San Juan Bautista

San Juan Bautista

domingo, 20 de octubre de 2013

La Santa Inquisición – Por P. Ángel O. Peña


  Los libros de historia propiciados por los enciclopedistas del siglo XVIII exageran la leyenda negra de la Inquisición. Los cuadros pintados por Jean Paul Laurens no muestran de la Inquisición más que calabozos tenebrosos y víctimas jadeantes, postradas a los pies de monjes sádicos. Incluso en pleno año 2001, una revista presentaba el libro negro de la Inquisición, acompañado con el subtítulo: Caza de brujas y cátaros. Retrato de un fanático: Torquemada. Las torturas y la confesión. De las  ilustraciones del documento, siete representan una hoguera y una escena de tortura.

  Pero los hombres de la primitiva Inquisición medieval del siglo
XIII, vivieron la Inquisición como una liberación. La historiadora
Regine Pernoud dice que la Inquisición fue la reacción de defensa de la sociedad ante las herejías en tiempos en que la fe era tan importante como en nuestros días lo es la salud física.

  Evidentemente, con la mentalidad del siglo XXI es difícil entender la Inquisición. Pero, en aquellos tiempos, lo que no se toleraba era la herejía o apostasía de la fe católica. Y en cuanto a la Inquisición española, fundada en 1478, dice Henry Kamen, inglés no católico: En una época en que el uso de la tortura era general en los tribunales criminales europeos, la Inquisición española siguió una política de benignidad y circunspección. La tortura era empleada sólo como último recurso y aplicada en muy pocos casos. Las confesiones obtenidas por la tortura jamás eran aceptadas como válidas, porque evidentemente habían sido obtenidas por coacción. Por lo tanto, era esencial que el acusado ratificara su confesión al día siguiente de haber sido torturado... Los archivos de la Inquisición son exhaustivos y completos al describir el curso de las sesiones de tortura. Cada palabra, cada gesto era anotado por el secretario presente. Como reportajes, estos relatos carecen de paralelo en su época... Comparándola con la crueldad deliberada y la mutilación practicadas en los tribunales seculares ordinarios, se ve con una luz mucho más favorable de lo que sus detractores se han molestado en admitir. Si se agrega a esto las relativas buenas condiciones de sus prisiones, queda claro que el tribunal, en su conjunto, no tenía interés por la crueldad y que intentó en todo momento temperar la justicia con un trato misericordioso.

  Por eso, como dice el historiador peruano Fernando Ayllón: El número de condenados a muerte por el tribunal de la Inquisición no fue tan exagerado como decían sus detractores... En todo caso, el número de condenados fue mucho menor que en los demás países europeos en que las guerras religiosas y las quemas de brujas multiplicaron por decenas, cuando no por miles de veces, esta cifra. La leyenda negra contra el tribunal, conforme lo sostienen la mayoría de los investigadores hoy en día, resulta por demás insostenible.

  En los Estados en donde el protestantismo había calado profundamente, no existía en verdad la Inquisición; pero, en su defecto, existía algo peor: el capricho y la voluntad omnímoda de los reyes y príncipes o de los jefes confesionales, como sucedía en los cantones suizos... El mundo protestante fue mucho más cruel e implacable en la persecución de quienes profesaban doctrinas diferentes de las profesadas por ellos. En suma, las llamadas crueldades de la Inquisición no eran ni pecado de la Inquisición ni culpa de España, sino naturales consecuencias del criterio dominante en asuntos procesales y penales. Por ello, podemos terminar este epígrafe, diciendo que la Inquisición fue en todo mejor que la fama que dejó de sí.

  Y en cuanto a la quema de brujas, el gran especialista en este tema Gustav Henningsen, no católico, afirma: La exagerada suposición de que la Inquisición, en el siglo XV y XVI, hubiera quemado a 30.000 brujas, hace tiempo que ha dejado de tenerse en consideración por la ciencia. Y dice más: Las cifras de la quema de brujas por la Inquisición, por inesperadas, resultan asombrosas. Para Portugal es 4, para España 59 y para Italia 36.

  Con respecto a la Inquisición española, según muchos expertos, el número de muertos en toda su historia sería entre 1.500 y 2000. Por ello podemos preguntarnos: ¿Habría habido menos muertos sin la Inquisición? Y en los países en que no hubo Inquisición como Inglaterra y Alemania, ¿cuántos muertos hubo por las guerras religiosas? Creemos que el balance es más positivo que negativo. Henningsen dice: La Inquisición fue la salvación de miles de personas acusadas (de brujería), de un crimen imposible. Y Roth Cecil afirma: Por este servicio a la humanidad y a la verdad (de librar de la muerte a acusados de brujería, pues hubo 20.000 juicios) la Inquisición española merece la gratitud de todos los hombres civilizados.

  ¿Qué les podemos decir a aquellos que, como el autor del Código da Vinci, dicen que la Inquisición mató cinco millones de brujas? ¿Que son mentirosos, ignorantes, perversos?

Padre Ángel O. Peña - ¿Europa sin Cristo? Pags. 42 a 45.


Nacionalismo Católico San Juan Bautista

5 comentarios:

  1. "...consecuencias del criterio dominante en asuntos procesales y penales..."

    Ése ha sido, (y continúa siendo, a mi modo de entender), uno de los perversos tratamientos que se le ha dado a esta historia. El estudiarla con mirada y criterios del presente, y no del momento en que se desarrolló. No es el único suceso que ha sufrido esta injusticia por parte de los estudiosos en general. Casi cualquier asunto relacionado con la Iglesia, ha sido visto de forma sesgada y bajo el prisma que más ha interesado; muy comúnmente, llevándolo a cabo bajo una óptica no adecuada a los tiempos. En todo caso, las fobias, no sólo hacia la Iglesia en general, sino hacia lo que fue el Imperio español, han desvirtuado su estudio histórico en pro de intereses particulares, hayan sido de índole sociopolítica, geoestratégica, cultural o religiosa. En España hablamos de la envidia como del pecado capital que más los caracteriza. Quizás habría que considerar hasta qué punto ese, por decirlo de alguna manera, mal, no definiría también la conducta de otros países rivales o declaradamente enemigos del nuestro. Siempre recuerdo la anécdota de la oreja de Jenkins, donde el insigne Blas de Lezo, jugo un definitivo papel a la hora de desmontar la patraña que, los hijos de la Gran Bretaña, tuvieron a bien pergeñar para no sufrir la vergüenza histórica de una más que humillante derrota en las costas caribeñas. Por suerte, y, como la vida da muchas vueltas y la verdad, de una u otra forma, siempre resplandece (sobre todo cuando la injusticia está de por medio), estos engreídos y su patética historieta, han sido puestos en evidencia como se merecían. Aunque hubiera de pasar un tiempo excesivo para ello. Creo así que, en el caso del desarrollo histórico de la Inquisición, la razones, por evidentes, se le han ido otorgando a quien realmente las tiene, y no a los pervertidores malintencionados de la realidad en general, y de la historia de la inquisición en particular.

    Soy consciente de que le tengo un poquitín abandonado. Pero más vale tarde que nunca. Le sigo leyendo, no obstante, pues no abundan los lugares tranquilos donde parlamentar virtualmente, y sin interferencias de ruidos y de peleas superficiales o,lo que es peor, absurdas. Además, y eso es lo fundamental, aquí siempre, aparte de paz, se aprende.

    Un abrazo, amigo. Le echaba de menos. Le llegará al correo. Cosas de mis dedos, que a veces actúan al margen de las órdenes que les envía el hemisferio correspondiente de mi cerebrito, jeje!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Seguramente que en algún momento la verdad tiene que prevalecer, la cuestión es cual va a ser el alcance y hasta donde podemos hacerla conocer hasta ese momento. Desde la perspectiva humana, seguramente quienes hacemos estos pequeños esfuerzos, somos perdedores; pero en la convicción que nuestro trabajo no busca reconocimiento humano sino la obligación del deber cumplido, sabemos que los frutos siempre van a estar, aunque no lo veamos.
      Nosotros no somos más que difusores del material de valientes trabajadores de la viña del Señor, y en ese sentido, recomiendo mucho las lecturas de este sacerdote, cuyos libros pueden descargarse sin cargo en www.libroscatolicos.org.
      Tristemente el legado católico de la hispanidad se ve traicionado por sus propios hijos, pero esto no es nada que no esté escrito y que no haya pasado antes. Entonces sabiendo que las obras más excelsas al servicio de Dios, son el blanco preferido de los ataques del enemigo, tenemos que estar preparados siempre para recibirlos. Sin embargo Iberoamérica le debe su fe e identidad a este trabajo. El legado de la Hispanidad ya dio sus frutos, y los caballos de Troya diseminados por todo el catolicismo van a tener victorias muy publicitadas, pero su destino está sellado, entonces que disfruten de lo frugal de su éxito porque el triunfo definitivo es nuestro y está próximo. Solo pidamos la perseverancia final. Paciencia y resignación sin bajar los brazos apoyados siempre en la oración, combustible indispensable para cualquier justa empresa.
      Una alegría enorme contar de nuevo con tus comentarios que sinceramente, se extrañaban.
      Un abrazo grande.

      Borrar
    2. No solo son el blanco preferido del enemigo sino que son omitidas en las escuelas catolicas, que no te enseñan a pensar y evaluar la historia en términos de fe católica. Esas obras ni se huelen en las excuelas católicas.
      Me salíó ex sin querer asi que lo dejo asi.

      Borrar
  2. Publicado por Augusto TorchSon en 03:33 ..... ¿a las tres treinta y tres de la matina?
    ohhh la la, mais quelque numegó....

    ResponderBorrar