San Juan Bautista

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lunes, 27 de noviembre de 2023

Filosofía arrabalera contra los doctos aburguesados – Augusto Torchson

 


Si hay algo que estos tiempos nos pueden dejar de enseñanza dentro de lo terrible de la situación que vivimos, es que, tanto en la plandemia como en el circo democrático actual, quedó absolutamente claro que había muchos de los que estaban entre nosotros pero no eran de los nuestros.

No es ningún descubrimiento el acertado dicho popular que reza que “todos son machos hasta que suena el primer disparo”. Pero los otroras cruzados de las redes sociales y de tertulias de salón, lejos de quedarse solamente agazapados bajo la mesa, salen a justificar su nuevo status con argumentos que el peor de los sofistas en la época de Platón se hubiera sentido avergonzado de utilizar.

Si la desesperación es mala consejera en cuestiones políticas, mucho peor es el miedo exacerbado. Y si hay dos características que podemos señalar como distintivas en estos tiempos, son la hipocresía y la cobardía. Y los cobardes ahora son más hipócritas que nunca, y si ahora usan pañales para evitar que se haga patente la consecuencia de sus actitudes eunucas, sabrán argumentar “científicamente” los beneficios prácticos que brindan dichas “prendas” en tiempos en los que es preferible estar prevenidos, resaltando las virtudes del hombre prudente y precavido.

Y los justificadores que se rejustifican y contrajustifican cambiando sus discursos originales sin retractarse de los primigenios, no solo omiten mencionar dichas posturas anteriores sino que aspiran a que sus oyentes pretendan no haber escuchado algo diferente de sus propias bocas no mucho tiempo atrás.

Los esgrimidores de tan cambiantes como elaborados argumentos, suelen ser gente instruida (o medianamente, o que simulan serlo); pero si hay algo que queda claro, es que las más heroicas gestas leídas por un eunuco, pueden servir para encendidos discursos, pero difícilmente se traduzcan en acciones nobles y valientes, mostrando lo difícil que es recuperar la virilidad perdida. Y así como el actual “ungido” por el vulgo soberano, estos tales siempre sostienen que son de los pocos que “resisten un archivo”[1], pero habría que preguntarles si los mismos tienen período de caducidad.

Pero lo concreto es, hablando gauchamente, que “en la cancha se ven los pingos”, demostrando estos eruditos que leen para la tribuna (y adecuan su prédica a la misma y a las circunstancias) que son el paradigma vivo no ya del “haz lo que yo digo y no de lo que yo hago”, sino del “haz lo último que yo dije, y si mi acción no se condice en ese caso, espera que prepare mi próximo decir”. Es claro que estos cada vez más numerosos personajes, pueden negociar sus principios pero nunca perder vigencia, a pesar de las más vergonzosas claudicaciones y autohumillaciones a las que de continuo se ven expuestos.

“El liberalismo es pecado”, solían decir, pero ahora, y bien entendido, podría encontrarse algún escrito eclesiástico que se pueda interpretar como la solución al problema de encontrar la cuadratura del círculo en esta cuestión. “La democracia es la enfermedad”, repetían (con tanta convicción como un periodista del canal de TV estatal), pero descubren finalmente que con los argumentos adecuados, no hay patógeno que no pueda ser vencido, o más bien remedio que no cure la enfermedad pero oculte algunos síntomas. Y así resultó que lo que pensábamos que era la “casta” no era la casta, o que cambió la no casta para pasar a ser casta, y que ahora la no casta que es casta resultó no ser tan mala.

A estos modernos sofistas podemos oponer el más elemental sentido común del laburante de la calle que afirma tener claro que al día siguiente de las elecciones, gane quién gane, el que pierde es el pueblo. A este trabajador, que con mucho esfuerzo consigue llevar el pan a su casa, la experiencia le demostró sobradamente que nunca se pudo creer en una promesa electoral y que tampoco hubieron consecuencias para los que prometieron y no cumplieron. Entiende con toda claridad este argentino, con el que completamente nos identificamos, el inmensamente básico silogismo referido a la ridícula posibilidad de creerle al mentiroso.

Sin embargo, los grandes pensadores aburguesados ante esta situación se empeñan en buscar los más enrevesados razonamientos (hablar en difícil, como decimos en el barrio), para que al no entenderse los mismos, él débil oyente y “likeador” de sus exposiciones, concluya que el “confíe en nosotros, somos especialistas” no puede fallar, sobre todo en personas con tanta exposición en las redes.

Otro argumento sostenido por los malabaristas del conservadurismo disfrazados de intelectuales católicos o nacionalistas, es que finalmente descubrieron que para cambiar la “realidad” (en vez de combatir sus atroces consecuencias), hay que comprometerse. Y el compromiso del “buen ciudadano” es el llevado a cabo anónimamente y sin ninguna consecuencia personal en el altar de la sacrosanta democracia que es la “inmaculada urna”, inmunda caja de cartón repleta de figuras de malolientes vendepatria, que se terminaría transformando por medio de una adecuada publicidad, en la forjadora del destino de una nación. Y así nos va, mientras seguimos cabeceando la pared. “Los problemas de la democracia se solucionan con más democracia”, diría un iluminado detractor del sentido común.

Finalmente, y para concluir con esta humilde observación de la triste actualidad de nuestra patria, (nuestra Iglesia, y hasta del mundo entero), afirmamos que en el caso argentino, ante la correcta y heroica opción de resistir el mal en todas su variantes y aún contra toda posibilidad de victoria, estos traidores formadores de opinión de gente poco instruida o de débil carácter; tenemos que advertir que se apoyó y fomentó al candidato que habló y propuso las políticas y principios más contrarios a los más elevados valores fundacionales de nuestra nación y a los más elementales principios religiosos católicos, ensalzando y priorizando las naciones y religión enemiga por sobre nuestra Patria y nuestra Fe. Hablamos del que sin sonrojarse afirmaba que no le gustaban las banderas porque era como poner muros, para no enarbolar la enseña nacional, pero sin embargo sin empacho y con orgullo levanta la bandera del Estado Sionista.

Recordemos que los pecados mortales conducen al Infierno por igual, pero los carnales nos asimilan a las bestias, y los espirituales, que son los que en este caso se distinguen más claramente en la opción de los apóstatas y cipayos sofistas aburguesados a los que nos referimos, nos asimilan a los demonios y por su naturaleza tienen una gravedad infinitamente superior a los primeramente mencionados.

Como anónimos laburantes y muchachos de barrio, seguiremos siendo simples soldados de a pie de Cristo Rey y de nuestra amada Patria, y sosteniendo que el pasto es verde y el agua moja, aunque los respetos humanos lo desaconsejen; y nos jactamos especialmente de seguir resistiendo aún cuando las probabilidades nos sean más esquivas. Y tal vez humanamente nos toque perder, y ustedes consigan alguna efímera gloria humana, pero recuerden despreciados enemigos internos:

 

"Roma traditoribus non praemiat”

 

Augusto Espíndola



[1] https://www.tiktok.com/@c5n/video/7293689597442231558




domingo, 26 de noviembre de 2023

Se viene nomás la batalla cultural - Antonio Caponnetto

¿Y ESTE ES EL ROSTRO DE LA BATALLA CULTURAL?

Cuando el delegado y elegido de Perón, Héctor Cámpora –el hombre alfombra del General, como lo llamara Genta- asumió el poder en el infausto 1973, desde la revista Cabildo, sacamos una tapa con la caripela asqueante y satisfecha de náusea de José Ber Gelbard, formalmente nombrado Ministro de Economía. El retrato, claro, iba acompañado de una leyenda que decía: “¿Y este es el rostro de la liberación?”. Una larga y fundada nota apuntando las fechorías del hebreo, daba cuenta de su pasado delictivo, ligado al ámbito de la usura, de las finanzas turbias y del dinero malhabido. La pregunta de aquella tapa era retórica, por cierto. Pero hacía alusión a uno de los ejes centrales de la campaña peronista para llegar al poder; a saber, que combatirían la dependencia y nos darían la liberación.

Pues resulta que ahora, entre los nombramientos formalmente asegurados de Milei se cuenta con el de Leonardo Cifelli como Secretario de Cultura. “Leo”, para sus amigues, tiene frondosos antecedentes como productor teatral en el submundo de la farándula, del espectáculo en su peor acepción política y del universo de actrices y actores putoides; verbigracia, de ese despojo humano que se llama Pepito Cibrián Campoy, cuya inverecundia compite con su nadería.

Una vieja noticia de julio de 2013, nos lo muestra a Cifelli festejando efusivamente el “casamiento” de Marilina Ross con su pareja Patricia Rincci.

No sólo eso, nos lo muestra, junto con otra invertida como Sandra Mihanovich, “asesorando a las novias en todo” y “el festejo que se hará en el restaurante mexicano de Marita, la pareja de Sandra, en Martínez”. Todo puede saberse con estos y muchos más detalles con una simple <gugleada>, de las que proponía el infame Massa. (https://www.continental.com.ar/espectaculos/a-los-70-anos--se-casa-marilina-ross_a60e45ec9771a9219a550e210)

Pues bien, la comparanza es casi obvia entre aquel 1973 y este exacto medio siglo después. ¿Este es el rostro de la batalla cultural, que nos prometían y aseguraban los pandilleros mileistas de la Nueva Derecha? ¿Esta es la esfinge, el emblema o el signo de quienes nos acusaban de no comprender la gesta intelectual que se abalanzaría sobre la sociedad al solo conjuro de la victoria peluquense? ¿Esta es la señal de los festejos de que ha sido derrotado el progresismo, la zurda y el detrito cosmovisional del kirchnerismo? ¿Esta es la epopeya recuperadora de la cultura, anunciada por los paladines de La Libertad Avanza, y que por no saber valorar ni comprender ni votar, fuimos catalogados de irrecuperables para la vida política? ¿Y si no lo fuera, nada tienen que protestar, ni ninguna disculpa que ofrecernos, los que rifaron la ortodoxia católica, como platejo de lentejas, para que se alzara con el poder tamaño golem, parido entre las usinas más turbias de la sinagoga?

No esperábamos que el esperpento libertario nombrara en el área al Cardenal Cisneros o a Alcuino. Pero al menos a alguien a quien le funcionaran normalmente las hormonas, como para tomar distancia de todo ese burdelesco aparato al servicio de la mentira, de la maldad y de la fealdad en que se ha convertido hoy la cultura.

En rigor, no nos preocupa el nombramiento de Cifelli o desquiciado análogo. Estamos acostumbrados a enfrentarlos. Nos preocupan dos cosas: la ceguera obtusa y recalcitrante de los supuestos <buenos>, que siguen apostando a Milei; y la obscenidad pronunciada e insolente con que éste sigue dando muestras de su alineación en el bando judeomasónico. En tal sentido, la Argentina nunca ha conocido un presidente más pornográfico en la materia.

Es su “proyecto personal de vida”, por cierto. Y al no haberlo ocultado nunca, hay que decirlo, el perengano no engañó a nadie.

Pero se engañan, sí, y mucho, todos aquellos que no presienten, olfatean o intuyen que detrás de ambos fenómenos –la ceguera empecinada de los buenos y la pornografía política de los malos- hay algo que huele a preternaturalidad. Milei las llamó “fuerzas celestiales”. Se olvidó de decir que, son las fuerzas caídas, las rebeladas contra Dios Uno y Trino, las ofensoras del plan creacional, las vociferantes del <non serviam>,las emponzoñadas en la soberbia, las castigadas por ende con el soplo arrollador del Señor de los Ejércitos.

Terminará esta bacanal maldita peor de lo que ya empezó. Terminará con un desparramo de vesania, filfa y hemorragia. Y los que lo anunciamos, no seremos precisamente blancos de pedidos de disculpas, sino de piedras con las que querrán lapidarnos. Reste decir, porque siempre hay un imbécil sofista que se hace el que no entiende, que la bacanal cuya ruindad anunciamos, se vale de los Milei o de los Massa o los malparidos de turno. Las ranas del Apocalipsis, de las que habló Castellani. Pero su verdadero nombre es democracia. Contra ella nuestra lucha, por un Orden Social Cristiano. Aunque no lo vean nuestros ojos terrenos ni lo entiendan los oportunistas. Dios me entiende, musitaba Don Quijote.



lunes, 13 de noviembre de 2023

Tutorial para las próximas elecciones - Antonio Caponnetto

 


Primera Parte

Como está visto que nuestros compatriotas quieren cumplir o sí o sí con el sacro deber cívico de tirarse unos tiritos a la ruleta electoralera; y como está más y peor visto que del rebaño sufraguero no escapan los más próximos, allegados, cercanos o semejantes. Como está tristemente visto, al fin, que aún entre estos amigos de la vida quedan indecisos, dubitativos, vacilantes o irresolutos, les alcanzamos sin fines de lucro este esquemático tutorial. Paso a paso, usted irá viendo con seguridad y calma, que su decisión toma un rumbo certero y definido. Siga este tutorial y deponga tranquilo su sufragio.

1) Pregúntese cuál de los dos candidatos está dispuesto a declarar que su elección carece de legitimidad de origen, por basarse en todos los principios, normas y requisitos impuestos por un sistema intrínsecamente perverso.

2) Pregúntese cuál de los dos candidatos está dispuesto a legitimar su ejercicio mediante la supresión violenta de la democracia y la implantación de un gobierno lícito que asegure la conquista efectiva del bien común completo.

3) Pregúntese cuál de los dos candidatos está dispuesto a llamar genocida al Estado de Israel, a toda la alianza judeomasónica dominante, y a romper relaciones con nuestros agresores históricos, a diestra y a siniestra. Sin que tiemble el pulso ni haya indulgencia para los réprobos.Mientras estén robadas las Malvinas, nuestras vinculaciones con el Reino Unido no pueden ser sino de hostilidad.

4) Pregúntese cuál de los dos candidatos está dispuesto a implantar la pena de muerte –por fusilamiento en la Plaza Mayor- a toda la recua de traidores a Dios, a la Patria, al Orden Natural y al Orden Sobrenatural. Sinn excluir de la lista a prelados, nuncios, clérigos, presbíteros, obispos o alcahuetes de la Roma apostática.

5) Pregúntese cuál de los dos candidatos está dispuesto a hacer propias las palabras del insigne Don Juan Manuel de Rosas, en su proclama de 1835: “Resolvámonos a combatir a estos malvados que han puesto en confusión nuestra tierra. Persigamos a muerte al impío, al ladrón, al homicida y, sobre todo, al pérfido y al ladrón que tengan la osadía de burlarse de nuestra buena fe. Que de esa raza de monstruos no quede uno entre nosotros y que su persecución sea tan tenaz y vigorosa que sirva de terror y espanto a los que puedan venir en adelante”.

6) Pregúntese cuál de los dos candidatos está dispuesto a hacer propias las consignas del Gral. San Martín, escritas en el Código de Honor del Reglamente de Granaderos a Caballos: “Todo el que blasfemare del Santo nombre de Dios, o de su adorable Madre, e insultare la Religión, por primera vez sufrirá cuatro horas de mordaza atado a un palo en público por el término de ocho días, y por segunda vez, será atravesada su lengua con un hierro ardiente y arrojado del cuerpo. Sea honrado el que no quiera sufrir estas penas. La patria no es abrigadora de crímenes”.

7) Pregúntese cuál de los dos candidatos está dispuesto a asumir este dictamen certero de Pío XI, en la Quadragesimo Anno (& 109), según el cual “la libre concurrencia se ha destruido a sí misma; la dictadura económica se ha adueñado del mercado libre; por consiguiente, al deseo de lucro ha sucedido la desenfrenada ambición de poderío; la economía toda se ha hecho horrendamente dura, cruel, atroz”, desembocando en el “no menos funesto y execrable imperialismo internacional del dinero, para el cual, donde el bien, allí la patria”. Y a combatir entonces todas las pinzas nefastas de ese funesto Imperialismo.

8) Pregúntese cuál de los dos candidatos está dispuesto a dinamitar el Congreso, a pasar la motosierra por todos los comités, las guaridas partidocráticas, las unidades básicas, los lupanares derechohumanistas, los templos de la usura y las logias masónicas. A demoler sin piedad los antros donde conviven la ralea oficialista y la supuesta oposición.

9) Pregúntese cuál de los dos candidatos está dispuesto a reivindicar oficialmente las dos guerras justas que libraron las Fuerzas Armadas de la Nación en el siglo XX, y en consecuencia, a dejar en libertad a aquellos prisioneros de guerra que fueran capturados desde 1983 hasta la fecha, y a enviar a prisión a los principales responsables de la subversión y del terrorismo marxistas. Cómo se resarcirá, y no económicamente, a aquellos específicos prisioneros de guerra capturados por la maldita democracia, que han sido y son a la par guerreros de Malvinas.

10) Pregúntese cuál de los dos candidatos está dispuesto a proclamar públicamente la Realeza Social de Nuestro Señor Jesucristo. Y a obrar en consecuencia.

Si su respuesta es NINGUNO, pues entonces, lo invitamos a darse cuenta de una vez por todas, de que los falsos opuestos, en rigor, son la misma corrupción, similar náusea, idéntico relajo, análogo desquicio, simétrica basura.

Lo invitamos a darse cuenta de que no hay solución democrática; de que existe un quehacer político para el católico argentino. Ese quehacer es posible, concreto, dinámico, operativo, amasado de realidades, experiencias, instituciones naturales y personas de carne y hueso. La Iglesia supo trazarnos ese camino, cuando estuvo encabezada por pontífices sabios. La Historia nos ofrece esos ejemplos. Nuestros héroes encarnaron esa solución. Hay vida política sin democracia; y la democracia es la muerte de la vida política. Atrévase a convertirse en un contrarrevolucionario. A militar en la reacción. A reemplazar la demoníaca mística democrática por una mística cristiana y criolla.

 

Segunda Parte

En vano se seguirá apostando a este Régimen, ratificado por todas las variantes del sistema, hayan sido cualesquiera sus protagonistas eventuales. En vano se continuarán las prácticas de un modelo que, cada partido a su turno, demostró ser inviable para asegurar el bien común. La democracia no puede dar sino lo que ha· dado: desnudez, desarraigo, esclavitud y muerte. Mas no están cerradas las puertas de la esperanza, si se acude a Nuestro Señor Jesucristo, para que con su Divina Realeza arroje al demonio llamado <Multitud> ( que significativamente con ese nombre aparece en Ls. 8, 26-30) a una piara de cerdos, y éstos a su vez, como lo narra el Evangelio, se arrojen a un despeñadero para que el agua se los trague.

Dostoievsky supo imaginar a uno de sus Endemoniados, convirtiéndose al final de sus días, y haciéndose leer el pasaje de San Lucas sobre el poseso de Gerasa, para terminar como el gerasiano, libre y sano, sentado a los pies del Señor contemplando sus enseñanzas. En la ocasión dice el anciano contrito: "los demonios que salieron de ese hombre enfermo para entrar en los puercos, son todas las plagas, suciedades, miasmas y delitos que se han juntado en nuestra querida y amada patria, la que al final, se desembarazará de todas las impurezas y podredumbres que hoy la hacen sufrir, porque ellas mismas querrán entrar en los puercos. Y entonces la enferma patria se sentará a los pies de Jesús y todos la mirarán con asombro, como asombrados contemplaron los gerasenos al endemoniado aquel que curado escuchaba al Divino Maestro”

Una vez más surge con nitidez el significado de nuestra lucha: contra Multitud, por el Reinado de Jesucristo . Y una vez más la apuesta empecinada, a que de las cenizas surgirá el rescate. Porque las aquí mentadas, no son las pavesas de las urnas roñosas, sino las reliquias de ese renovado y eterno primer Miércoles de Cuaresma.

La “mística democrática”, enseñaba Martínez Villada, se sostiene en el fraude moral, según el cual, el demócrata se sabe bueno porque se siente bueno, creyendo en “la efusión purificadora de los fraudes electorales”. “La democracia es incorregible y recae y se despeña en extravíos; carece de luz porque ha renunciado a la inteligencia”.

La mística del católico, en cambio, parte y se dirige hacia la Luz. Teniendo lumbre al comienzo y al final del camino, es más fácil arremeter, abalanzarse y embestir. Nuestra esperanza cuenta con la ventaja de la inextinguible luminosidad teofánica. “No es bueno el blandito, sino el justo misericordioso”, diferenciaba Fray Petit de Murat con aquilatada sabiduría. “Los blanditos llegan a hacer horribles males, porque dejan que se caiga una casa encima y no quieren contrariar a nadie. Es la ignavia”. Cuidado entonces, mucho cuidado, con que la necesaria y legítima perspectiva parusíaca nos haga caer en la ignavia.

No necesitamos engañarnos ni engañar a nadie respecto de nuestros poderes, que no son tales temporalmente hablando. No necesitamos nutrirnos de ilusiones vanas respecto de conquistas terrenas, que tal vez no lleguen. Pero necesitamos ser inclaudicablemente fuertes y esperanzados. Y no es poca cosa, ni tarea para cobardes.

En su confortadora encíclica Spe Salvi, Su Santidad Benedicto XVI –que no elude el tema de la adversidad política, tan cercano a nuestra propia experiencia- memora un texto del Sermón 340 de San Agustín, que parece contener toda una respuesta al qué hacer, en las actuales circunstancias. Explica allí el de Hipona que una misión se ha impuesto: “corregir a los indisciplinados, confortar a los pusilánimes, sostener a los débiles, refutar a los adversarios, guardarse de los insidiosos, instruir a los ignorantes, estimular a los indolentes, aplacar a los soberbios, apaciguar a los pendencieros, ayudar a los pobres, liberar a los oprimidos, mostrar aprobación a los buenos”.

Todavía hay quienes se preguntan qué tenemos que hacer. Pues varias tareas pendientes y por delante surgen del texto precitado. Es cuestión de encararlas, una a una, sin quejas ni desmayos. Sabiendo que quien tal cometido se propone, ya está en posesión de una alegría elegida y alta. Una alegría que no puede empañar el rejunte de penurias diariamente padecidas. Porque ella –según cita preciosa, traída a colación por el mismo Benedicto XVI- es “una bienaventuranza que atraviesa felizmente las batallas con una rosa en la mano”.

Sólo y principalmente en esta dimensión sobrenatural, alcanzará su pleno significado nuestro amor a la patria, nuestro quehacer político, nuestra insistencia en proseguir, a pesar de los pesares. Sólo y principalmente en esta dimensión sobrenatural alcanzará su pleno significado aleccionador y confortador, aquel soneto de Manuel de Sandoval (citado lo encontré por Blas Piñar) que nos invita a no desfallecer :

“Lo que no logres hoy, quizá mañana

lo lograrás; no es tiempo todavía.

Nunca en el breve término de un día

madura el fruto, ni la espiga grana.

No son jamás en la labor humana

Vano el afán ni inútil la porfía;

el que con fe y valor lucha y porfía

los mayores obstáculos allana.

Trabaja y persevera, que en el mundo

nada existe rebelde ni infecundo

para el poder de Dios o de la idea.

Hasta la estéril y deforme roca

es manantial cuando Moisés la toca

y estatua cuando Fidias la golpea.


Antonio Caponnetto


domingo, 12 de noviembre de 2023

Homenaje a Chacho Peñaloza - Antonio Caponnetto

 

ANTONIO CAPONNETTO

12 de noviembre de 2023

In memoriam 

1863 - 12 de Noviembre - 2023


160 ANIVERSARIO

DEL ASESINATO

DEL CHACHO PEÑALOZA


El martirio lo sorprendió sereno, su pelo rubio encanecido, y los ojos azules presintiendo otro Azul.

Lo mató el liberalismo, que desde antes y entonces alza su mano homicida contra el cuerpo doliente de la Argentina. Ese mismo liberalismo que hoy se presenta como panacea política.

El gobierno corrupto, disoluto y homicida que hoy nos rige, no ha sido ni será capaz de reivindicar su figura.

Hace 160 años. Sobre la Plaza de Olta, su sangre se hizo una con la tierra y siguió galopando por los valles, ahora ya sin lebreles seguidores, libre, hacia lo Alto.

Nadie cree en La Rioja que haya muerto, y son muchos los que aguardan impacientes el ronco imperativo de su voz. Porque en el acero de su tacuara se leía esta sentencia: “Quien a mi dueño ofendiere, de mí espere venganza”.

Tal vez vuelva otra vez, a clamar por la Patria Restaurada.


General Ángel Vicente Peñaloza:

¡Presente!



lunes, 6 de noviembre de 2023

Una vez más: San Pio X - Antonio Caponnetto


Comentarios a un intercambio epistolar entre mi hermano Mario Caponnetto y el padre Javier Olivera Ravassi[1]

 

Querido padre Javier:

Como bien sabes, los hermanos Caponnetto somos conocidos en el ambiente facheril argento, con el mote de Colesterol. Hay uno <bueno> y otro <malo>. Y aunque los acuñadores de paremias no se ponen de acuerdo, prevalece la idea que a mí me correspondería el papel de LDG o lipoproteínas de baja densidad.¡Malhaya el destino!

Agrego, pues, mis “malos” pareceres sobre los tuyos; me refiero a los que les has dado como respuesta a Mario, en tu carta del 30 octubre, según consta en tu blog. Doyte aviso además de que haré públicas estas líneas entre comunes parroquianos, pues en nada empecé a la amistad que cultivamos, no violan ningún sigilo, a nadie ofenden y hasta podrían servir de aporte para una historia de lo sucedido en la cubierta del Titanic.

1)        Los dos textos que has traído a colación, uno de San Pío X de 1909, y otro que lo replica del Cardenal Merry del Val, de 1911, me resultan gratamente conocidos. Están ingresados en mi correo electrónico el 20 de marzo de 2019, con ocasión de un fructuoso intercambio con un “camisa vieja” muy ilustrado. Lejos de pensar que no podían ser del papa Sarto, me alegró saber que de él procedían. Pues son un ejemplo de recta y genuina casuística, arte de tan mala fama –acaso porque se la asocia fatalmente al jesuitismo- y que sin embargo mucho nos socorre cuando procede de un sabio y de un santo como lo fue aquel pontífice. En no pocas ocasiones, pues, me valí de estas “Instrucciones” para mis clases. Es casuística de estirpe.

2)        Dices sin ambages, y está bien, que diste a conocer esos documentos “a partir de la coyuntura política de nuestro país (las elecciones del 19 de Noviembre de 2023, en la que se enfrenta el kirchnerismo y el liberalismo/libertario)”. Con más razón que nunca entonces se imponía comentarlos, contextualizarlos, interpretarlos y ubicarlos en el conjunto del magisterio piodecimoniano. Porque así solitos y sueltos, como los publicaste, la conclusión era una sola: que San Pío X nos mandaba a votar por Milei. No hay hipérbole, te lo aseguro. Las distintas pruebas de simpatía, predilección y/o aquiescencia que desde tu blog fuiste dando hacia la figura del libertario(bien que con ciertas reservas, dichas de vez en vez, incluso la mejor de todas: sobre su delirio antirrosista), conducían fatalmente a suponer que sólo nos faltaba la bendición del buen Sarto para ungirlo a Bisoñé el 19 de noviembre.

3)        Fue entonces que hice circular dos notas tituladas “San Pío X, los liberales y la opción política”[2] . Te las remití y acusaste recibo con calidez. Me hubiera gustado que las publicaras; pero ni yo te lo pedí ni estabas obligado a hacerlo; de modo que nada reprocho. Ahora, en cambio, y a juzgar por los frutos que he podido recoger, advierto que aquellas notas mías prestaron un módico servicio: el que no se creyera que San Pío X estaba afiliado a <La Libertad Avanza>. Y el que se conociera un poco el ideario, el curso de acción y el notable quehacer táctico estratégico que nos legara el gran Sarto, en las antípodas de la democracia, del liberalismo, de la Revolución, de la Modernidad y de lo que hoy solemos llamar el Régimen, que todo lo políticamente malo abarca.

4)        Es paradojal lo sucedido al respecto; las “Instrucciones” que publicaste hacían deducir al lego desprevenido que San Pío X era una especie de puntero de barrio, arriando bautizados a las urnas, y amigando a católicos con liberales, como si nada. La inmensa y riquísima doctrina de aquel Papa, en cambio, muestra -como en pocos casos en la historia de la Doctrina Social de la Iglesia- que la opción política de los católicos puede y debe tomar un rumbo muy distinto, muy concreto y muy operativo, en las antípodas de lo que el sistema de dominación nos impone hacer, y que mansamente acepta la mayoría, empezando precisamente por los católicos. Me preocupa, y mucho, que las “Instrucciones” hayan padecido un reduccionismo, ya no de ese extraordinario plan táctico estratégico del Pontífice para ejecutar un quehacer político genuinamente católico, sino de la totalidad de las susodichas “Instrucciones”, sumadas a las orientaciones de Merry del Val.

5)        Vuelvo entonces a las “Instrucciones” de mentas que publicaste –más las glosas de Merry del Val sobre las mismas-, pues lejos de considerarlas un bulto al que hay que escabullir, las tengo como un valioso testimonio de prudencia política. Pero vuelvo a estos textos, sin ser de la Escuela de la Gestalt (¡Jordán Abud me libre!), para sugerirte que enfatices por igual la forma y el fondo. Como en el proverbial jarrón formado por dos perfiles humanos que se miran, no nos es saludable ver sólo los perfiles o sólo el jarrón. Conviven ambas configuraciones.

Y al observar así aquellos argumentos pontificios o parapontificios, me sorprendo felizmente de hallar estas afirmaciones, que copio textualmente:

- “[Hay que] sostener la tesis católica en España y con ella el restablecimiento de la Unidad Católica, y luchar contra todos los errores condenados  por la  Santa  Sede, especialmente  los  comprendidos  en el Syllabus, y las libertades de perdición, hijas del llamado derecho nuevo o liberalismo, cuya aplicación al gobierno de nuestra patria es ocasión de tantos males”.

-“El nombre de liberales repugna justamente a muchos, y mejor sería no emplearlo”

-“Combátanse los actos y las doctrinas reprobables, cuando se producen, sea cual fuere el partido a que estén afiliados los que ponen tales actos o sostienen tales doctrinas”

- “No pretender que nadie renuncie a sus aficiones políticas honestas como deber ineludible”.

-“Calificativos como <los peores enemigos de la Religión y de la Patria> o <imitadores de Lucifer> convienen al «liberalismo doctrinario» y a sus hombres en cuanto sean sostenedores contumaces y habituales de errores y doctrinas contrarios a los derechos de Dios y de la Iglesia”.

-“Nuestros ardientes votos son que en el gobierno del Estado renazcan las grandes instituciones de la tradicional Monarquía española, que tanta gloria dio a la Religión y a la Patria, y trabajaremos para la ascensión progresiva de nuestras leyes y modos de gobierno hacia aquel grandioso ideario”.

-“Que los católicos que se llaman liberales, en primer lugar acepten sinceramente todos los capítulos doctrinales enseñados por la Iglesia y estén prontos a recibir los que en adelante ella misma enseñare; además, ninguna cosa se propongan que explícita o implícitamente haya sido condenada por la Iglesia; finalmente, siempre que las circunstancias lo exigieren, no rehúsen, como es razón, expresar abiertamente su modo de sentir conforme en todo con las doctrinas de la Iglesia”.

Pues sí, caro amigo. San Pío X reivindica los derechos de la “tesis” sobre los meros “hipotesistas”; recuerda, exalta y propone los antiguos ideales de la gloriosa monarquía tradicional; subraya la vigencia de las condenas al liberalismo y al mundo moderno; sostiene que el nombre de liberales es repugnante; nos enseña el noble arte de vituperar –herencia de Aristóteles y de Ramón Doll- sabiendo bien a quiénes aplicar las sutiles calificaciones de “imitadores de Lucifer” o “los peores enemigos de la Religión y de la Patria”, y alienta a seguir flameando las viejas y antiguas banderas de las “aficciones políticas honestas”. ¿De veras puede creer alguien con la debida capacidad lectora comprensiva, que estos textos nos conducen a votar a algunos de nuestros candidatos de M... Milei, Masa, Macri y otros coprónimos intercambiables? ¿De veras vamos a ceñir las “Instrucciones” y el texto de Merry del Val consiguiente a la parte en la que alecciona con cautela sobre cómo dirimir los conflictos en una disputa electoral comarcal? ¿Y de veras vamos a aplicar, sin más, al presente argentino, el fragmento reducido del texto, sin evaluar si aplica o no aplica a nuestro angustiante presente? Por eso, repito, las “Instrucciones” necesitaban del debido contexto histórico- social-doctrinal. Porque de lo contrario, muchos podían confundirse y se confundieron.

6)        Nos dices “que la prédica contra la democracia moderna de cierta parte del nacionalismo católico argentino (y subrayo <cierta parte>) ha logrado no sólo un abstencionismo partidocrático (totalmente lícito, por cierto) sino también, y sin buscarlo, un cierto <celo amargo> entre algunos jóvenes que creen que sólo resta esperar el martirio o la parusía, sin intentar hacer algo en pos de la cosa pública Y esto, aún cuando algunos tuvieran vocación y talento para ello”.

Me siento y no me siento aludido, mas por las dudas, quede dicho:

 

a)        mi prédica no es contra la democracia moderna, sino contra la democracia toda, arrancando desde la crítica presocrática a ella hasta la de calificados autores contemporáneos. De todos los cuales me he ocupado en luengas y densas páginas. Sin que falten los que se enojan cuando les pido que no opinen sobre ellas si no las han leído. Pero el nuestro debe ser el único país en el que se puede estar en contra de un autor y de una obra sin haberlos estudiado.

 

b)        no soy abstencionista ni pertenezco al Partido Ausentista, Votoblanquista o Anulador. Milito activamente en el Nacionalismo Católico desde mi lejana adolescencia. He dedicado todo el estudio y todo el esfuerzo docente y bibliográfico que pude a demostrar y a predicar que, para el católico, hay otro quehacer político práctico, posible y legítimo. Para lo cual, justamente, necesitamos “la vocación y el talento” de jóvenes y adultos; y no que unos y otros malgasten sus dones rindiéndole pleitesía a la perversión democrática. Entiendo y comparto el dolor que te embarga al contemplar aquellos jóvenes abatidos o rendidos. Pero muchísimo más me duele y me interpela la cantidad de jóvenes “con vocación y con talento para hacer algo en pos de la cosa pública”, y a la que ciertos adultos les hacen creer que tal cosa únicamente puede llevarse a cabo si se instalan en el sistema y juegan sus desdichadas reglas. Es penoso verlos caer uno a uno en la pendiente electoralera y partidocrática. Es penoso constatar la incoherencia absoluta a la que son arrojados con tal de figurar en el sistema. Y más penoso aún verlos convertidos en narcisistas del cyber espacio, convencidos de que vivir consiste en ser filmado, youtubeado, tuiteado, instagraneado, emoticonado, pulgareado o lo que fuere.

 

c)        No puedo asociar, al modo de causa y efecto- la “prédica contra la democracia” y el “celo amargo” de los que creen que “solo resta esperar el martirio o la parusía”. Al margen de que es loable el hecho de que todo católico tenga un espíritu parusíaco y una actitud de testigo (martirial), la verdad es que, si me uso a mí mismo de <leading case> (por comodidad, digamos, porque me tengo a mano), es algo muy distinto lo que constato cada vez que predico contra la democracia. Los que me escuchan o leen no salen buscando Patmos sino más bien Covadonga; ni me preguntan dónde está sonando la séptima tuba sino dónde están los fierros. Y en cuanto al martirio, muchos de ellos me hacen acordar al padre Luis Toracca, quien cada vez que me veía me susurraba con irónica picardía: “Hay que prepararse para el martirio...”; y tras una pausa estudiada, agregaba estotro: “de los enemigos”. A muchos antidemocráticos, y a mí mismo, nos pasa que podríamos parafrasear al padre Castañeda y decir a viva voz “la Parusía me da fuerzas”. En fin, lo que trato de decirte es que los antidemocráticos pertenecemos al género de los arrebatados o manijeros, según la taxonomía del Aquinate. Mientras que el celo amargo suele gravitar como nota dominante entre los apisonadores de sufragios.Fuerabromas, caro pater: la postura inmovilista o quietista en nombre de la Segunda Venida, no es la mía. También sobre esto tengo mis libros, de los cuales mis enemigos dirán, inspirados en Quevedo: “ si acaso no aprendidos/nunca abiertos”.

 

7)        Dices luego que te asiste la creencia de “la relatividad de esas formas de gobierno”, entre las cuales estaría la democracia. No predico yo que no sean relativas, si de contraponerlas a absolutizaciones se tratara. Sólo repito con los clásicos –paganos y católicos- que hay formas puras e impuras, virtuosas o viciosas, legítimas o ilegítimas; y que la democracia corresponde al género de las formas impuras, viciosas, degradadas, corruptas e ilegítimas de gobierno. Pero me sorprende que los padres tutelares invocados para esta postura que asumes sean Maurras, Meinvielle, Irazusta, Enrique Díaz Araujo y el inolvidable Dr. Pateiros. Todos los cuales compitieron entre sí en el noble arte de vituperar, excecrar, denostar, peer y fustigar a la democracia. Desde Maurras que la llamó “enfermedad”, hasta Meinvielle que la denominó “Satanocracia”, pasando por Don Julio Irazusta que la consideró “un pecado contra el espíritu”(sic).

Si emperadores politeistas hubo que aceptaron tener consejeros cristianos, el fenómeno no es mérito de la democracia ni del sufragio ni de los partidos ni de la soberanía popular; sino, por el contrario y en todo caso, de la forma política del Imperio. Aplicando lo que dice San Eusebio podría entenderse analógicamente :”didicerunt omnes homines, sun uno terrarum imperio viventes, unios Dei omnipotentis imperium fideli eloquito confiteri” (Enarraciones...XLV,21). Y si “ciertos pueblos bárbaros fueron conquistados para Cristo, aún en situaciones doctrinalmente desfavorables”, tampoco prueba los buenos servicios que nos prestan los demócratas sino los conquistadores y evangelizadores, los apóstoles y los decididos al martirio.

¡Bien por San Remigio que casó a Clodoveo con Santa Clotilde! Pero como atinadamente apuntas hizo falta un santo, un monarca y una santa para formar un reino cristiano. La democracia, algo más módicamente, acaso si permite el apareamiento tántrico de Milei con Fátima Florez, como permite y festeja la mancebía de Menem con la Bolocco –vástago incluido- aunque no sabemos si sucedió respetando el principio bioceánico o el uti possidetis iuris.

8)        Ríos de tinta han corrido debatiendo la clásica fórmula maurrasiana de la politique d’abord, que oportunamente recuerdas. No seré yo quien dirima la cuestión, abordada inter nos por maestros brillantes. Sólo sumaré al respecto un intento de respuesta a una pregunta retórica que a partir de esta premisa te haces: “¿de qué nos serviría una restauración católica en lo individual, una restauración de los primeros principios en nuestros estudiantes si el país continuara siendo vasallo de los imperios y sometido a las agendas globalistas? Pues precisamente nos serviría, como dice Castellani, de grano de mostaza y de levadura para conservar y acrecentar la esperanza de superar alguna vez nuestra condición de nación vasalla. Cuando ya no nos quede la probabilidad siquiera de liberarnos de las ataduras del globalismo, nos quedarán los testigos insumisos (así llamaba Pierre Pascal a Maurras), que sepan y puedan aún pensar la patria; y morir pensándola como Dios la trajo al mundo. Pero con estudiantes o jóvenes funcionales al sistema, dóciles a la democracia y a sus patochadas siniestras, son esos poderes mundiales los que salen ampliamente gananciosos. Habrán logrado domeñarlos y volverlos parte del rebaño. No sé si, como escribes, la primera de las libertades del hombre es la independencia de su patria, porque como tantas veces lo hemos conversado , independentistas tuvimos para todos los gustos. Pero creo que sí podría considerarse libertad humana prioritaria la que está definida por Jesucristo (Jn 8,31-42) y no por Benegas Lynch. Si así nos paramos frente a la realidad no hay ninguna oposición dialéctica entre “decir la Verdad” y “obrar el Bien”. Porque la Verdad es un Bien de Derecho Público, enseña Santo Tomás. Descubrirla, proclamarla, amarla y servirla con todas nuestras fuerzas, contra tirios y troyanos, es tarea equivalente a obrar el Bien.

Entiendo al fin que, por razones pastorales o de celo apostólico, “no quieras disparar nunca contra la derecha”. Pero en mi opinión es un error que cabría rectificar. Ante todo porque conserva la criteriología iluminista y revolucionaria de dividir los bandos en diestra y siniestra. Es la misma forma mentis de la Revolución; precisamente aquello que De Maistre aconseja no hacer. En segundo lugar porque lo que aquí y ahora se llama “derecha” es un rejunte informe de liberales, masonetes, oligarcas, mayo-caseristas, políticamente correctímos, neo cipayos de overol o de levita, nacionalistas vergonzantes y felones, batalladores culturales made in USA, señoros gordos y señoras liposuccionadas. Una especie de <mesaza> de Mirta Legrand. No, padre Javier; nuestra derecha no es la que pudo hacerle escribir a un Silvio Villegas que allí no estaban los enemigos. Es la que llevó a José Antonio a acuñar su famosa consigna, según la cual es preferible la bala del marxista a la palmadita del derechista. Porque siempre será mejor morir fusilado que de náuseas.

No te quito más tiempo.

Va mi abrazo

En Cristo y en la Patria Antonio

 

Pta: Me alivió mucho verte defender a Rosas de los anacronismos indoctos y revulsivos lanzados por Milei. Me pregunto qué malabares harán ahora sus espadachines, a quienes conocimos cantando “Revuelo de ponchos rojos”. Pero ya los he descubierto; son capaces de toda incoherencia. De votarlo el 19 y de festejar el 20 La Vuelta de Obligado. De cumplir con el deber cívico de mentir universalmente, y después de asistir a tus solemnes misas tridentinas, para no ser pasteleros.

 


[1] Cfr. https://www.quenotelacuenten.org/2023/10/30/democracia-y-liberalismo-dos-cartas- entre-amigos-dr-mario-caponnetto-y-p-javier-olivera-ravasi/ )

[2] http://www.ncsanjuanbautista.com.ar/2023/10/san-pio-x-los-liberales-y-la-opcion.html http://www.ncsanjuanbautista.com.ar/2023/10/segunda-parte-en-el-capitulo-tercero-de.html


ANTONIO CAPONNETTO