza -lisa y llanamente inconcebible y de un descaro a toda prueba- es evidencia por demás suficiente para que cualquier cristiano de buena fe y mínimamente conocedor de su catecismo se encuentre en perfectas condiciones de poder efectuar este elemental e indubitable juicio de la razón: este hombre sencillamente no es católico. Qui habet aures, audiat…»


Decididamente, Francisco no profesa otra cosa que la quintaesencia de la doctrina modernista -avatar “católico” de la gnosis panteísta-, condenada por San Pío X en su encíclica Pascendi y en el decreto del Santo Oficio Lamentabili, según la cual la “experiencia religiosa” emanada de las “profundidades del subconsciente” constituye la revelación divina de un Dios inmanente al hombre. De esta experiencia primordial surgen las diferentes confesiones religiosas, cuyos diferentes dogmas y ritos son la expresión más o menos exacta de dicha teofanía fundacional. De allí que no haya que poner el acento en las divergencias teológicas entre los diversos credos -lo que “separa”; cf. los famosos “muros” que Francisco nos invita recurrentemente a “abatir”-, sino en el común substrato “psico-espiritual” del que derivan, el “sentimiento religioso”, -es decir, lo que “une”; cf. los “puentes” a erigir, otro clásico de la jerga bergogliana-. Así es como se explican, por ejemplo, las múltiples jornadas interreligiosas de “oración por la paz” convocadas por Juan Pablo II, Benedicto XVI y el mismo Francisco.


No hay, por tanto, sendas erróneas ni caminos inadecuados para allegarse a la divinidad, puesto que ella reside en el alma de cada cual, y se manifiesta en todas las religiones. Es importante comprender que esta concepción modernista de la religión no es exclusiva de Bergoglio, sino que ha sido profesada oficialmente por la jerarquía eclesiástica a partir del Concilio Vaticano II, de un modo más o menos explícito -principalmente en los documentos Nostra Aetate, Unitatis Redintegratio y Dignitatis Humanae- y de manera cada vez más precisa en los diferentes documentos magisteriales y actos ecuménicos post conciliares. En aras de la brevedad, me circunscribiré aquí a citar un solo ejemplo, tomado de la Audiencia General dada por Juan Pablo II el 9 de septiembre de 1988:

« Ante todo, es preciso tener presente que toda búsqueda del espíritu humano en dirección a la verdad y al bien, y, en último análisis, a Dios, es suscitada por el Espíritu Santo. Precisamente de esta apertura primordial del hombre con respecto a Dios nacen las diferentes religiones. No pocas veces, en su origen encontramos fundadores que han realizado, con la ayuda del Espíritu de Dios, una experiencia religiosa más profunda. Esa experiencia, transmitida a los demás, ha tomado forma en las doctrinas, en los ritos y en los preceptos de las diversas religiones. En todas las auténticas experiencias religiosas la manifestación más característica es la oración. Teniendo en cuenta la constitutiva apertura del espíritu humano a la acción con que Dios lo impulsa a trascenderse, podemos afirmar que ‘‘toda oración auténtica está suscitada por el Espíritu Santo, el cual está misteriosamente presente en el corazón de cada hombre’’ En la Jornada mundial de oración por la paz, el 27 de octubre de 1986 en Asís, y en otras ocasiones semejantes de gran intensidad espiritual, hemos vivido una manifestación elocuente de esta verdad[4] . »


Recordemos que el juramento antimodernista, contenido en el Motu Proprio Sacrorum Antistitum, promulgado por San Pío X en 1910 y que todos los clérigos debían prestar antes de recibir las órdenes mayores e igualmente para poder acceder a una cátedra de enseñanza o a un oficio eclesiástico, fue suprimido por Pablo VI en 1967[5], ya que era manifiestamente incompatible con el aggiornamento emprendido por Juan XXIII desde el inicio de su pontificado y continuado luego por todos sus sucesores. Esto significa que no es posible alegar ignorancia por parte de los papas conciliares, puesto que todos ellos prestaron dicho juramente, para luego quebrantarlo sistemáticamente. Todas las novedades doctrinales de Vaticano II y de las subsiguientes reformas litúrgicas y canónicas, así como el magisterio post conciliar y la praxis ecuménica e interreligiosa, abrevan en la cloaca modernista -“sumidero de todas las herejías”, al decir de San Pío X- e incurren en las condenaciones pontificales de las que el modernismo fue objeto a comienzos del siglo pasado.


No queda mucho por decir con respecto a las aberrantes declaraciones de Francisco, penosas y consuetudinarias hasta el hartazgo, en continuidad doctrinal con el CVII y en perfecta sintonía con la obra devastadora efectuada por todos y cada uno de sus predecesores conciliares. No obstante, para aquellos que todavía no estuviesen completamente convencidos de la justeza de esta crítica, añadiré seguidamente un extracto de un estudio publicado en agosto de 2016[6] , en el que se aborda este asunto de manera ciertamente no exhaustiva, pero sí bastante detallada:

Francisco, Teilhard de Chardin y el panteísmo


Hay que tener presente que el culto del hombre, concebido como un dios en devenir por vía evolutiva, es propio de la gnosis luciferina. Me permito citar aquí un texto poco conocido del cardenal Montini, extraído de una conferencia intitulada Religión y trabajo, pronunciada el 27 de marzo de 1960 en Turín, en el teatro Alfieri, que puede leerse en el volumen de La Documentation Catholique del año 1960, en la página 764, correspondiente al número 133, y publicado el 19 de junio de 1960. Doy la referencia con lujo de detalles para quienes no pudieran dar crédito a sus ojos, y no sin razón, ya que tan sorprendentes resultan las afirmaciones del cardenal Montini. He aquí las palabras de aquel que tres años más tarde llegaría a ser papa y que promulgaría los documentos revolucionarios del CVII en 1965:

« ¿Acaso el hombre moderno no llegará un día, a medida que sus estudios científicos progresen y descubran leyes y realidades ocultas bajo el rostro mudo de la materia, a prestar oídos a la maravillosa voz del espíritu que palpita en ella?  ¿No será ésa la religión del mañana? El mismísimo Einstein previó la espontaneidad de una religión del universo[7] . »


El espíritu que « palpita » en la materia, la « religión del mañana », que sería una « religión cósmica », una « religión del universo »: aquí están los fundamentos de la gnosis evolucionista teilhardiana, con el culto del hombre en vías de divinización. Como si esto no fuera suficiente, que un cardenal de la Iglesia invoque en materia religiosa la autoridad de un judío socialista que reivindicaba una « religiosidad cósmica » fundada en  la contemplación de la estructura del Universo, compatible con la ciencia positivista y refractario a todo dogma o creencia, es para quedarse atónito.


Cuando en 1929 el rabino Herbert S. Goldstein le preguntó: « ¿cree Ud. en Dios? », Einstein respondió:

« Yo creo en el Dios de Spinoza que se revela en el orden armonioso de lo existente, no en un Dios que se preocupa por el destino y las acciones de los seres humanos[8] . »


Y en una carta dirigida en 1954 al filósofo judío Eric Gutkind, Einstein escribió:

« Para mí, la palabra Dios no es sino la expresión y el fruto de debilidades humanas y la Biblia una colección de leyendas, por cierto honorables, pero primitivas y bastante pueriles. Y esto no lo cambia ninguna interpretación, por sutil que sea[9] . »


Lo que equivale a decir que el Dios de Einstein no es otro que el Deus sive natura del filósofo judío Baruch Spinoza, que en su doctrina panteísta identificaba a Dios con la naturaleza. Tal es la « religión del universo » que profesaba Einstein y que evoca con admiración el Cardenal Montini en su conferencia, y en quien el futuro pontífice se inspira para vaticinar una  « religión del porvenir » destinada a ocupar un día el lugar del cristianismo. Cuando se piensa que este hombre poco tiempo después será elegido Sucesor de San Pedro, y que es él quien más adelante promulgará los documentos novadores del CVII, abolirá la Misa católica, inventará una nueva[10]  con la contribución de « expertos protestantes » y modificará el ritual de todos los sacramentos, es de veras como para quedar petrificados...


He aquí otra declaración de Pablo VI que va en la misma dirección, pronunciada durante el Angelus del 7 de febrero de 1971, con ocasión de un viaje a la luna, y que constituye un verdadero himno al hombre en camino hacia la divinización:

« Honor al hombre, honor al pensamiento, honor a la ciencia, honor a la técnica, honor al trabajo, honor a la audacia humana; honor a la síntesis de la actividad científica y del sentido de la organización del hombre que, a diferencia de los otros animales, sabe dar a su mente y a sus manos instrumentos de conquista; honor al hombre, rey de la tierra y hoy también príncipe del cielo[11] . »

    
Este culto de la humanidad y del progreso ha sido condenado numerosas veces por el magisterio. Cito un extracto de la encíclica Qui pluribus de Pío IX, de 1846,  seguido de una proposición condenada en su Syllabus de 1864:

« Con no menor atrevimiento y engaño, Venerables Hermanos, estos enemigos de la revelación divina, exaltan el humano progreso y, temeraria y sacrílegamente, quisieran introducirlo en la Religión católica, como si la Religión no fuese obra de Dios sino de los hombres o algún invento filosófico que se perfecciona con métodos humanos[12] . »

« V. La revelación divina es imperfecta, y está por consiguiente sujeta a un progreso continuo e indefinido correspondiente al progreso de la razón humana[13] . »


Pío IX es muy claro en relación a los « progresistas »: emplea la expresión « enemigos de la revelación divina ». ¿Qué calificativo mejor podría hallarse para designar a un cardenal y arzobispo de la Iglesia que aprovecha su eminente dignidad eclesiástica para difundir la idea blasfema y herética de que una pretendida « religión del mañana » llegará un día a suplantar al catolicismo? Este hombre se llama Giovanni Battista Montini. A él -en compañía de Juan XXIII- se le debe el CVII, la destrucción de la liturgia romana y la terrible crisis que azota a la Iglesia desde hace más de medio siglo. Me pregunto: en vista de lo que hemos referido acerca suyo, ¿hay motivo para estar sorprendidos?


Pero volvamos a Francisco y a sus afirmaciones según las cuales todos los hombres serían « hijos de Dios ». No es ésta la primera vez que propone una superchería por el estilo. A manera de ejemplo, he aquí sus palabras en el Video del Papa del mes de enero de 2016, en el cual aparecen símbolos católicos, judíos, musulmanes y budistas mientras la voz de Francisco fuera de escena nos explica que:

« Muchos piensan distinto, sienten distinto, buscan a Dios o encuentran a Dios de diversa manera. En esta multitud, en este abanico de religiones hay una sola certeza que tenemos para todos: todos somos hijos de Dios[14] . »


Estas afirmaciones son tan grotescas que cuesta concebir que un video semejante no haya suscitado automáticamente una vehemente protesta a escala planetaria, incluyendo a los « conservadores » conciliares. Pero, visiblemente, no queda sino resignarse: el lavado de cerebros operado de manera sistemática tanto por el « magisterio » como por la « praxis » postconciliar (pensemos, por ejemplo, en Asís I, II, III y IV) desde hace más de medio siglo, ha puesto un término a las últimas esperanzas de ver surgir un día una reacción pública y determinada en defensa de la fe católica de parte de los miembros del clero, de cualquier tendencia que sean.


Ahora, si se es hijo de Dios por naturaleza, si la vida divina se encuentra en todos los hombres por el solo hecho de existir, si no se es elevado a la vida de la gracia merced a un don de Dios que se añade a nuestra condición de creaturas, la diferencia entre el orden natural y el sobrenatural desaparece, la distinción entre el Creador y la creatura se desvanece y se cae de lleno en el panteísmo.


Ya hice alusión a ello en varias ocasiones en el curso de esta exposición, pero ahora lo diré formalmente: Francisco no es más que un gnóstico panteísta en la línea de un Teilhard de Chardin. Es un hecho cierto. Y si él habitualmente evita afirmarlo con todas las letras, tampoco es que se esfuerce demasiado en ocultarlo. He aquí otra frase, de la cual ya cité anteriormente el comienzo, y en la cual Francisco exhibe sin rodeos su convicción religiosa:

« Yo creo en Dios, no en un Dios católico; no existe un Dios católico, existe Dios. Y creo en Jesucristo, su Encarnación. Jesús es mi maestro, mi pastor, pero Dios, el Padre, Abba, es la luz y el Creador. Este es mi Ser[15] . »


Es importante descifrar lo que Francisco quiso decir con esta breve frase, la cual es totalmente inconcebible. Llega tan lejos en la mentira y en la impiedad que provoca escalofríos. A causa de un reflejo de autodefensa tan comprensible cuanto ilusorio, la inmensa mayoría de los católicos ha optado o bien por apartar la mirada, o bien por intentar darle una interpretación ortodoxa. Debo reconocer que mirar de frente una realidad tan atroz no es cosa fácil, lo cual explica el hecho de que la mayoría de la gente prefiere tranquilizarse escondiendo la cabeza en la arena…


En primer lugar, al rechazar la existencia de un Dios católico, Francisco negó la existencia de la Santísima Trinidad. No hace falta subrayar que, diciendo esto, negó igualmente, de manera implícita, el carácter sobrenatural y la misión divina de la Iglesia. En segundo lugar, negó la divinidad de Nuestro Señor, al afirmar que Jesús es su maestro y su pastor, « pero » que Dios es la luz y su Creador. Por último, hizo explícita profesión de fe panteísta al declarar que su ser es el de Dios: « éste es mi ser », son sus propias palabras.


Francisco no es sino un gnóstico evolucionista disfrazado de católico, y está en esto sólo a los fines de engañar a la gente, corrompiendo insidiosamente la verdad revelada con su abominable doctrina, ni más ni menos. Y para servirse de la estructura de la Iglesia con miras a poner a punto su proyecto luciferino de unificación global del género humano excluyendo a Jesucristo y a su Cuerpo Místico. En otras palabras: Francisco está en esto para llevar a término la mundialización revolucionaria colocándola bajo la égida del Anticristo y de la contra-iglesia de Satanás. Es precisamente lo que se llama un falso profeta, por entero consagrado a la implementación del Nuevo Orden Mundial.


La táctica modernista es muy conocida: permanecer en el seno de la Iglesia para transformarla desde su interior, subrepticiamente, imperceptiblemente, con el fin de hacer de ella un instrumento adecuado y una palanca poderosa puesta al servicio de su causa subversiva. No estoy inventando nada: es San Pío X quien lo dijo en su encíclica Pascendi:

« Continúan ellos por el camino emprendido; lo continúan, aun después de reprendidos y condenados, encubriendo su increíble audacia con la máscara de una aparente humildad. Doblan fingidamente sus cervices, pero con sus hechos y con sus planes prosiguen más atrevidos lo que emprendieron. Y obran así a ciencia y conciencia, ora porque creen que la autoridad debe ser estimulada y no destruida, ora porque les es necesario continuar en la Iglesia, a fin de cambiar insensiblemente la conciencia colectiva. Pero, al afirmar eso, no caen en la cuenta de que reconocen que disiente de ellos la conciencia colectiva, y que, por lo tanto, no tienen derecho alguno de ir proclamándose intérpretes de la misma.[16]  » § 26


En su discurso a los participantes en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares el 28 de octubre de 2014, Francisco empleó una de sus expresiones favoritas para dar cuenta de su concepción holista de la realidad humana, la metáfora del poliedro, figura de múltiples caras que integra armoniosamente la « diversidad » de sus componentes:

« Sé que entre ustedes hay personas de distintas religiones, oficios, ideas, culturas, países, continentes. Hoy están practicando aquí la cultura del encuentro, tan distinta a la xenofobia, la discriminación y la intolerancia que tantas veces vemos. Entre los excluidos se da ese encuentro de culturas donde el conjunto no anula la particularidad, el conjunto no anula la particularidad. Por eso a mí me gusta la imagen del poliedro, una figura geométrica con muchas caras distintas. El poliedro refleja la confluencia de todas las parcialidades que en él conservan la originalidad. Nada se disuelve, nada se destruye, nada se domina, todo se integra, todo se integra[17] . »


Dirigiéndose por video a un coloquio organizado en Verona el 21 de noviembre de 2013 intitulado Menos desigualdades, más diferencias, Francisco desarrolló esta noción completamente ajena al magisterio de la Iglesia:

« La esfera puede representar la homogeneización, como una especie de globalización: es lisa, sin facetas, igual a sí misma en todas sus partes. El poliedro tiene una forma semejante a la esfera, pero está compuesto por muchas caras. Me agrada imaginar a la humanidad como un poliedro, en el que las formas múltiples, expresándose, constituyen los elementos que componen, en la pluralidad, la única familia humana. Y esta sí que es una verdadera globalización. La otra globalización -la de la esfera- es una homogeneización[18]  »


He aquí una tercera y última cita a propósito de esta idea clave del pensamiento bergogliano, tomada esta vez de su discurso al Consejo de Europa el 25 de noviembre de 2014:

« Hablar de la multipolaridad europea es hablar de pueblos que nacen, crecen y se proyectan hacia el futuro. La tarea de globalizar la multipolaridad de Europa no se puede imaginar con la figura de la esfera -donde todo es igual y ordenado, pero que resulta reductiva puesto que cada punto es equidistante del centro-, sino más bien con la del poliedro, donde la unidad armónica del todo conserva la particularidad de cada una de las partes. […] En esta perspectiva, acojo favorablemente la voluntad del Consejo de Europa de invertir en el diálogo intercultural, incluyendo su dimensión religiosa, mediante los Encuentros sobre la dimensión religiosa del diálogo intercultural. Es una oportunidad provechosa para el intercambio abierto, respetuoso y enriquecedor entre las personas y grupos de diverso origen, tradición étnica, lingüística y religiosa, en un espíritu de comprensión y respeto mutuo[19] . »


Para Francisco, las diferentes « tradiciones religiosas » son todas respetables, ya que ellas no hacen sino manifestar el fondo común de la humanidad, que reside en la inmanencia vital, en la experiencia religiosa que nos vincula a « la vida », la cual es más importante que las                        « explicaciones » y las « interpretaciones », y que nos permite integrar, en un sano pluralismo de superficie, las diferentes expresiones particulares, equidistantes en relación al centro que las unifica, al modo como el tronco de un árbol unifica la multitud de sus ramas.


He aquí otra declaración de Francisco, tomada de su entrevista con Eugenio Scalfari, en la cual expresa sin vueltas su creencia panteísta:

« Dios es luz que ilumina las tinieblas y, aunque no las disuelva, hay una chispa de esa luz divina dentro de cada uno de nosotros. En la carta que le escribí recuerdo haberle dicho que también nuestra especie se terminará [!!!], pero que no se terminará la luz de Dios, que en ese punto invadirá todas las almas y será todo en todos[20] . »    

                                                                              
Pasemos por alto la inimaginable herejía según la cual un día la especie humana acabará por extinguirse, como las otras, idea completamente delirante y en total contradicción con la revelación divina. Y dejemos pasar igualmente -soy consciente de que aquí corro el riesgo de ser reiterativo- el hecho pasmoso de que, ante tamaña falsedad, difundida mediáticamente a escala planetaria, no se haya producido ni un atisbo de reacción. Lo cual demuestra el estado de letargo profundo en el que se halla la mayoría de los católicos, empezando por el clero.

Traigo a colación la definición que del término « letargo » brinda el diccionario de la Real Academia Española: « Estado patológico caracterizado por un sueño profundo y prolongado, propio de algunas enfermedades nerviosas, infecciosas o tóxicas. » A la cual debería agregarse un género patológico adicional, aplicable muy especialmente en la circunstancia que nos ocupa, a saber, el de las afecciones de índole espiritual…


Hecha esta breve digresión, retomo la cuestión del panteísmo. Puede comprobarse que Francisco no recurre a circunloquios, sus dichos son de una claridad resplandeciente y no se necesita de una hermenéutica enrevesada para desentrañar su sentido: « hay una chispa de esa luz divina dentro de cada uno de nosotros » y un día esa luz « invadirá todas las almas y será todo en todos. » Se colige de esta doctrina gnóstica que la salvación tiene un alcance universal, que nadie se condena ni corre el riesgo de ir al infierno.


Francisco, a falta de profesar la fe católica, es coherente con sus ideas, puesto que: ¿cómo podría concebirse la condenación eterna, la cual implica una separación irreversible con respecto a Dios y a los bienaventurados, en una lógica panteísta, en la que, por definición, nada puede sustraerse a la única substancia divina y de la cual toda dualidad se encuentra excluida (creador-creatura, gracia-naturaleza, cielo-infierno, etc.)?


Pero, si no existe la posibilidad de condenarse, entonces, tampoco existe el pecado, ni, por tanto, la necesidad de la redención, la cual, a fin de cuentas, no consistiría sino en la « toma de conciencia » de nuestra prístina naturaleza, logrando, mediante este acto « salvador », disipar la dualidad y la división de nuestras vidas, causa de todos los males. De este modo puede comprenderse mejor la manida expresión « inalienable dignidad de la persona humana », suerte de mantra conciliar cuyo significado último es el que acabo de explicar. Lo que, por supuesto, no significa que todos aquellos que la emplean sean conscientes de sus implicancias metafísicas.


La lógica es imparable: si la dignidad de la persona humana es inalienable, una punición sin fin es algo impensable, y si nadie puede separarse jamás de Dios, esto no puede deberse sino a una razón de orden metafísico, esto es, a la adhesión a una visión monista de la existencia. La religión de los modernistas, devenida en religión conciliar, no es otra cosa: una gnosis luciferina disimulada bajo la apariencia de cristianismo, es decir, la deificación del hombre a través de una evolución inexorable, de un « progreso » necesario de la conciencia en el hombre y por el hombre, la cual conduce al surgimiento del espíritu « absoluto ». No olvidemos las palabras de la Serpiente a Eva en el jardín del Edén: « seréis como dioses » (Gn. 3, 5). Esta concepción panteísta del universo, disfrazada con un ropaje cristiano por el iluminado « antropólogo » Teilhard de Chardin, y que desemboca en el culto del hombre divinizado, ha sido de una influencia decisiva en el CVII y en todo el « magisterio » post conciliar.


Les propongo seguidamente un elenco de breves citas tomadas de la encíclica Laudato Si’, afines con las doctrinas panteístas profesadas por el jesuita francés:

« […] estamos llamados a « aceptar el mundo como sacramento de comunión, como modo de compartir con Dios y con el prójimo en una escala global. » § 9

« […] Si bien el cambio es parte de la dinámica de los sistemas complejos, la velocidad que las acciones humanas le imponen hoy contrasta con la natural lentitud de la evolución biológica.  » § 18

« El ser humano, si bien supone también procesos evolutivos, implica una novedad no explicable plenamente por la evolución de otros sistemas abiertos. » § 81

« [Dios],  de algún modo, quiso limitarse a sí mismo al crear un mundo necesitado de desarrollo, donde muchas cosas que nosotros consideramos males, peligros o fuentes de sufrimiento, en realidad son parte de los dolores de parto que nos estimulan a colaborar con el Creador. » § 80

« El fin de la marcha del universo está en la plenitud de Dios, que ya ha sido alcanzada por Cristo resucitado, eje de la maduración universal [53[21] ] » § 83

« Podemos decir que, ‘‘junto a la Revelación propiamente dicha, contenida en la sagrada Escritura, se da una manifestación divina cuando brilla el sol y cuando cae la noche’’. Prestando atención a esa manifestación, el ser humano aprende a reconocerse a sí mismo en la relación con las demás criaturas: ‘‘Yo me autoexpreso al expresar el mundo; yo exploro mi propia sacralidad al intentar descifrar la del mundo’’. »§ 85

« […] estamos llamados a ‘‘aceptar el mundo como sacramento de comunión’’ […] Es nuestra humilde convicción que lo divino y lo humano se encuentran en el más pequeño detalle contenido en los vestidos sin costuras de la creación de Dios, hasta en el último grano de polvo de nuestro planeta. » § 9

« […] no siempre los cristianos hemos recogido y desarrollado las riquezas que Dios ha dado a la Iglesia, donde la espiritualidad no está desconectada del propio cuerpo ni de la naturaleza o de las realidades de este mundo, sino que se vive con ellas y en ellas, en comunión con todo lo que nos rodea. » § 216

« [… las creaturas] avanzan, junto con nosotros y a través de nosotros, hacia el término común, que es Dios, en una plenitud trascendente donde Cristo resucitado abraza e ilumina todo.  » § 83

« […] todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal, una sublime comunión que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde. » § 89

« No puede ser real un sentimiento de íntima unión con los demás seres de la naturaleza si al mismo tiempo en el corazón no hay ternura, compasión y preocupación por los seres humanos. […] Todo está conectado. Por eso se requiere una preocupación por el ambiente unida al amor sincero hacia los seres humanos y a un constante compromiso ante los problemas de la sociedad. » § 91


Ya hemos tenido oportunidad de ver algunas declaraciones de Pablo VI en relación con este tema. Leeremos a continuación dos citas muy esclarecedoras de Juan Pablo II[22], empezando por una tomada de la encíclica del año 1986 Dominum et Vivificantem, § 50:

« La Encarnación de Dios-Hijo significa asumir la unidad con Dios no sólo de la naturaleza humana sino asumir también en ella, en cierto modo, todo lo que es ‘‘carne’’ toda la humanidad, todo el mundo visible y material. La Encarnación, por tanto, tiene también su significado cósmico y su dimensión cósmica. El ‘‘Primogénito de toda la creación’’, al encarnarse en la humanidad individual de Cristo, se une en cierto modo a toda la realidad del hombre, el cual es también ‘‘carne’’, y en ella a toda ‘‘carne’’ y a toda la creación[23] . » 


Y ahora un extracto de la encíclica programática Redemptor Hominis, la primera de su pontificado. Sepan disculpar la extensión, pero de este modo puede apreciarse mejor la magnitud del giro antropocéntrico efectuado por el magisterio post conciliar:

« Aquí se trata por tanto del hombre en toda su verdad, en su plena dimensión. No se trata del hombre abstracto sino real, del hombre concreto, histórico. Se trata de cada hombre, porque cada uno ha sido comprendido en el misterio de la Redención y con cada uno se ha unido Cristo, para siempre, por medio de este ministerio. Todo hombre viene al mundo concebido en el seno materno, naciendo de madre y es precisamente por razón del misterio de la Redención por lo que es confiado a la solicitud de la Iglesia. Tal solicitud afecta al hombre entero y está centrada sobre él de manera del todo particular. El objeto de esta premura es el hombre en su única e irrepetible realidad humana, en la que permanece intacta la imagen y semejanza con Dios mismo. El Concilio indica esto precisamente, cuando, hablando de tal semejanza, recuerda que ‘‘el hombre es en la tierra la única criatura que Dios ha querido por sí misma’’ [Gaudium et spes 24]. El hombre tal como ha sido querido por Dios, tal como Él lo ha elegido eternamente, llamado, destinado a la gracia y a la gloria, tal es precisamente cada hombre, el hombre más concreto, el más real; éste es el hombre, en toda la plenitud del misterio, del que se ha hecho partícipe en Jesucristo, misterio del cual se hace partícipe cada uno de los cuatro mil millones de hombres vivientes sobre nuestro planeta, desde el momento en que es concebido en el seno de la madre[24] . » § 13


Veamos ahora dos citas de Benedicto XVI que prueban el alcance de la influencia ejercida por Teilhard. La primera está tomada de su libro Luz del mundo:

« [Dios] Pudo así crear también en la resurrección una nueva dimensión de la existencia, pudo colocar, como dice Teilhard de Chardin, más allá de la biosfera y de la noosfera, una esfera nueva en la que el hombre y el mundo llegan a la unidad con Dios[25] . »


La segunda es un extracto de su homilía en la catedral de Aosta del 7 de julio de 2009, en la cual Ratzinger, hablando de la Eucaristía, cita explícitamente a Teilhard, haciéndose eco de su libro herético, naturalista y panteísta La misa sobre el mundo:

« La función del sacerdocio es consagrar el mundo para que se transforme en hostia viva, para que el mundo se convierta en liturgia: que la liturgia no sea algo paralelo a la realidad del mundo, sino que el mundo mismo se transforme en hostia viva, que se convierta en liturgia. Es la gran visión que tuvo también Teilhard de Chardin: al final tendremos una auténtica liturgia cósmica, en la que el cosmos se convierta en hostia viva[26] . »[27]


He aquí, a título ilustrativo, un corto pasaje de la obra impía del jesuita apóstata francés:

« En la nueva humanidad que se está engendrando hoy, el verbo ha prolongado el acto sin fin de su nacimiento, y en virtud de su inmersión en el seno del mundo, las grandes aguas de la materia se han cargado de vida sin estremecimiento. Nada se ha estremecido en apariencia en esta inefable formación y, sin embargo, al contacto de la palabra sustancial, el universo, inmensa hostia, se ha convertido misteriosa y realmente en carne. Desde ahora toda la materia se ha encarnado, Dios mío, en tu encarnación. […] Haz, Señor, que tu descenso bajo las especies universales no sea por mí estimado y acariciado sólo como el fruto de una especulación filosófica, sino que se convierta verdaderamente en una Presencia real[28] . »[29]


De este modo, Benedicto XVI ostenta el dudoso privilegio de haber sido el primer papa conciliar que se atrevió a nombrar públicamente a Teilhard de Chardin, para ensalzarlo de manera entusiasta y suscribiendo sin reservas a su muy peculiar cosmovisión religiosa.


El motivo por el cual me he permitido transcribir todas estas citas de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI en un estudio consagrado a Francisco es para que no se pierda de vista que Bergoglio no es más que un eslabón de una larga cadena de penetración de las ideas gnósticas en la Iglesia. El último, el más chocante y escandaloso, el que osó quitarse la máscara con un descaro a toda prueba, exhibiéndose tal cual es, en toda su fealdad y su malicia diabólica, pero que no habría podido hacer nada si el trabajo de zapa metódico de infiltración modernista no hubiera sido efectuado en todas las áreas de la vida eclesial desde hace más de medio siglo por todos y cada uno de sus antecesores…


Para finalizar este capítulo, no encuentro nada más adecuado que hacerlo con un pasaje del sermón dado por el Padre Raniero Cantalamessa, el predicador oficial de la Casa Pontificia[30], en la basílica de San Pedro, durante el oficio de Vísperas de la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación, instituida por Francisco en 2015[31] :

« ¡Cuánto ha tenido que esperar el universo, qué gran carrera tuvo que tomar, para llegar a este punto! Miles de millones de años, durante los cuales la materia a través de su opacidad, avanzaba hacia la luz de la conciencia, como la linfa que del subsuelo sube con esfuerzo hacia la cima del árbol para expandirse en hojas, flores y frutos. Esta conciencia se alcanzó finalmente cuando apareció en el universo lo que Teilhard de Chardin llama ‘‘el fenómeno humano’’. Pero ahora que el universo ha alcanzado su objetivo, exige que el hombre cumpla su deber, que asuma, por así decirlo, la dirección del coro y entone en nombre de toda la creación: ‘‘¡Gloria a Dios en lo alto del cielo!’’[32].  »


Francisco, paroxismo del ecumenismo conciliar


Con respecto al ecumenismo, Francisco se encuentra en perfecta sintonía con los demás papas conciliares, quienes se inspiran del CVII en relación con el supuesto valor de las otras « confesiones » cristianas y de las « religiones » no cristianas. La única especificidad de su pontificado, como en otros temas, consiste en acentuar todavía más la ruptura conciliar, llevándola hasta sus últimas consecuencias lógicas. Pasemos revista a algunas declaraciones. La primera está extraída de la conferencia de prensa durante el vuelo hacia Manila, el 15 de enero de 2015:

« Toda religión tiene dignidad, toda religión que respete la vida humana, la persona humana.[33]  »


La siguiente está tomada de la entrevista con el Padre Antonio Spadaro en agosto de 2013:

« Para las relaciones ecuménicas es importante una cosa: no sólo conocerse mejor, sino también reconocer lo que el Espíritu ha ido sembrando en los otros como don también para nosotros. » (…) - Intento captar cómo ve el Papa el futuro de la unidad de la Iglesia.                      Me responde: « Tenemos que caminar unidos en las diferencias: no existe otro camino para unirnos. El camino de Jesús es ése[34] . » 


Con esto volvemos implícitamente a la figura holista del poliedro: la armonización de la totalidad integra todas las diferencias particulares. En otras palabras, la unidad se hace por la praxis, por la voluntad y la acción, y no mediante el conocimiento de la verdad y la profesión de la misma fe. Ahora bien, éste no puede ser de ninguna manera el « camino de Jesús », como lo pretende falazmente Francisco, dado que Nuestro Señor nos ha enseñado que sólo la verdad nos hará libres (Jn. 8, 32).


Durante su visita a la iglesia evangélica pentecostal de Caserta, el 28 de julio de 2014, Francisco hizo comentarios alucinantes, explicando que es siguiendo el modelo de la mundialización poliédrica que debe realizarse la « unidad » en la Iglesia, de la cual formarían parte las sectas heréticas y cismáticas, que él designa con el término inaudito de « diversidad », la cual es, de acuerdo con la descabellada teorización bergogliana -seguramente ya lo habrán adivinado-, nada menos que ¡la obra del « Espíritu Santo »!     

            
Su concepto gnóstico de « poliedro » le sirve nuevamente de herramienta conceptual para echar las bases de la mundialización, para legitimar la construcción de un mundo unificado política y religiosamente al margen de la verdad católica, en un pluralismo de fachada que esconde su unidad de fondo, gnóstica y anticristiana:

« ¿Qué hace el Espíritu Santo? Dije que hace algo que podría parecer división, pero no es así. El Espíritu Santo hace la diversidad en la Iglesia (I Cor. 12) y esta diversidad  es tan rica, tan bella; pero después, el mismo Espíritu Santo hace unidad. Y así la Iglesia es una en la diversidad. Y para utilizar una hermosa expresión de un evangélico que aprecio mucho, una ‘‘diversidad reconciliada” por el Espíritu Santo. Hace las dos cosas: crea la diversidad de los carismas y después hace la armonía de los carismas. […] Nosotros estamos en la época de la globalización, y pensamos en qué es la globalización y qué sería la unidad en la Iglesia: ¿tal vez una esfera, donde todos los puntos son equidistantes desde el centro, todos iguales? ¡No! Esto es uniformidad. Y el Espíritu Santo no construye uniformidad. ¿Qué figura podemos encontrar? Pensemos en el poliedro: el poliedro es una unidad, pero con todas las partes distintas; cada una tiene su peculiaridad, su carisma. Esta es la unidad en la diversidad[35] . »                           


En su entrevista con el Padre Spadaro en agosto de 2013, Francisco nos había explicado que existe una multitud de « Iglesias », algunas más antiguas que otras, unas contribuyendo con la fuerza de su juventud, las otras, con la sabiduría que da la experiencia. Sin embargo, todas están llamadas a construir juntas el futuro, evitando caer en la trampa de la autosuficiencia y sin ceder a la voluntad de hegemonía:

« Las Iglesias jóvenes logran una síntesis de fe, cultura y vida en progreso diferente de la que logran las Iglesias más antiguas. Para mí, la relación entre las Iglesias de tradición más antigua y las más recientes se parece a la relación que existe entre jóvenes y ancianos en una sociedad: construyen el futuro, unos con su fuerza y los otros con su sabiduría. El riesgo está siempre presente, es obvio; las Iglesias más jóvenes corren peligro de sentirse autosuficientes, y las más antiguas el de querer imponer a los jóvenes sus modelos culturales. Pero el futuro se construye unidos[36] . »


Con ocasión de su visita al templo luterano de Roma, el domingo 15 de noviembre de 2015, una mujer casada con un católico le preguntó a Francisco lo que debería hacer en relación con la comunión. Su respuesta causa estupor. Es necesario recordar que quien responde supuestamente es el Papa, es decir, el Doctor Supremo de la Iglesia en materia de fe y de moral. Ahora bien, Francisco le dijo que es a ella a quien le toca decidir; que él no sabe qué decirle al respecto; que carece de « luces teológicas » sobre el tema; que la « cena » luterana y la misa católica son, a grandes rasgos, la misma cosa; que se trata solamente de una diferencia de « lenguaje »;  que todo se reduce a un problema de « interpretación » y de « explicación » teológica; que la « vida » vale más que las « interpretaciones », etc.


Habrán comprendido que nos hallamos ante una verdadera pieza de antología modernista. Digamos las cosas claramente: si un eclesiástico hubiese formulado tales declaraciones con anterioridad al CVII, hubiese sido suspendido inmediatamente de su ministerio y acusado de herejía. Ahora bien, en la Iglesia conciliar, es el mismísimo papa quien dice semejantes barbaridades y nadie se inmuta, ni siquiera un obispo o cardenal han abierto la boca para expresar su disconformidad y hacer pública su indignación. Lo único que se oye es un silencio ensordecedor de parte del clero, que debería sonrojarse por su pusilanimidad. No son más que diplomáticos políticamente correctos y carentes de todo atributo viril, los « perros mudos incapaces de ladrar » a los que apostrofaba el profeta Isaías (56, 10).


Y así estamos, en esta situación inverosímil, sin precedentes en 2000 años de historia de la Iglesia, en la que laicos perfectamente desconocidos y sin competencia teológica particular nos vemos constreñidos a realizar la tarea que constituye el deber de estado de todos esos eclesiásticos medrosos, funcionarios a sueldo de los enemigos de Nuestro Señor, tengan o no tengan conciencia de ello. Y esta situación dice mucho acerca de la profundidad abismal de la presente crisis. Cierro el paréntesis. Leamos las palabras de Francisco y que cada cual forme su propio juicio:

« Cuando vosotros rezáis juntos, el Bautismo crece, se hace fuerte; cuando vosotros enseñáis a vuestros hijos quién es Jesús, para qué vino Jesús, qué hizo por nosotros Jesús, hacéis lo mismo, tanto en lengua luterana como en lengua católica, pero es lo mismo. La pregunta: ¿y la Cena? Hay preguntas a las que sólo si uno es sincero consigo mismo y con las pocas luces teológicas que tengo, se debe responder lo mismo, vedlo vosotros. ‘‘Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre’’, dijo el Señor, ‘‘haced esto en memoria mía’’; es un viático que nos ayuda a caminar.  […] A su pregunta le respondo sólo con una pregunta: ¿cómo puedo hacer con mi marido, para que la Cena del Señor me acompañe en mi camino? Es una cuestión a la cual cada uno debe responder. Pero me decía un pastor amigo: ‘‘Nosotros creemos que el Señor está allí presente. Está presente. Vosotros creéis que el Señor está presente. ¿Cuál es la diferencia?’’ -‘‘Eh, son las explicaciones, las interpretaciones.’’ La vida es más grande que las explicaciones e interpretaciones [37]. »


Al visitar el templo valdense de Turín, el 22 de junio de 2015, Francisco reiteró las mismas falsedades sobre la « unidad en la diversidad ». Mas esta vez, a la herejía del « sincretismo poliédrico » y a la blasfemia según la cual el « Espíritu Santo » sería el inspirador de las distintas sectas heréticas[38] , Francisco añadió una enésima afrenta hacia el Cuerpo Místico de Cristo, suplicando a los valdenses que se dignaran perdonar a la Iglesia por el comportamiento « inhumano » del que Ella se habría dado muestras hacia ellos en el pasado. Esto es lo que declaró:

« La unidad, que es fruto del Espíritu Santo, no significa uniformidad. En efecto, los hermanos están unidos por un mismo origen, pero no son idénticos entre sí. Esto es muy claro en el Nuevo Testamento, donde, aun siendo llamados hermanos todos los que comparten la misma fe en Jesucristo, se intuye que no todas las comunidades cristianas, de las que eran parte, tenían el mismo estilo, ni una idéntica organización interna. Incluso dentro de la misma pequeña comunidad se podían vislumbrar diversos carismas (cf. 1 Cor 12-14) y hasta en el anuncio del Evangelio había diversidad y a veces contrastes (cf. Hch 15, 36-40). Por desgracia, ha sucedido y sigue sucediendo que los hermanos no aceptan su diversidad y terminan por hacerse la guerra unos con otros. Al reflexionar sobre la historia de nuestras relaciones, no podemos dejar de entristecernos por las disputas y la violencia cometida en nombre de la propia fe, y pido al Señor que nos conceda la gracia de reconocernos todos pecadores y saber perdonarnos unos a otros. Por iniciativa de Dios, que nunca se resigna al pecado del hombre, se abren nuevos caminos para vivir nuestra fraternidad, y no podemos apartarnos de esto. Por parte de la Iglesia católica os pido perdón. Os pido perdón por las actitudes y los comportamientos no cristianos, incluso inhumanos, que en la historia hemos tenido contra vosotros. En nombre del Señor Jesucristo, ¡perdonadnos![39]  »


Había mencionado de pasada, en la sección dedicada a las blasfemias, la historia de Tony Palmer, el « obispo » anglicano que no se convirtió al catolicismo por pedido expreso del Cardenal Bergoglio y que, tiempo después, había fallecido en un accidente de tránsito, y en favor de quien Bergoglio, ya devenido Francisco, había dispuesto que se celebraran funerales episcopales católicos. Dado que este episodio se vincula más bien con el ecumenismo, para comprender la gravedad de la cuestión, transcribo a continuación un extracto de una nota que Sandro Magister, el eminente vaticanista italiano, dedicó a este asunto:

« Tony Palmer, miembro de la Comunión de las Iglesias episcopales evangélicales […] murió en un accidente de moto en julio de 2014. […] He aquí los testimonios de los anglicanos Venables y Palmer recogidos por el vaticanista inglés Austen Ivereigh en la magnífica biografía sobre Bergoglio publicada a finales de 2014: ‘‘En 2009, cuando el Papa Benedicto XVI creó el ordinariato personal, la nueva estructura jurídica para los anglicanos que se convierten al catolicismo, Bergoglio llamó al obispo Gregory Venables, primado anglicano del Cono Sur (en comunión con Canterbury) y residente en Buenos Aires. Durante esa comida, recuerda Venables, ‘me dijo muy claramente que el ordinariato era algo totalmente superfluo y que la Iglesia nos necesita como anglicanos’. Fue también el mensaje de Bergoglio a Tony Palmer, que estaba considerando el ordinariato preguntándose si era algo que positivo para él. ‘Me dijo que necesitamos intermediarios. Me aconsejó no dar ese paso, porque hubiera dado la impresión de haber elegido un lado concreto y en ese caso habría dejado de ser un intermediario’. Bergoglio estaba convencido de que Palmer tenía que permanecer anglicano ‘por amor de la misión, esta misión de unidad’, y le aconsejó que ‘abandonase la idea de 'convertirse en católico’.’’[40]  »


El 26 de junio de 2016, durante la conferencia de prensa en el vuelo de regreso de Armenia, Francisco hizo la apología del heresiarca Marín Lutero, justificando su rebelión y avalando su doctrina herética sobre la justificación y asestando, de paso, un abyecto zarpazo a la Iglesia católica. Veamos lo que dijo:

« Creo que las intenciones de Martín Lutero no eran equivocadas, era un reformador. Tal vez algunos métodos no eran los indicados, pero en aquel entonces […] vemos que la Iglesia no era precisamente un modelo que imitar. En la Iglesia había corrupción, mundanidad, apego al dinero y al poder. Y por esto él protestó. Además, él era una persona inteligente. Dio un paso hacia adelante, justificando el motivo por el que lo hacía. Y hoy, luteranos y católicos, junto con todos los protestantes, estamos de acuerdo con la doctrina de la justificación. Y sobre este punto tan importante no se había equivocado[41] . »


No es cuestión aquí de demostrar que Lutero se equivocó y que cualquier acuerdo entre católicos y protestantes en relación a la justificación es quimérico, basta para convencerse de ello con leer el decreto sobre la justificación promulgado el 13 de enero de 1547 durante la sexta sesión del Concilio de Trento[42] . O incluso, consultar cualquier manual de teología dogmática anterior al CVII.


Transcribo seguidamente, a título ilustrativo, seis de los treinta y dos cánones referidos a la doctrina luterana sobre la justificación, para que pueda percibirse la incompatibilidad absoluta existente entre la doctrina católica y la del monje apóstata alemán, con la cual su más insigne apologista contemporáneo dice estar totalmente de acuerdo. Helos aquí:

« 5. Si alguno dijere, que el libre albedrío del hombre está perdido y extinguido después del pecado de Adan; o que es cosa de solo nombre, o más bien nombre sin objeto, y, en fin, ficción introducida por el demonio en la Iglesia, sea anatema. 7. Si alguno dijere, que todas las obras ejecutadas antes de la justificación, de cualquier modo que se hagan, son verdaderamente pecados, o merecen el odio de Dios, o que con cuanto mayor ahinco procura alguno disponerse a recibir la gracia, tanto más gravemente peca, sea anatema. 9. Si alguno dijere, que el pecador se justifica con sola la fe, entendiendo que no se requiere otra cosa alguna que coopere a conseguir la gracia de la justificación y que de ningún modo es necesario que se prepare y disponga con el movimiento de su voluntad, sea anatema. 11. Si alguno dijere que los hombres se justifican o con sola la imputación de la justicia de Jesucristo, o con solo el perdón de los pecados, excluida la gracia y caridad que se difunde en sus corazones, y queda inherente en ellos por el Espíritu Santo, o también que la gracia que nos justifica, no es otra cosa que el favor de Dios, sea anatema. 15. Si alguno dijere que el hombre renacido y justificado está obligado a creer de fe que él es ciertamente del número de los predestinados, sea anatema. 24. Si alguno dijere que la santidad recibida no se conserva ni tampoco se aumenta en la presencia de Dios, por las buenas obras, sino que éstas son únicamente frutos y señales de la justificación que se alcanzó, pero no causa de que se aumente, sea anatema. »


Para concluir, he aquí un proyecto de canon que podría añadirse algún día a la lista del decreto tridentino:

« Si alguno dijere que las intenciones de Martín Lutero no eran erróneas, que se trataba de un mero reformador eclesiástico, que la Iglesia de su época no era un modelo a imitar, que hoy en día luteranos y católicos coinciden en la doctrina de la justificación y que, en ese punto, Lutero no estaba equivocado, sea anatema. »



 « Los más astutos enemigos han llenado de amargura a la Iglesia, esposa del Cordero Inmaculado, le han dado a beber ajenjo, han puesto sus manos impías sobre todo lo que para Ella es más querido. Donde fueron establecidas la Sede de San Pedro y la Cátedra de la Verdad como luz para las naciones, ellos han erigido el trono de la abominación de la impiedad, de suerte que, golpeado el Pastor, pueda dispersarse la grey. ¡Oh, invencible adalid, ayuda al pueblo de Dios contra la perversidad de los espíritus que lo atacan y dale la victoria![43]   » León XIII.



[1] Documento intitulado “La fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común”: Esta declaración pronto formará parte del adoctrinamiento practicado por los organismos mundialistas -con la complicidad del Vaticano- para allanar el camino a una futura religión mundial que “garantice” la paz y la seguridad del planeta. Cito el texto, para que no queden dudas:  “ […] la Iglesia Católica y al-Azhar, a través de la cooperación conjunta, anuncian y prometen llevar este Documento a las Autoridades, a los líderes influyentes, a los hombres de religión de todo el mundo, a las organizaciones regionales e internacionales competentes, a las organizaciones de la sociedad civil, a las instituciones religiosas y a los exponentes del pensamiento; y participar en la difusión de los principios de esta Declaración a todos los niveles regionales e internacionales, instándolos a convertirlos en políticas, decisiones, textos legislativos, planes de estudio y materiales de comunicación. Al-Azhar y la Iglesia Católica piden que este documento sea objeto de investigación y reflexión en todas las escuelas, universidades e institutos de educación y formación, para que se ayude a crear nuevas generaciones que traigan el bien y la paz, y defiendan en todas partes los derechos de los oprimidos y de los últimos.” http://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2019/02/04/0097/00199.html#tradinglese
[2] Para mayor información sobre las innumerables herejías y blasfemias de Francisco, se pueden consultar los libros Tres años con Francisco: la impostura bergogliana y Cuatro años con Francisco: la medida está colmada, publicados por las Éditions Saint-Remi en cuatro idiomas (castellano, inglés, francés e italiano):
http://saint-remi.fr/es/livres/1436-tres-anos-con-francisco-la-impostura-bergogliana.html    
http://saint-remi.fr/fr/anti-liberalisme/1497-cuatro-anos-con-francisco-la-medida-esta-colmada.html
http://saint-remi.fr/fr/35-livres#/filtre_auteur-miles_christi    
Al igual que el libro Con voz de dragón. Francisco: ¿Vicario de Cristo o Precursor del Anticristo?, publicado por Cruzamante en 2017:                                                                        https://www.catolicosalerta.com.ar/bergoglio2018/con-voz-de-dragon-tapa-y-contratapa.pdf                                                                  
[3] Ver desde 20:57 hasta 21:08 = https://www.youtube.com/watch?time_continue=1269&v=COHGXGo0IdU - https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2018/january/documents/papa-francesco_20180127_croce-rossa-italiana.html - Ésta es la cita completa: «Pido por esto sobre todos vosotros la bendición de Dios -Dios Padre de todos nosotros, Padre de todas las confesiones- y la invoco en particular por los que han perdido la vida cumpliendo su servicio y por sus seres queridos. Me encomiendo también yo a vuestras oraciones. »
http://voxcantor.blogspot.com.ar/2018/01/bergoglio-god-is-father-of-all.html - http://catapulta.com.ar/?p=4855
[4] http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/audiences/1998/documents/hf_jp-ii_aud_09091998.html
[5] http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19670717_formula-professio-fidei_sp.html
[6] http://www.catolicosalerta.com.ar/bergoglio2018/anathema-sit-bergoglio-sp.pdf  https://novusordowatch.org/2018/07/anathema-sit-bergoglio/
[7] Traducción francesa de La Documentation Catholique: « L’homme moderne n’en viendra-t-il pas un jour, au fur et à mesure que ses études scientifiques progresseront et découvriront des lois et des réalités cachées derrière le visage muet de la matière, à tendre l’oreille à la voie merveilleuse de l’esprit qui palpite en elle? Ne sera-ce pas là la religion de demain? Einstein lui-même entrevit la spontanéité d’une religion de l’univers. » Texto original italiano: « Non capiterà forse all'uomo moderno, mano mano che i suoi studi scientifici progrediscono, e vengono scoprendo leggi e realtà sepolte nel muto volto della materia, di ascoltare la voce meravigliosa della spirito ivi palpitante? Non sara cotesta la religione di domani? Einstein stesso intravide la spontaneità d'una religione dell'universo. »  Ver en la página n° 3 del documento siguiente, activando la función T (« Show text »):
http://fc1.to.cnr.it/fedora/get/asfiat:AFIAT-00090-0003/islandora:viewerSdef/getViewer
[8] https://fr.wikipedia.org/wiki/Albert_Einstein
[9] http://www.willeime.com/Einstein-Gutkind.htm
[10] https://fr.scribd.com/document/118428825/Breve-Examen-Critico-Del-Novus-Ordo-Missae-Ottaviani-Bacci
[11] « Onore all’uomo! Onore al pensiero! Onore alla scienza! Onore alla tecnica! Onore al lavoro! Onore all’ardimento umano! Onore alla sintesi dell’attività scientifica e organizzativa dell’uomo, che, a differenza di ogni altro animale, sa dare strumenti di conquista alla sua mente e alla sua mano. Onore all’uomo, re della terra ed ora anche principe del cielo. » https://w2.vatican.va/content/paul-vi/it/angelus/1971/documents/hf_p-vi_ang_19710207.html
[12] « Né con minore fallacia certamente, Venerabili Fratelli, questi nemici della divina rivelazione, con somme lodi esaltando il progresso umano, vorrebbero con temerario e sacrilego ardimento introdurlo perfino nella Religione cattolica; come se essa non fosse opera di Dio, ma degli uomini, ovvero invenzione dei filosofi, da potersi con modi umani perfezionare. »                                
https://w2.vatican.va/content/pius-ix/it/documents/enciclica-qui-pluribus-9-novembre-1846.html
[13] http://www.mercaba.org/MAGISTERIO/syllabus.htm
[14] http://thepopevideo.org/es/video/dialogo-interreligioso.html
[15] Entrevista con Eugenio Scalfari del 24 de septiembre de 2013,  publicado el 1 de octubre en La Repubblica - cf. p. 10: https://www.aciprensa.com/entrevistapapalarepubblica.pdf
[16] http://w2.vatican.va/content/pius-x/es/encyclicals/documents/hf_p-x_enc_19070908_pascendi-dominici-gregis.html
[17] http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/october/documents/papa-francesco_20141028_incontro-mondiale-movimenti-popolari.html
[18] https://w2.vatican.va/content/francesco/es/messages/pont-messages/2013/documents/papa-francesco_20131121_videomessaggio-festival-dottrina-sociale.html
[19] https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/november/documents/papa-francesco_20141125_strasburgo-consiglio-europa.html
[20] Entrevista con Eugenio Scalfari el 24 de septiembre de 2013,  publicado el 1 de octubre en La Repubblica - cf. p. 10: https://www.aciprensa.com/entrevistapapalarepubblica.pdf - La traducción oficial castellana, defectuosa, fue modificada en base al texto original italiano:  « Osservo dal canto mio che Dio è luce che illumina le tenebre anche se non le dissolve e una scintilla di quella luce divina è dentro ciascuno di noi. Nella lettera che le scrissi ricordo d’averle detto che anche la nostra specie finirà ma non finirà la luce di Dio che a quel punto invaderà tutte le anime e tutto sarà in tutti. » 
http://www.repubblica.it/cultura/2013/10/01/news/papa_francesco_a_scalfari_cos_cambier_la_chiesa-67630792/
[21] Nota al pie n° 53: « En esta perspectiva se sitúa la aportación del P. Teilhard de Chardin. » Cf. el Monitum del Santo Oficio del 30/06/1962 - https://es.wikipedia.org/wiki/Pierre_Teilhard_de_Chardin :
«Varias obras del P. Pierre Teilhard de Chardin, algunas de las cuales fueron publicadas en forma póstuma, están siendo editadas y están obteniendo mucha difusión. Prescindiendo de un juicio sobre aquellos puntos que conciernen a las ciencias positivas, es suficientemente claro que las obras arriba mencionadas abundan en tales ambigüedades e incluso errores serios, que ofenden a la doctrina católica. Por esta razón, los eminentísimos y reverendísimos Padres del Santo Oficio exhortan a todos los Ordinarios, así como a los superiores de institutos religiosos, rectores de seminarios y presidentes de universidades, a proteger eficazmente las mentes, particularmente de los jóvenes, contra los peligros presentados por las obras del P. Teilhard de Chardin y de sus seguidores. » Sebastianus Masala, Notario. 30 de junio de 1962. (AAS 54, 1962, 526) -
Texto original latino: https://ottaviopongoli.files.wordpress.com/2012/02/121_teilhard02.jpg -
« L'Osservatore Romano del 30 de junio/1 de julio publicaba ese monitum, acompañándolo de un extenso artículo sin firma titulado Pierre Teilhard de Chardin e il suo pensiero sul piano filosofico e religioso. En ese artículo se afirma que Teilhard incurre en una indebida transposición al plano metafísico y teológico de términos y conceptos tomados del evolucionismo, incurriendo así en diversos graves errores. Concretamente se indican: 1. Un defectuoso concepto de creación, que no salva la gratuidad del acto creador ni la ausencia de un sujeto preexistente. 2. Puntos débiles en la descripción de las relaciones entre Dios y el cosmos, no dejando clara la trascendencia divina. 3. Una extraña presentación de Cristo, como parte del cosmos, que no salva la gratuidad de la Encarnación. 4. Ignorancia de los límites entre la materia y el espíritu. 5. Una concepción insuficiente del pecado, que queda reducido más bien a algo de carácter colectivo. 6. Una concepción naturalista de la ascesis y del sentido de la vida cristiana. »
 http://www.opuslibros.org/Index_libros/Recensiones_1/teilhard_obr.htm
[22] N o resisto a la tentación de incluir también este pasaje antológico de la Audiencia general del 9 de septiembre de 1998, que refleja a la perfección la doctrina modernista de la « inmanencia vital » profesada por Juan Pablo II -y por todos los papas conciliares-, condenada por San Pío X en la encíclica Pascendi: « Ante todo, es preciso tener presente que toda búsqueda del espíritu humano en dirección a la verdad y al bien, y, en último análisis, a Dios, es suscitada por el Espíritu Santo. Precisamente de esta apertura primordial del hombre con respecto a Dios nacen las diferentes religiones. No pocas veces, en su origen encontramos fundadores que han realizado, con la ayuda del Espíritu de Dios, una experiencia religiosa más profunda. Esa experiencia, transmitida a los demás, ha tomado forma en las doctrinas, en los ritos y en los preceptos de las diversas religiones. En todas las auténticas experiencias religiosas la manifestación más característica es la oración. Teniendo en cuenta la constitutiva apertura del espíritu humano a la acción con que Dios lo impulsa a trascenderse, podemos afirmar que ‘‘toda oración auténtica está suscitada por el Espíritu Santo, el cual está misteriosamente presente en el corazón de cada hombre’’ En la Jornada mundial de oración por la paz, el 27 de octubre de 1986 en Asís, y en otras ocasiones semejantes de gran intensidad espiritual, hemos vivido una manifestación elocuente de esta verdad. » http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/audiences/1998/documents/hf_jp-ii_aud_09091998.html
[23] http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_18051986_dominum-et-vivificantem.html#-5N
[24] http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/fr/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_04031979_redemptor-hominis.html
[25] Benedicto XVI, Luz del mundo, p. 79: http://img89.xooimage.com/files/f/e/4/luz-del-mundo-lib...icto-xvi-37b8cab.pdf
[26] https://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/homilies/2009/documents/hf_ben-xvi_hom_20090724_vespri-aosta.html
[27] Se podría citar la homilía de Corpus Christi de 2006: « La creación con todos sus dones aspira, más allá de sí misma, hacia algo todavía más grande. Más allá de la síntesis de las propias fuerzas, y más allá de la síntesis de la naturaleza y el espíritu que en cierto modo experimentamos en ese trozo de pan, la creación está orientada hacia la divinización, hacia las santas bodas, hacia la unificación con el Creador mismo. »
 http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/fr/homilies/2006/documents/hf_ben-xvi_hom_20060615_corpus-christi.html. Y también la de la Vigilia Pascual del mismo año: « Un teólogo alemán dijo una vez con ironía que el milagro de un cadáver reanimado -si es que eso hubiera ocurrido verdaderamente, algo en lo que no creía- sería a fin de cuentas irrelevante para nosotros porque, justamente, no nos concierne. En efecto, el que solamente una vez alguien haya sido reanimado, y nada más, ¿de qué modo debería afectarnos? Pero la resurrección de Cristo es precisamente algo más, una cosa distinta. Es -si podemos usar por una vez el lenguaje de la teoría de la evolución- la mayor mutación, el salto más decisivo en absoluto hacia una dimensión totalmente nueva, que se haya producido jamás en la larga historia de la vida y de sus desarrollos: un salto de un orden completamente nuevo, que nos afecta y que atañe a toda la historia.» 
http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/homilies/2006/documents/hf_ben-xvi_hom_20060415_veglia-pasquale.html
[28] http://espiritualidad.lasalle.es/wp-content/uploads/2015/03/misa_sobre_mundo.pdf
[29] En su encíclica Ecclesia de Eucharistia de 2003 Juan Pablo II se hace eco de esta doctrina teilhardianna: « Cuando pienso en la Eucaristía, mirando mi vida de sacerdote, de Obispo y de Sucesor de Pedro, me resulta espontáneo recordar tantos momentos y lugares en los que he tenido la gracia de celebrarla. Recuerdo la iglesia parroquial de Niegowic donde desempeñé mi primer encargo pastoral, la colegiata de San Florián en Cracovia, la catedral del Wawel, la basílica de San Pedro y muchas basílicas e iglesias de Roma y del mundo entero. He podido celebrar la Santa Misa en capillas situadas en senderos de montaña, a orillas de los lagos, en las riberas del mar; la he celebrado sobre altares construidos en estadios, en las plazas de las ciudades... Estos escenarios tan variados de mis celebraciones eucarísticas me hacen experimentar intensamente su carácter universal y, por así decir, cósmico.¡Sí, cósmico! Porque también cuando se celebra sobre el pequeño altar de una iglesia en el campo, la Eucaristía se celebra, en cierto sentido, sobre el altar del mundo. Ella une el cielo y la tierra. Abarca e impregna toda la creación.  […] Verdaderamente, éste es el mysterium fidei que se realiza en la Eucaristía: el mundo nacido de las manos de Dios creador retorna a Él redimido por Cristo. » § 8
http://www.vatican.va/holy_father/special_features/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_20030417_ecclesia_eucharistia_sp.html - Francisco cita a Juan Pablo II en el § 236 de Laudato Si’:             « En la Eucaristía ya está realizada la plenitud, y es el centro vital del universo, el foco desbordante de amor y de vida inagotable. Unido al Hijo encarnado, presente en la Eucaristía, todo el cosmos da gracias a Dios. En efecto, la Eucaristía es de por sí un acto de amor cósmico: ‘‘¡Sí, cósmico! Porque también cuando se celebra sobre el pequeño altar de una iglesia en el campo, la Eucaristía se celebra, en cierto sentido, sobre el altar del mundo’’. »
[30] http://www.cantalamessa.org/?page_id=193&lang=es
[31] « Como cristianos, queremos ofrecer nuestra contribución para superar la crisis ecológica que está viviendo la humanidad. Para ello debemos ante todo extraer de nuestro rico patrimonio espiritual las motivaciones que alimentan la pasión por el cuidado de la creación, recordando siempre que, para los creyentes en Jesucristo, Verbo de Dios hecho hombre por nosotros, ‘‘la espiritualidad no está desconectada del propio cuerpo, ni de la naturaleza o de las realidades de este mundo, sino que vive con ellas y en ellas, en comunión con todo lo que nos rodea’’ (Laudato Si’, 216). La crisis ecológica nos llama por tanto a una profunda conversión espiritual: los cristianos están llamados a una ‘‘conversión ecológica, que implica dejar brotar todas las consecuencias de su encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea’’ (ibíd., 217). De hecho, ‘‘vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana’’ (ibíd.) »
 http://w2.vatican.va/content/francesco/es/letters/2015/documents/papa-francesco_20150806_lettera-giornata-cura-creato.html
[32] http://es.radiovaticana.va/news/2016/09/01/%C2%BFrezar_por_la_creaci%C3%B3n_o_rezar_con_la_creaci%C3%B3n,_homil%C3%ADa_del/1255128
[33] http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/january/documents/papa-francesco_20150115_srilanka-filippine-incontro-giornalisti.html
[34] Cf. p. 17: https://www.aciprensa.com/entrevistapapafrancisco.pdf
[35] https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/july/documents/papa-francesco_20140728_caserta-pastore-traettino.html
[36] Cf. p. 12: https://www.aciprensa.com/entrevistapapafrancisco.pdf
[37] http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/november/documents/papa-francesco_20151115_chiesa-evangelica-luterana.html
[38] « Aunque de modo distinto y con las debidas diferencias, hay que aplicar lo que se ha dicho a la actividad que tiende al acercamiento con los representantes de las religiones no cristianas, y que se expresa a través del diálogo, los contactos, la oración comunitaria, la búsqueda de los tesoros de la espiritualidad humana que -como bien sabemos- no faltan tampoco a los miembros de estas religiones. ¿No sucede quizá a veces que la creencia firme de los seguidores de las religiones no cristianas, -creencia que es efecto también del Espíritu de verdad, que actúa más allá de los confines visibles del Cuerpo Místico- haga quedar confundidos a los cristianos, muchas veces tan dispuestos a dudar en las verdades reveladas por Dios y proclamadas por la Iglesia, tan propensos al relajamiento de los principios de la moral y a abrir el camino al permisivismo ético? » Encíclica Redemptor Hominis, n° 6
http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_04031979_redemptor-hominis.html
[39] http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/june/documents/papa-francesco_20150622_torino-chiesa-valdese.html
[40] http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350982?sp=y
[41] http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/june/documents/papa-francesco_20160626_armenia-conferenza-stampa.html
[42] http://www.mercaba.org/CONCILIOS/Trento03.htm
[43] Extracto de la Súplica a San Miguel Arcángel, contenida en el Exorcismo contra Satanás y los otros ángeles apóstatas, publicado en las AAS de 1890, p. 743: http://www.vatican.va/archive/ass/documents/ASS-23-1890-91-ocr.pdf  y en el Ritual Romano de 1903, p. 227: http://saintmichelarchange.free.fr/exoleon.htm - https://materinmaculata.wordpress.com/2014/09/20/exorcismo-completo-de-leon-xiii-latin-espanol/




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