San Juan Bautista

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domingo, 28 de mayo de 2017

La partidocracia según Castellani - Leonardo Castellani


     El sufragio universal individualista y atómico, presunto medio de selección de los mejores, desvirtuado por el fraude de un lado; y del otro hecho caldo y campo de la más cruda demagogia. El “sistema de partidos” ha llegado rápidamente al término de su evolución natural, que es la de engendrar dos hermanos siameses perfectamente mellizos en su fisonomía moral, formados por dos oligarquías (que son una sola) de profesionales de la política, entendiendo por política, no tanto el arte de gobernar, como el arte de llegar al poder, y en el caso, el arte de ganar elecciones. La intervención secreta de las grandes fuerzas inhumanas y ciegas de la economía internacional. La selección al revés, que arroja casi automáticamente en la Sociedad los elementos virtuosos y nobles fuera de la actividad política convertida ya en asunto sucio y especialidad de inescrupulosos y audaces, sino bribones. La concusión, el peculado, el negociado, el coimeo, la gravísima corrupción civil que consiste en la compra y venta de las funciones de servicio público. Un régimen en su conjunto suntuario y apariencial, discontinuo, inicuo en sus exacciones, injusto y pródigo en sus erogaciones, lastrado de agobiante burocracia, ineficaz y farolero, haciendo iluminaciones y museos de arte decorativo mientras desfallecen las grandes funciones vitales de la justicia legal, de la justicia social y la moral pública. Y para coronar el cuadro, la visión del horizonte próximo cerrada, sin verse camino de remedio radical fuera de una revolución violenta que comporta los más agudos riesgos.



Leonardo Castellani: “La reforma de la enseñanza”, Bs. As., Ediciones Vórtice, 1993, pag. 218


Enviado por Santiago Mondino


Nacionalismo Católico San Juan Bautista

miércoles, 17 de mayo de 2017

Señor, tenían madres - Antonio Caponnetto



SEÑOR, TENÍAN MADRES


El que cayó partido por esquirlas quemantes
de la anónima pólvora estallada a mansalva,
y se quedó sin rostro para ver el otoño,
sin las manos castrenses de los días tonantes:

Señor, tenía una madre que lo esperaba al alba.

El que olvidó el pellejo tajado por la furia
del insurrecto alzado en la calma de enero,
el que usó de mortaja su uniforme argentino
como el jefe imbatible de una antigua centuria:

Señor, tenía una madre que veló a su guerrero.

El que cruzó la selva tucumana a sablazo
cuando un tiro faccioso se le hundió en la osamenta,
la mirada nublosa por la sangre surgente
con la oración devota del postrimero plazo:

Señor, tenía una madre que aguantó la tormenta.

El que gritó en Formosa que nadie se rendía
enarbolando al tope la juvenil guapeza,
recibiendo la muerte de forajidas turbas
sin tiempo para el rezo de algún Avemaría:

Señor, tenía una madre que sufrió tal crudeza.

El que en tantos recodos del entresijo urbano
con crueldad y violencia trataron sus captores,
hasta extinguir sus huesos en lúgubres camastros
aunque el temple guardaba el valor del cristiano:

Señor, tenía una madre que alumbró con dolores

El que no delinquió ni mancilló su espada,
salvaguardando cruces, custodiando banderas,
en regimientos patrios, en las Islas Malvinas
para que lo aguardara una prisión sellada:

Señor, tenía una madre con su alma en las trincheras.

Guillermina con Gladys, Juan Eduardo tras Paula,
la pequeña María Cristina, toda infancia,
no alcanzaron el tiempo de la flor y la fruta
no más juego a la siesta ni más libro en el aula:

Señor, tenían madres que aún gimen la distancia.

¿No merecen acaso el respeto del luto,
el consuelo impetrante de una carta papal,
la misiva romana del sucesor de Pedro
la bendición solemne en señal de tributo?:

Señor, dales Tú mismo la certeza pascual.

Desagravia esta afrenta a las madres ausentes
de la historia, el recuerdo, la memoria o las plazas.
Nómbralas comensales de tu pan y tu mesa,
condecora sus pechos con tus llagas ardientes.

Señor, a todas ellas, yo sé que las abrazas.



ANTONIO CAPONNETTO



Nacionalismo Católico San Juan Bautista





lunes, 15 de mayo de 2017

El miedo y rechazo al regreso de Cristo – Augusto TorchSon




     Cada vez es más frecuente encontrar en el ambiente católico conservador y hasta tradicionalista, un rechazo rotundo y una inocultable molestia al considerar como posible la cercanía de la Parusía. El padre Leonardo Castellani decía que creer que Cristo regresaría en miles de años, es lo mismo que considerar que no regresará nunca. Y así empeñó una gran cantidad de su producción literaria a demostrar como los tiempos que se viven pueden adecuarse perfectamente a las previsiones divinas para el retorno de Nuestro Señor. 

     Si los católicos conservadores, es decir, los que defienden el “status quo” de la falsa iglesia hoy gobernante, se lamentan del mundo actual al que equiparan con una nueva Sodoma y Gomorra; y los católicos tradicionalistas que reniegan de la apostasía reinante en toda la jerarquía eclesiástica actual, pero coinciden en la última consideración; entonces ¿por qué rechazar con tanta vehemencia la cercanía del Regreso glorioso de Nuestro Señor Jesucristo, único remedio al humanamente invencible Nuevo Orden Mundial hoy reinante? Si la esperanza máxima y repetida por los católicos en cada Padrenuestro, es la Venida a nosotros del Reino, ¿por qué seguir anhelando, esperanzas puramente mundanas y contingentes y no la trascendente por excelencia? Muchas veces repetimos en ésta página el sinsentido de considerar que Dios al tener el poder, va necesariamente a suscitar guerreros o apóstoles que venzan el actual poderío de los medios publicitarios, políticos y represivos de la elite judeomasónica que domina a todos los gobiernos del mundo, ya que esto implicaría una intervención Divina que tuerza las corrompidas voluntades de casi toda la humanidad, haciendo del milagro una situación de regla y no de excepción; y de ser así, volcada la humanidad por coacción divina hacia el Creador, y no por la voluntad libre; ¿Cómo no considerar que a lo que se está aspirando es un verdadero paraíso terreno?

     He ahí la más absoluta de las victorias judaicas en la mentalidad católica. La búsqueda de la cristalización de las promesas mesiánicas solamente en lo material y en el orden temporal.

     El judaísmo no aspira a un sentido trascendente de la vida sino a esa victoria temporal y material sobre sus enemigos, que de hecho por el poder de la usura están consiguiendo. Quieren ese paraíso terreno en el cual los “goyims” (no judíos o ganado según ellos), sean sus esclavos, y esto lo esperan confiando en su código sagrado, el Talmud. Pero promueven el sentido materialista de la vida a esos mismos “no judíos” a fin de atarlos a bienes de los cuales ellos son dueños y así poder subyugarlos. El Islam por su parte, considerado justamente como “espada de Israel” fue adoctrinado para buscar en el Paraíso, goces puramente mundanos, como el goce sexual de vírgenes que después de ser “usadas” regresan a esa condición anterior para mayor placer del beneficiado por Allāh, y así son capaces de los más terribles crímenes en la búsqueda de tal recompensa supuestamente divina.

     Volviendo a la cuestión parusíaca, se aduce para confrontarnos que sólo el Padre sabe el día y la hora del regreso de Cristo y se nos acusa de pretender profetizar el momento preciso, cosa que nunca hicimos. Sin embargo, dicho argumento puede ser usado perfectamente para quienes lo esgrimen, ya que ellos tampoco pueden asegurar que faltan miles de años o muchísimas generaciones para ese liberador acontecimiento, y si decidimos estar preparados, y esto sucede en miles de años, de cualquier manera nos veríamos beneficiados, al contrario de lo que podría suceder a los incautos que se relajan ante un tan probable panorama esjatológico. 

     Castellani, para aclarar la situación, enseñaba que las profecías contenidas en la Revelación Pública no podían ser tan oscuras hasta llegar al punto de ser indescifrables, porque en dicho caso, no habría ninguna necesitad de que estuvieran en las Sagradas Escrituras, y de darse dicha situación, solo podrían considerarse estas profecías como una humorada de Dios que estaría transmitiendo a los hombres lo humanamente indescifrable.

     Pero supongamos que éste mundo puede seguir evolucionando técnica y “espiritualmente” como supuestamente lo hace hasta éste momento, según nos dicen los optimistas ¿qué podríamos esperar para dentro de 50 años? Teniendo en cuenta el actual grado de perversión de las sociedades, el progreso de la ciencia para ofrecer mayores posibilidades de extremar el hedonismo, el nihilismo, ¿cómo podemos pensar que pueda existir la gracia en donde la pornografía sea mostrada en las escuelas públicas a los niños? Tengamos en cuenta que hoy ya se enseña como parte de lo que se denomina eufemísticamente “derecho sexual de los niños” y “educación en ideología de género”, y está actualmente en progreso en las curriculas escolares promovidas en el mundo entero por la UNESCO; pero imaginemos esa evolución en 50 años. Si hoy en todas las tapas de los diarios “conservadores” encontramos a mujeres (y sodomitas) mostrándose impúdicamente, o contando cual prostitutas, sus más  vergonzosas intimidades, ¿qué podríamos esperar que suceda en ese sentido en 10 lustros? Eso por no hablar de la TV. Si hoy se anuncia la construcción de muñecas (o muñecos) sexuales, con una similitud increíble con una persona real, ¿qué podríamos esperar cuando la ciencia siga avanzando en ese sentido? Si hoy se considera un “gran avance científico” a las técnicas de fertilización artificiales en las cuales se descartan la mayoría de los embriones utilizados, o se los mantienen congelados por tiempo indeterminado ¿cómo creer que las prácticas multiabortivas pueden generar una sociedad más justa y sana?  

     Probado está, que la ciencia hoy ayuda al hombre en sus posibilidades a pecar más fuertemente, por lo que en ese pretendido “avance espiritual” que hoy se predica especialmente en la neo-iglesia bajo forma de tolerancia misericordiosa; la dirección a seguir por el neocatolicismo debe dirigirse necesariamente hacia el protestantismo de Lutero, ya que de ese modo se podría seguir el consejo del monje maldito al decir “Peca fuerte, pero ten fe más fuerte todavía”. De esa forma se puede conciliar el considerarse una persona “católica” manteniendo la conciencia tranquila. Y es así que hoy como resultado, tenemos como proféticamente lo predijo Castellani, al cristianismo sin Cristo de la época del Anticristo. Cristianismo filantrópico antes que espiritual, antropocéntrico antes que Cristocéntrico. 

     El tema es que, si realmente creemos en el dogma fundamental de “Extra Ecclesiam nulas salus” (fuera de la Iglesia no hay salvación), y sabemos que el catolicismo está en franco e irreversible retroceso, especialmente en los países que se consideran a sí mismos civilizados y del “primer mundo” (ejemplo son los países nórdicos que tienen un grado casi absoluto de ateísmo), si es que de la cada vez más escasa cantidad de católicos, se cuentan como practicantes a una cantidad muy inferior al 20%, y de ese porcentaje sabemos que quienes acuden a Misa dominical, no consideran como pecados mortales la contracepción, las relaciones sexuales fuera del matrimonio, la masturbación, la homosexualidad, el aborto, y un largo etcétera de cuestiones que quedan libradas a la consideración subjetiva del “fiel” o las torcidas enseñanzas del párroco, el obispo, cardenales y hasta del “Papa”; y si es cuestionado el mismo dogma antes mencionado, ya que el Concilio Vaticano II lo hizo ambiguo para estirarlo o interpretarlo “inclusivamente” para dejar atrás la supuesta “rigidez preconciliar” ¿Cuántos entonces estarían en condiciones de salvarse? Conviene repasar el trabajo de San Leonardo de Porto Mauricio:“El pequeño número de los que se salvan”, donde, como el título lo indica, es ínfima la cantidad de “católicos” que se salvan, y eso teniendo en cuenta que este santo realizó dicha prédica en el siglo XVII, donde no sólo la corrupción moral era inmensamente menor, y todavía existía la Cristiandad, sino que además se conservaba a diferencia de hoy el orden natural en las sociedades.

     Como sostuvimos, las hodiernas sociedades están descompuestas por lo mismo que siguen buscando en mayor medida, “libertades”, “derechos”, pero sin las correlativas obligaciones y límites en su ejercicio. Y esto solo se consigue con la democracia, satánico régimen, por el que abogaron hasta los Papas del preconcilio, sin entender (queremos creer) que la misma implica la radical negación de la existencia de un Dios que al ser Creador, también es Legislador; ya que en dicho régimen, son los hombres quienes deciden lo que es bueno y lo que es malo por la fuerza del número, más no de la verdad misma, o sea, por mayoría de votos; reeditando el atroz pecado de Adán y Eva de querer ser como dioses. Y hoy el mundo democrático podría expresar como lo hizo el personaje de la obra de Gustave Thibon que pretendía la inmortalidad terrena del hombre: “El Dios del Génesis sabía lo que hacía al prohibirle al hombre probar del fruto del conocimiento, para así impedirle ser señor del cosmos”. 

     Entonces, si tenemos el convencimiento de que lo que realmente importa en la vida de cualquier persona es salvarse, y esta situación resulta indiferente a la inmensa mayoría de la humanidad; para los pocos creyentes que tienen que vivir oprimidos por esta dictadura de la búsqueda interminable de los goces sensuales, que es hasta coactivamente impuesta por los estados como promoción de “derechos humanos”, ¿cómo no considerar como liberadora a la Parusía? ¿cómo no anhelar el retorno en majestad y gloria de Nuestro Señor para rescatar a nuestros hijos del ambiente tan perverso en el que les toca crecer?

     La respuesta parece ser, que el miedo a los dolores de parto que son previos al mayor y más maravilloso acontecimiento de la Historia después de la Encarnación del Verbo, esto es, su regreso; es mucho más grande que su anhelo a la restauración definitiva del Reino de Dios. Esto tiene que ver  específicamente con el miedo al sufrimiento y a realizar grandes sacrificios,  aunque sea en pos de un bien mayor. Ese miedo parece ser incluso mayor que el simple temor a la muerte, ya que el evitar el sufrimiento, lleva a los hombres a cometer todo tipo de atrocidades, incluso en la hora de la muerte misma. 

     Pero lo cierto es que así como la Biblia tiene un Génesis que marca el inicio de la Historia, tiene un Apocalipsis que marca el fin, por mucho que lo rechace el “catolicismo” moderno. Y el mundo es finito; así como tuvo principio, tendrá un final. Y a pesar que muchos vean esto como una terrorífica noticia o posibilidad, en el contexto que antes mencionamos, nosotros la consideramos como liberadora, como el fin de la esclavitud del pecado, del peligro constante de la condenación para quienes perseveran no sin cierto temor, en un mundo hasta jurídicamente hostil a la práctica de la fe.

     Si las advertencias de la Virgen en Fátima, en su primeras apariciones, solicitaba esencialmente la conversión de la humanidad para evitar una guerra peor que la que acababa de finalizar, cosa que de hecho no sucedió y las consecuencias fueron las predichas por Nuestra Madre Celestial; resulta ridículo creer lo que el Vaticano reveló en el año 2000 al sostener que el tercer secreto se refería al extraño atentado a Juan Pablo II, y que la Virgen había aceptado las consagraciones hechas a su Inmaculado Corazón, aunque las condiciones puestas por Ella misma no tienen nada que ver con lo que se hizo. Además de que ésta situación no coincide para nada con la visión del obispo vestido de blanco muerto en medio de muchos sacerdotes asesinados (según la previsión de la Virgen); e incluso consideramos esa cuestión como absolutamente secundaria en cuanto al requerimiento principal realizado por la Santísima Virgen María: “la conversión de la humanidad”. Y por más que se quiera contextualizar, justificar, atenuar lo dicho por el Cardenal Ratzinger, lo corroborado por Juan Pablo II o lo escrito por el cardenal Sodano, lo cierto es que la interpretación vaticana del tercer mensaje, resultó una inmensa mentira. No se puede sostener racionalmente que el mundo actual (o el del año 2000), en el cual es legal la sodomía, el adulterio, la pornografía, el genocidio de niños por nacer, y por sobre todas las cosas, del rechazo a la fe católica, única y verdadera; sea un mundo “convertido”.
     En definitiva, quienes realmente se esfuerzan por vivir como buenos católicos, no deberían preocuparse ante la posibilidad de un pronto retorno de Cristo, sino todo lo contrario. La Parusía debe esperarse como consuelo ante las espantosas tribulaciones que nos tocan, y si es que no estamos turbados por los tiempos que vivimos, por la pasión de la Iglesia ante la descomunal apostasía; es que algo anda mal en nosotros. Y realmente debe considerársela como una buena noticia desde que Cristo fue quien dijo: “Más cuando estas cosas comiencen a ocurrir, erguíos y levantad la cabeza, porque vuestra redención se acerca”(Lc.21:28). 

     Si solo Dios basta, significa que todo lo demás sobra, es contingente o tiene una importancia relativa o acotada a las circunstancias y representan un simple medio; y si Cristo vuelve y estamos en las condiciones debidas, ya no tenemos que esperar nada más porque no vamos a necesitar nada más. Por eso, si creemos que, “donde está tu tesoro, está tu corazón” (Mt.6:19-23), debemos dejar de amontonar tesoros donde hay polilla y herrumbre que corroe, y poner nuestra confianza en la ciencia, la técnica, o la buena voluntad de los hombres, para ponerla completa y absolutamente en nuestro Creador. Si estamos viviendo los últimos tiempos en sentido estricto (y así lo esperamos), la única previsión que nos debería preocupar sería, (como también decía Castellani) es que Dios nos agarre confesados.

Augusto
      

Nacionalismo Católico San Juan Bautista


sábado, 13 de mayo de 2017

Piezas escogidas del "magisterio" bergogliano - Alejandro Sosa Laprida



Piezas escogidas del « magisterio » bergogliano[1]

  


Vuelo de regreso de las JMJ de Río de Janeiro: « ¿Quién soy yo para juzgar?[2] »


Pronto se cumplirán dos años desde que Francisco fue elegido papa, el 13 de marzo de 2013 [Nota: Artículo escrito en enero de 2015]. A lo largo de los meses, multiplicó las declaraciones ambiguas, las frasecitas inquietantes, los dichos escandalosos, las entrevistas revolucionarias, las excentricidades de dudoso gusto, las filípicas acerbas y deliberadamente provocativas contra su clero y la Curia romana, sin hablar de los actos con graves consecuencias (nombramiento de prelados indignos y progresistas, escándalos de las JMJ de Río, « canonizaciones » fabricadas, sínodo de la familia subversivo, maniobras judaizantes en Tierra Santa, « turquerías » en Turquía, reprimendas políticas al Parlamento europeo, desbarajuste programado de la Curia, etc.).



Adulado por los medios de comunicación por su lenguaje y sus gestos contestatarios, Francisco es visto como un hábil político por unos, mientras otros ven en él a un peligroso iconoclasta que siembra confusión. Tras el entusiasmo inicial, voces discordantes comienzan a hacerse oír en los círculos romanos, incluso en el Sacro Colegio, donde algunos cardenales se quejan de que este papa atípico que se aparta, no de la Roma eterna, sino de sus antecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI, ¡devenidos por arte de magia papas conservadores y tradicionalistas!



Con todo, esos análisis que inundan los periódicos son, en general, superficiales. La cuestión de fondo es que, con alternancias, con avances y retrocesos, la revolución conciliar continúa su progresión irresistible, adaptándose a todas las situaciones y jugando en todos los tableros: tres pasos adelante, dos hacia atrás; un golpe a la derecha, otro a la izquierda… La santa Iglesia y el papado salen de este juego cada vez más desfigurados y desprestigiados. Pablo VI, en un momento de lucidez, habló en una ocasión de « autodemolición » de la Iglesia.



Con Francisco, la autodemolición ha cobrado una velocidad vertiginosa. No tenemos más remedio que gemir y orar con el salmista: « Salvum me fac, Domine, quoniam defecit sanctus, quoniam diminutæ sunt veritates a filiis hominum - « ¡Sálvanos, Señor, porque no queda santidad y porque las verdades son disminuidas por los hijos de los hombres! » (Ps 11, 2).



Para ilustrar esta disminución de las verdades -verdad de la doctrina, en el  orden especulativo, pero igualmente verdad de la vida, en el orden práctico- les presentamos algunas piezas escogidas del « magisterio » bergogliano, agrupadas por temas y completadas por algunos comentarios.                               Le Sel de la terre.                                        




I. ¡CADA VEZ MÁS APERTURA!



La apertura y el diálogo son quizás las palabras clave de este extraño pontificado que pretende ser ante todo pragmático y renovador.



La cultura del diálogo



Francisco se ha vuelto el promotor incondicional del diálogo:



« La cultura del encuentro, la cultura del diálogo, éste es el único camino para la paz. » [Angelus del 1 de septembre de 2013]



Poco tiempo antes, durante las JMJ de Río, había explicado que el diálogo es una condición necesaria del progreso:



« Cuando los líderes de los diferentes sectores me piden un consejo, mi respuesta es siempre la misma: diálogo, diálogo, diálogo. El único modo de que una persona, una familia, una sociedad, crezca; la única manera de que la vida de los pueblos avance, es la cultura del encuentro, una cultura en la que todo el mundo tiene algo bueno que aportar, y todos pueden recibir algo bueno a cambio. El otro siempre tiene algo que darme cuando sabemos acercarnos a él con actitud abierta y disponible, sin prejuicios. Sólo así puede prosperar un buen entendimiento entre las culturas y las religiones, la estima de unas por las otras sin opiniones previas gratuitas y en el respeto de los derechos de cada una. » [Encuentro con la clase dirigente de Brasil el 27 de julio de 2013]




No encerrarse en interpretaciones dogmáticas invariables



Pero, ¿qué es dialogar? Respuesta de Francisco:



« Dialogar significa estar convencidos de que el otro tiene algo bueno que decir, acoger su punto de vista, sus propuestas. Dialogar no significa renunciar a las propias ideas y tradiciones, sino a la pretensión de que sean únicas y absolutas. » [Mensaje para la 48 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el 1 de junio de 2014]



¿Cómo podría la Iglesia renunciar a la « pretensión » de que las verdades que Ella predica sean « únicas y absolutas »? Acaso Jesús no ha dicho « Yo soy el camino, la verdad y la vida » (Jn 14, 6) y « El que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea, será condenado » (Mc 16, 16)? Y cuando Nuestro Señor habla de creer quiere decir « creer en Él », porque es el único Salvador. Eso es lo que San Pedro dijo al Sanhedrín que le ordenaba callar el nombre de Jesús: « no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos » (He 4, 12).



Pero para Francisco el católico no debería apegarse a fórmulas fijas con un contenido absolutamente invariable:



« No hay que pensar que el anuncio evangélico deba transmitirse siempre con determinadas fórmulas aprendidas, o con palabras precisas que expresen un contenido absolutamente invariable. » [Evangelii Gaudium § 129]



¿Tamaña declaración no es acaso incompatible con este canon del Concilio Vaticano I ? :



« Si alguno dijere que es posible que en algún momento, dado el avance del conocimiento, pueda asignarse a los dogmas propuestos por la Iglesia un sentido distinto de aquel que la misma Iglesia ha entendido y entiende: sea anatema[3] » ?



Francisco no sólo arremete contra la inmutabilidad de las verdades dogmáticas sino que además denigra la « seguridad doctrinal » y la certeza como una forma de « legalismo » estático, contrario a la apertura:



« Un cristiano restauracionista, legalista, que lo quiere todo claro y seguro, no va a encontrar nada. La tradición y la memoria del pasado tienen que ayudarnos a reunir el valor necesario para abrir espacios nuevos a Dios. Aquel que hoy buscase siempre soluciones disciplinares, el que tienda a la “seguridad” doctrinal de modo exagerado, el que busca obstinadamente recuperar el pasado perdido, posee una visión estática e involutiva. » [Entrevista con el Padre Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica, en agosto de 2013]



Y también: « Este buscar y encontrar a Dios en todas las cosas deja siempre un margen a la incertidumbre. Debe dejarlo. Si una persona dice que ha encontrado a Dios con certeza total y ni le roza un margen de incertidumbre, algo no va bien. Yo tengo esto por una clave importante. Si uno tiene respuestas a todas las preguntas, estamos ante una prueba de que Dios no está con él. Quiere decir que es un falso profeta que usa la religión en bien propio. […] El riesgo que existe, pues, en el buscar y hallar a Dios en todas las cosas, son los deseos de ser demasiado explícito, de decir con certeza humana y con arrogancia: “Dios está aquí”. Así encontraríamos sólo un Dios a medida nuestra. » [Ibidem]



Es evidente que pueden existir falsas certezas humanas, pero el contexto muestra que la certeza a la que alude Francisco es la certeza de la fe, a la cual puede y debe aspirar todo católico. De este modo, Francisco hace la apología del relativismo. Por otra parte, él lo dice explícitamente:



« El mundo ha cambiado y la Iglesia no puede encerrarse en supuestas interpretaciones del dogma. Tenemos que acercarnos a los conflictos sociales, a los nuevos y a los viejos, y tratar de dar una mano de consuelo, no de estigmatización y no sólo de impugnación. » [Entrevista con  Joaquín Morales Solá el 5 de octubre de 2014, publicada en La Nación]




¡No al proselitismo!



Una de las consecuencias de lo anterior es el rechazo de toda acción misionera porque sería un obstáculo para la libertad de los demás, una « injerencia » insoportable:



« La religión tiene derecho a expresar su opinión al servicio de las personas, pero Dios nos ha creado libres: la injerencia espiritual en la vida de la gente no es posible. » [Entrevista con el Padre Antonio Spadaro]



« El proselitismo es una solemne necedad, no tiene sentido. Es necesario conocerse, escucharse y hacer que el conocimiento del mundo que nos rodea crezca. A mí me pasa que después de un encuentro quiero tener otro porque nacen nuevas ideas y se descubre nuevas necesidades. Esto es importante, conocerse, escuchar, ampliar el marco de los pensamientos. » [Entrevista con Eugenio Scalfari, publicada el 1 de octubre de 2013 en La Repubblica] 



¿Cuál será entonces el objetivo, si ya no hay que ser misionario ni predicar a Jesucristo? Pues bien, será escuchar, compartir experiencias, acoger a los marginados, comunicarse, construir el futuro…



« Nuestro objetivo no es el proselitismo sino la escucha de las necesidades, de los deseos, de las desilusiones, de la desesperación, de la esperanza. Debemos devolver la esperanza a los jóvenes, ayudar a los viejos, abrirnos hacia el futuro, difundir el amor. Pobres entre los pobres. Debemos incluir a los excluidos y predicar la paz. » [Ibidem]



Tal es igualmente el programa de vida que Francisco expuso en septiembre de 2014 a jóvenes estudiantes conectados con él por videoconferencia desde los cinco continentes. Veamos un extracto del « profundo » mensaje que les ofreció:



« En la vida se pueden hacer dos cosas contrarias : tender puentes o levantar muros. Los muros separan, dividen. Los puentes acercan […] Con esta comunicación nadie manda, pero todo funciona : es la espontaneidad de la vida, es decirle un sí a la vida […], es evitar toda forma de discriminación […] Veo que ustedes saben comunicarse desde la identidad de la propia religión y eso es lindo […] Estamos convencidos de que la juventud necesita comunicarse, mostrar y compartir sus valores. La juventud necesita tres pilares claves : educación, deporte y cultura. El deporte salva del egoísmo, ayuda a no ser egoísta. Por eso es importante trabajar en equipo, estudiar en equipo y andar en el camino de la vida en equipo […] ¡Hagan el futuro! »  [Teleconferencia con alumnos de las Scholas Occurrentes el 4 de septiembre de 2014]



Se podrá apreciar el naturalismo deplorable de sus palabras, vacías de toda elevación sobrenatural y saturadas de lugares comunes.




II. DIÁLOGO INTERRELIGIOSO Y ECUMENISMO



La apertura, de la que Francisco ha hecho el núcleo de su programa (en el caso de que tenga uno definido), conduce necesariamente a un mayor desarrollo del diálogo con las otras religiones. Y él lo explicó en estos términos al fundador y antiguo director del cotidiano izquierdista italiano La Repubblica:



« El Vaticano II, inspirado por el papa Juan y por Pablo VI, decidió mirar al futuro con espíritu moderno y abrirse a la cultura moderna. Los padres conciliares sabían que abrirse a la cultura moderna significaba ecumenismo religioso y diálogo con los no creyentes. Desde entonces, se hizo muy poco en esa dirección. Yo tengo la humildad y la ambición de querer hacerlo. » [Entrevista con Eugenio Scalfari] 




Las religiones no cristianas: vías suscitadas por el Espíritu Santo


Francisco de visita en un templo budista ante un relicario[4]



Comencemos con el diálogo con los no cristianos. En conformidad con la lógica de las teorías formuladas en Nostra Ætate[5], en Lumen Gentium[6] y por Juan Pablo II[7], Francisco no duda en afirmar que la acción divina del Espíritu Santo produce en las religiones no cristianas frutos análogos a los efectos que operan los sacramentos en las almas de los católicos:



« Los no cristianos, por la gratuita iniciativa divina, y fieles a su conciencia, pueden vivir justificados mediante la gracia de Dios, y así asociados al misterio pascual de Jesucristo. Pero, debido a la dimensión sacramental de la gracia santificante, la acción divina en ellos tiende a producir signos, ritos, expresiones sagradas que a su vez acercan a otros a una experiencia comunitaria de camino hacia Dios. No tienen el sentido y la eficacia de los Sacramentos instituidos por Cristo, pero pueden ser cauces que el mismo Espíritu suscite para liberar a los no cristianos del inmanentismo ateo o de experiencias religiosas meramente individuales. El mismo Espíritu suscita en todas partes diversas formas de sabiduría práctica que ayudan a sobrellevar las penurias de la existencia y a vivir con más paz y armonía. Los cristianos también podemos aprovechar esa riqueza consolidada a lo largo de los siglos, que puede ayudarnos a vivir mejor nuestras propias convicciones. » [Evangelii Gaudium § 254]



Si el Espíritu Santo actúa así en las religiones no cristianas, nadie se extrañará de que todos los hombres se salven. Es la redención universal. No la voluntad salvífica universal, sino la redención universal efectiva:



« El Señor a todos, a todos nos ha redimido con la sangre de Cristo: a todos, no solo a los católicos. ¡A todos! ‘‘Padre, ¿y los ateos?’’. A ellos también. ¡A todos! ¡Y esta sangre nos hace hijos de Dios de primera clase! ¡Hemos sido creados hijos a imagen de Dios y la sangre de Cristo nos ha redimido a todos!  » [Homilía del 22 de mayo de 2013]




Función de las religiones en la sociedad:

animar la democracia y construir la fraternidad humana



Por otro lado, ¿cuál es el papel de las religiones con respecto a la sociedad civil? Unidas en una cohabitación perfecta, deben coordinar sus esfuerzos para animar espiritualmente la democracia y dar una dimensión religiosa -puramente natural- a la sociedad laica, sin pretender por ello -horresco referens- que los Estados se vuelvan confesionales. Lo que nos recuerda el MASDU[8] que en su época denunciara el Abbé de Nantes.



« Es imposible imaginar un futuro para la sociedad sin una incisiva contribución de energías morales en una democracia que no sea inmune de quedarse cerrada en la pura lógica de la representación de los intereses establecidos. Es fundamental la contribución de las grandes tradiciones religiosas, que desempeñan un papel fecundo de fermento en la vida social y de animación de la democracia. La convivencia pacífica entre las diferentes religiones se ve beneficiada por la laicidad del Estado, que, sin asumir como propia ninguna posición confesional, respeta y valora la presencia del factor religioso en la sociedad, favoreciendo sus expresiones concretas. » [Encuentro con la clase dirigente de Brasil el 27 de julio de 2013]



Además, en el marco de esta misión de animación espiritual, las religiones -y la Iglesia en primer lugar- están llamadas a edificar la fraternidad universal y la unidad del género humano, tal y como lo entiende la masonería. Cabe destacar que el ex presidente israelí, Shimon Peres, ha hecho a Francisco una propuesta en ese sentido el 4 de septiembre de 2014, a saber: establecer una ONU de las religiones, a cuya cabeza estaría el papa. Francisco respondió diciendo que lo pensaría:



« Para luchar contra esta deriva de las guerras tenemos a la ONU. Es una institución política que no tiene ni las armas de las que disponen las naciones ni la convicción que engendra la religión. Entonces, tomando nota del hecho de que la ONU es cosa del pasado, lo que sería útil es una organización de religiones unidas, una ONU de las religiones. » [Shimon Peres entrevistado por la revista Famiglia Cristiana]

Francisco se inclina ante Ban-Ki-Moon, secretario general de las Naciones Unidas


Para Francisco, existe una verdadera « vocación del hombre a la fraternidad » [Llamado a la paz del 8 de diciembre de 2013]. E inculcar a los hombres el sentido de esta fraternidad sería el motivo de la encarnación del Hijo de Dios:



« El Hijo de Dios se ha encarnado para infundir en el alma de los hombres el sentimiento de la fraternidad. Todos hermanos y todos hijos de Dios. » [Entrevista con Eugenio Scalfari]



« Jesús vino al mundo para aprender a ser hombre, y siendo hombre, caminar con los hombres. »  [Homilía en Santa Marta el 15 de septiembre de 2014]



Esta preocupación es tan prioritaria para Francisco que no se le ocurrió nada mejor para destacar, a propósito del asesinato de tres religiosas en Burundi, que la construcción de la fraternidad entre los pueblos:



« Espero que la sangre derramada se convierta en semilla de esperanza para construir la auténtica fraternidad entre los pueblos. » [Telegrama enviado a sus superioras el 8 de septiembre de 2014]



¿Es por semejante ideal masónico que esas religiosas consagraron su vida a Dios y murieron asesinadas?



Diálogo con los musulmanes: los frutos del islam



El diálogo interreligioso emprendido por Francisco se ha efectuado principalmente en dirección al islam y al judaísmo. Veamos algunos ejemplos de apertura hacia la religión mahometana:



- Para la Jornada mundial de los inmigrantes, el 19 de enero de 2014, Francisco acudió a una parroquia romana donde se dirigió a inmigrantes, mayoritariamente musulmanes, invitándolos a compartir sus experiencias con la ayuda del Corán y buscando apoyo en la « fe » musulmana que sus padres les han inculcado:



« Compartir nuestra experiencia de cargar la cruz para arrancar de nuestros corazones la enfermedad que envenena muestras vidas: es importante que hagan eso en sus reuniones. Los que son cristianos, con la Biblia; los musulmanes, con el Corán. La fe que vuestros padres os han inculcado siempre os ayudará a avanzar. »


        Francisco y el gran mufti rezan juntos en la mezquita azul de Estambul



¿Acaso Francisco considera el Corán como auténtica palabra de Dios, al igual que la Biblia, y la « fe » islámica como sobrenatural y salvífica?



- En julio de 2013, con motivo de su viaje a Lampedusa, en su mensaje a los inmigrantes clandestinos, musulmanes en su mayoría, Francisco había evocado los « frutos espirituales » del Ramadán:



« Quiero tener un recuerdo para los queridos inmigrantes musulmanes que esta tarde comienzan el ayuno del Ramadán, con el deseo de abundantes frutos espirituales. » [Homilía en Lampedusa el 8 de julio de 2013]



- Dos días más tarde, Francisco reincidía, manifestando su anhelo de que la comunidad islámica « glorifique al Altísimo » mediante el Ramadán:



« Os expreso, por último, mis mejores deseos y oraciones para que vuestras vidas puedan glorificar al Altísimo y dar alegría a los que os circundan. ¡Feliz fiesta a todos vosotros! » [Saludos destinados a la comunidad musulmana por el fin del Ramadán el 10 de julio de 2013]



- Del mismo modo, poco después, en su primera exhortación apostólica, ensalzaba la oración y los ritos del islam (¡dirigidos a « Allah »!) :



« Es admirable ver cómo jóvenes y ancianos, mujeres y varones del Islam son capaces de dedicar tiempo diariamente a la oración y de participar fielmente de sus ritos religiosos. » [Evangelii Gaudium § 25]



Pero entonces, ¿el islam es capaz de producir por sí mismo frutos espirituales -expresión que, en teología, designa la gracia sobrenatural-, de glorificar a Dios y de suscitar en sus adeptos plegarias que le resulten agradables? Por el contrario, la doctrina católica enseña que las religiones falsas no poseen, formalmente y en sí mismas, fecundidad sobrenatural. Sus frutos son o naturales o bien diabólicos. Y si la gracia se halla y opera en alguien que pertenece materialmente a una religión falsa, es a pesar de ella, dado que la persona recibe la gracia de Nuestro Señor y de su Cuerpo Místico.



Empero, el punto culminante de la comunión bergogliana con los valores del islam tuvo lugar durante su viaje a Turquía, del 28 al 30 de noviembre de 2014. Habiendo acudido « como peregrino » a la mezquita azul de Estambul, Francisco[9] superó lo realizado por sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI: el gran mufti le leyó y le explicó pasajes del Corán, él le propuso rezar juntos al dignitario islámico, luego de lo cual ambos oraron ostensiblemente durante un prolongado momento:



« Yo fui a Turquía como peregrino, no como turista. Cuando fui a la mezquita no podía decir: ¡‘‘Ahora soy un turista!’’. Vi aquella maravilla, el gran muftí me explicaba muy bien las cosas, con mucha humildad, me citaba el Corán, cuando habla de María y de Juan el Bautista. En ese momento sentí la necesidad de rezar. Le pregunté: ‘‘¿Rezamos un poco? ’’ Y él me respondió: ‘‘Sí, sí’’. Yo recé por toda Turquía, por la paz, por el muftí, por todos y por mí... Dije: ‘‘¡Señor, acabemos con estas guerras!’’ Fue un momento de oración sincera. » [Conferencia de prensa en el avión de regreso de Turquía el 30 de noviembre de 2014]




Diálogo con los judíos: los valores del judaísmo enriquecen la Iglesia



El diálogo con el judaísmo ocupa una lugar privilegiado en las relaciones de Francisco con las otras religiones. Sobre el tema, acerca del cual los testimonios son innumerables, remitimos a las Efemérides publicadas en Le Sel de la terre n° 89[10]. Para que conste, recordemos estas palabras particularmente significativas:



« Mis felicitaciones más fervientes por la gran fiesta de Pesaj. El Omnipotente, que ha liberado a su pueblo de la esclavitud de Egipto para guiarlo a la tierra prometida, siga librándolos de todo mal y los acompañe con su bendición. Les pido que recen por mí. » [Saludos enviados a la comunidad judía de Roma el 25 de marzo de 2013]


     Almuerzo cosher en el Vaticano junto a rabinos argentinos



De esta manera, Francisco da a entender que Dios sigue bendiciendo el judaísmo posterior a la venida de Jesucristo, el cual rechaza al Mesías y combate la Iglesia. Ahora bien, es patente que ese judaísmo no tiene nada en común con el antiguo, anterior a la venida de Nuestro Señor, y que era la verdadera religión revelada por Dios.



« Una mirada muy especial se dirige al pueblo judío, cuya Alianza con Dios jamás ha sido revocada, porque ‘‘los dones y el llamado de Dios son irrevocables’’ (Rm. 11, 29). » [Evangelii Gaudium § 247]



Esta afirmación según la cual la antigua Alianza no ha sido revocada contradice la enseñanza de San Pablo (He 8, 6-13). La nueva teología se basa en esto para pretender que los judíos de hoy día son nuestros hermanos mayores, e incluso nuestros padres en la fe, y que no necesitan convertirse al cristianismo. La consecuencia es ineluctable: la Iglesia debe imitar a esos « hermanos mayores », beneficiarse de su comprensión superior de la palabra de Dios y acoger los valores de su tradición:

« Dios sigue obrando en el pueblo de la primera Alianza y hace nacer tesoros de sabiduría que brotan de su encuentro con la Palabra divina. » [Evangelii Gaudium § 249]




El ecumenismo: caminar unidos en las diferencias



Pasemos ahora a la cuestión del ecumenismo propiamente dicho, es decir, a las relaciones de la Iglesia con los cristianos no católicos. Aquí también Francisco se permite todo tipo de osadía que él atribuye nada menos que… ¡al Espíritu Santo!



« Para las relaciones ecuménicas es importante una cosa: no sólo conocerse mejor, sino también reconocer lo que el Espíritu ha ido sembrando en los otros como don también para nosotros. » [Entrevista con el Padre Antonio Spadaro]


          Francisco regala un cáliz a un « pastor » para que celebre la « cena luterana »


Se trata siempre del mismo error: el Espíritu Santo habría colocado semillas de verdad fuera de las estructuras visibles de la Iglesia católica. Pero, en la mentalidad bergogliana, esos rayos de luz van mucho más allá de lo que podría imaginarse. Escuchémoslo:



[El director de La Civiltà Cattolica] : Intento captar cómo ve el Papa el futuro de la unidad de la Iglesia. Me responde: « Tenemos que caminar unidos en las diferencias: no existe otro camino para unirnos. El camino de Jesús es ése. »  [Entrevista con el Padre Antonio Spadaro]



¿Qué significa ese extraño camino « unidos en las diferencias », que pareciera pretender conciliar los contrarios? Esta conciliación no es imposible, explicó Francisco en su sermón en la catedral católica de Estambul el 29 de noviembre de 2014, porque es la obra del Espíritu Santo :



« Sólo el Espíritu Santo puede suscitar la diversidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, producir la unidad. Cuando somos nosotros quienes deseamos crear la diversidad, y nos encerramos en nuestros particularismos y exclusivismos, provocamos la división; y cuando queremos hacer la unidad según nuestros planes humanos, terminamos implantando la uniformidad y la homogeneidad. Por el contrario, si nos dejamos guiar por el Espíritu, la riqueza, la variedad, la diversidad nunca crean conflicto, porque él nos impulsa a vivir la variedad en la comunión de la Iglesia. » [Homilía en la catedral de Estambul]



Francisco a expresado ideas similares en julio de 2014, con ocasión de una visita a su amigo, el pastor evangélico Giovanni Traettino, durante la cual se dirigió a su comunidad pentecostal:



« ¿Qué hace el Espíritu Santo ? Dije que hace algo que podría parecer división, pero no es así. El Espíritu Santo hace la diversidad en la Iglesia (I Cor. 12) y esta diversidad  es tan rica, tan bella; pero después, el mismo Espíritu Santo hace unidad. Y así la Iglesia es una en la diversidad. Y para utilizar una hermosa expresión de un evangélico que aprecio mucho, una ‘‘diversidad reconciliada” por el Espíritu Santo. Hace las dos cosas: crea la diversidad de los carismas y después hace la armonía de los carismas. » [Visita a Caserta el 28 de julio de 2014]



Entre cristianos no existiría la división, sino una mera diversidad, y esta diversidad está unificada por el Espíritu Santo, pues el contexto muestra a las claras que esta diversidad unificada no se limita a la Iglesia católica. El Espíritu Santo hace la diversidad suscitando las diferentes confesiones cristianas, o al menos obrando en ellas, a fin de volver posible su enriquecimiento mutuo, y luego las reúne en una sola Iglesia, la « Iglesia de Cristo ». Para ilustrar esta teoría, Francisco ha utilizado en reiteradas oportunidades la imagen del poliedro, en la que ve la figura y el modelo de la unidad ecuménica:



« Nosotros estamos en la época de la globalización, y pensamos en qué es la globalización y qué sería la unidad en la Iglesia: ¿tal vez una esfera, donde todos los puntos son equidistantes desde el centro, todos iguales? ¡No! Esto es uniformidad. Y el Espíritu Santo no construye uniformidad. ¿Qué figura podemos encontrar? Pensemos en el poliedro: el poliedro es una unidad, pero con todas las partes distintas; cada una tiene su peculiaridad, su carisma. Esta es la unidad en la diversidad. » [Visita a Caserta]                         



Esta explicación, si lo pensamos bien, va mucho más lejos que la versión conciliar clásica. La teología conciliar ve en las diferentes « iglesias » cristianas una diferencia de grados, y ya no una esencial o de naturaleza, como lo enseña la doctrina tradicional: en el seno de la Iglesia de Cristo, sólo la Iglesia católica dispone de la plenitud de los medios de la gracia, mientras que las otras confesiones tienen solamente una participación decreciente de dicha plenitud, en la medida en que se alejan más del catolicismo. Son los famosos elementos de verdad de los que « el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse como medios de salvación » (Unitatis redintegratio nº 3).



El cardenal Ratzinger había ilustrado esta teoría mediante la figura de los atrios del Templo, insertos unos en otros en torno al santuario. Pero tales sutilezas no parecen interesar a Francisco. En el poliedro que él propone todas las caras son iguales, si el poliedro es regular, o al menos, en una relación semejante con respecto al todo, y se sostienen mutuamente por sus bordes. No hay en él un más o un menos, lo que sugiere que todas las « Iglesias » se hallan en pie de igualdad y son complementarias, sin que haya superior ni inferior. Es una visión democrática de la situación. Ya no hay diferencias de grado ni de jararquía, sino una simple diversidad de riquezas. Seguramente una comparación no es una demostración, pero la explicación que da Francisco abre perspectivas cada vez más audaces.




Con los ortodoxos, « estamos en camino »



Francisco no se contenta con formular sus teoría sobre el ecumenismo, sino que las pone en práctica. Como lo prueba el « favor » que pidió al « patriarca » Bartolomé en su reciente viaje a Estambul, del 28 al 30 de noviembre de 2014: « Le pido un favor: bendígame a mí y a la Iglesia de Roma. » El « patriarca » vaciló un instante delante de Francisco, que se inclinaba ante él, y luego, a modo de bendición, besó su cabeza.



Durante el vuelo de regreso, Francisco dio una conferencia de prensa. Respondiendo a la pregunta de un periodista, expresó su pensamiento acerca de las relaciones de la Iglesia con la « ortodoxia ». Leamos sus palabras, características de su método: prioridad a la praxis, la doctrina vendrá luego…


       El « patriarca » Bartolomé « bendice » a Francisco besándole la testa



« Yo creo que con la ortodoxia estamos en camino; tienen sacramentos y sucesión apostólica[11]... Estamos en camino. Si tenemos que esperar a que los teólogos se pongan de acuerdo... ¡No llegará nunca ese día! Soy escéptico: trabajan bien los teólogos, pero Atenágoras había dicho: ¡‘‘Pongamos a los teólogos en una isla para que discutan y nosotros seguimos adelante! ’’.                  La unidad es un camino que se debe hacer, y se debe hacer juntos; es el ecumenismo espiritual, rezar juntos, trabajar juntos. (...) Las Iglesias orientales católicas tienen derecho de existir, pero el unitarismo es una palabra de otra época; hay que encontrar otra vía. » [Conferencia de prensa el 30 de noviembre de 2014]



Como podemos apreciar, para Francisco, la acción prevalece sobre la doctrina. No hay que afligirse por argucias teológicas sino « ir para delante ». Estamos ante una visión pragmática, revolucionaria, enemiga de los principios y contraria a toda la tradición de la Iglesia. Se habrá podido notar el desprecio por el « uniatismo », cuya existencia estorba el diálogo ecuménico con la « ortodoxia ».




III. UNA IGLESIA ABIERTA DE PAR EN PAR



Después de la apertura al exterior, en dirección a los no católicos, veamos la apertura hacia « adentro », en sentido amplio, es decir, en dirección a los cristianos no católicos, los « hermanos separados ». Pero esto implica forzosamente intentar responder a la cuestión siguiente: ¿qué tipo de Iglesia quiere Francisco?



No a una Iglesia « autoreferencial » ni « de museo »



El modelo querido por Francisco es netamente progresista. Es el de una Iglesia en marcha, decididamente orientada hacia el exterior, ocupada en acciones que generen « dinámicas nuevas », y no una Iglesia de « poder », apegada a tradiciones del pasado, ni una « Iglesia mundana, que vive replegada sobre sí misma y para sí misma[12] » :



« Lo repito a menudo: entre una Iglesia accidentada por salir a la calle y una Iglesia enferma de autoreferencialidad, prefiero sin duda la primera. » [Mensaje para la 48 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales el 1 de junio de 2014]



En una homilía en Santa Marta explicó que la Iglesia no es fecunda sino cuando tiene el gozo de ir a buscar a los « hermanos que están lejos »:



« Cuando la Iglesia se encierra en sí misma, está sin duda bien organizada, con un organigrama perfecto, con todo en orden, con cada cual en su puesto, pero falta el gozo, la fiesta, la paz. De este modo, la Iglesia se vuelve desanimada, angustiada, triste, y se asemeja más a una solterona que a una madre. Una Iglesia así no sirve, es una Iglesia de museo. » [Homilía del 9 de diciembre de 2014]



Esta idea, el cardenal Bergoglio ya la había formulado en la intervención que tuvo con los cardenales antes del conclave en el que fue elegido, discurso que fue dado a conocer por el cardenal cubano y arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, pocos días después de la elección del cardenal Bergoglio:



« La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria. »

Detrás de esas concepciones hay manifiestamente una visión existencialista de la Iglesia y de la realidad en general. Lo que un artículo de La Croix expresó claramente, diciendo que, para Francisco « el Evangelio pasa por delante de la doctrina[13] ». Él dejó entrever su postura al respecto en su entrevista con el Padre Spadaro:



« La primera reforma debe ser la de las actitudes. Los ministros del Evangelio deben ser personas capaces de caldear el corazón de las personas, de caminar con ellas en la noche, de saber dialogar e incluso descender a su noche y su oscuridad sin perderse. » [Entrevista con el Padre Antonio Spadaro]



« Dios se manifiesta en una revelación histórica, en el tiempo. Es el tiempo el que inicia los procesos, el espacio los cristaliza. Dios se encuentra en el tiempo, en los procesos en curso. No hay que dar preferencia a los espacios de poder frente a los tiempos, a veces largos, de los procesos. Lo nuestro es poner en marcha procesos, más que ocupar espacios. Dios se manifiesta en el tiempo y está presente en los procesos de la historia. Esto nos hace preferir las acciones que generan dinámicas nuevas. » [Ibidem]



« Las Iglesias jóvenes logran una síntesis de fe, cultura y vida en progreso diferente de la que logran las Iglesias más antiguas. Para mí, la relación entre las Iglesias de tradición más antigua y las más recientes se parece a la relación que existe entre jóvenes y ancianos en una sociedad: construyen el futuro, unos con su fuerza y los otros con su sabiduría. El riesgo está siempre presente, es obvio; las Iglesias más jóvenes corren peligro de sentirse autosuficientes, y las más antiguas el de querer imponer a los jóvenes sus modelos culturales. Pero el futuro se construye unidos. » [Ibidem]



Esta concepción dinámica explica los diversas  iniciativas propiciadas por Francisco para « ayudar a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales[14] » de la humanidad. Y primeramente, en el ámbito de la moral.




La moral: el respeto de las conciencias



En la entrevista con Eugenio Scalfari Francisco ya había hecho afirmaciones muy relativistas sobre el bien y el mal, que había escandalizado:



« Todo ser humano posee su propia visión del bien y del mal. Nuestra tarea reside en incitarlo a seguir el camino que el considere bueno […] No dudo en repetirlo: cada uno tiene su propia concepción del bien y del mal, y cada uno debe escoger seguir el bien y combatir el mal según su propia idea. Bastaría eso para cambiar el mundo. » [Entrevista con Eugenio Scalfari]



Este falso respeto de la conciencia individual constituída en norma absoluta llevó a Francisco, el 16 de marzo de 2013, a dar una « bendición silenciosa » a los 5000 periodistas presentes en la Sala Pablo VI, para no herir los sentimientos de los no católicos: « Como muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia católica y otros no son creyentes, de corazón doy esta bendición en silencio a cada uno de ustedes, respetando la conciencia de cada uno, pero sabiendo que cada uno de ustedes es hijo de Dios. »



Con tales principios, ¿qué puede quedar de las nociones de moral y de pecado? Nada que sea objetivo, todo queda librado a la subjetividad. ¿Y no es justamente eso lo que sugiere esta frase lanzada por Francisco en una de sus audiencias:



« Hay quien dice que el pecado es una ofensa a Dios » [Audiencia general del 29 de mayo de 2013]



¿Es que, para él, ése no es el caso?




Una pastoral desinhibida



En sus respuestas al director de La Civiltà Cattolica, Francisco precisó su postura en materia de moral:



« No podemos seguir insistiendo sólo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. (…) Las enseñanzas de la Iglesia, sean dogmáticas o morales, no son todas equivalentes. Una pastoral misionera no se obsesiona por transmitir de modo desestructurado un conjunto de doctrinas para imponerlas insistentemente. » [Entrevista con el Padre Antonio Spadaro]                                                                                                                     



La pastoral « misionera » a la cual alude Francisco no es más que la apertura en todos los frentes que él preconiza, bajo pretexto de « misericordia[15] », aunque ésta sea en detrimento de la verdad y de la doctrina. No tenemos que « poner obstáculos ni cerrar la puerta », como él dice. Fue incluso esta actitud la que lo llevó a proponer la idea descabellada de bautizar a los marcianos, si éstos llegaran a solicitarlo:



« Algo que no se podía ni pensar... Si mañana llegara una expedición de marcianos, por ejemplo, y algunos de ellos vinieran donde nosotros, digo marcianos ¿no?... Verdes, con esa nariz larga y las orejas grandes, como los pintan los niños... Y uno dijera: ‘‘Pero, yo quiero el bautismo”. ¿Qué pasaría?  » [Homilía en Santa Marta el 12 de mayo de 2014[16]]




« ¿Quién soy yo para juzgar? »



Le Sel de la terre ya ha hablado de los dichos y las acciones inverosímiles de Francisco en lo que concierne a la homosexualidad[17]. A título de recordatorio, he aquí dos ejemplos:



« Una vez una persona, para provocarme, me preguntó si yo aprobaba la homosexualidad. Yo entonces le respondí con otra pregunta: “Dime, Dios, cuando mira a una persona homosexual, ¿aprueba su existencia con afecto o la rechaza y la condena’’?  » [Entrevista con el Padre Antonio Spadaro[18]]


  Francisco fue electo Hombre del Año por la principal revista LGBT de los USA desde el primer año de su pontificado


« Si una persona es gay y busca al Señor con buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgar? » [Conferencia de prensa por las JMJ de Río de Janeiro el 28 de julio de 2013[19]]



¡Qué lejos que estamos de las graves advertencias dirigidas por San Pablo a los paganos idólatras!



 « Dios, dejándolos abandonados a los deseos de su corazón, los entregó a una impureza que deshonraba sus propios cuerpos, ya que han sustituido la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a las criaturas en lugar del Creador […]  Por eso, Dios los entregó también a pasiones vergonzosas: sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por otras contrarias a la naturaleza. Del mismo modo, los hombres, dejando la relación natural con la mujer, ardieron en deseos los unos por los otros, teniendo relaciones deshonestas entre ellos y recibiendo en sí mismos la retribución merecida por su extravío […] Y a pesar de que conocen el decreto de Dios, que declara dignos de muerte a los que hacen estas cosas, no sólo las practican, sino que también aprueban a los que las hacen. » (Rm 1, 24/27-32)




El Sínodo: impregnarse del « olor » de los hombres



No hay entonces nada de qué sorprenderse de que Francisco haya dejado que se infiltrara en el sínodo sobre la familia (4 al 19 de octubre de 2014) un tal relativismo moral, camuflando con el modesto nombre de « gradualidad moral[20]. »)



Por expreso pedido suyo, a pesar de tener una cantidad insuficiente de votos -aunque ampliamente mayoritarios- el informe final, o relatio synodi, conservó los tres párrafos más polémicos sobre el acceso de los divorciados « vueltos a casar » a la santa comunión[21] (§ 52[22]-53[23]) y la acogida de los homosexuales (§ 55[24]).



Hay que agregar que muchos otros párrafos, aprobados con la mayoría requerida de los dos tercios de los votos, son igualmente escandalosos, especialmente en lo que concierne a la pastoral hacia los concubinos:



« También hay elementos válidos en algunas formas fuera del matrimonio cristiano » (§ 22);                          « Una sensibilidad nueva de la pastoral hodierna, consiste en identificar los elementos positivos presentes en los matrimonios civiles y, salvadas las debidas diferencias, en las convivencias. »                  (§ 41).



Es verdad que Francisco, fiel a sus principios, ya había avisado:



« Para buscar lo que hoy el Señor pide a su Iglesia tenemos que escuchar los latidos de este tiempo y percibir el ‘‘olor’’ de los hombres de hoy, hasta quedarnos impregnados de sus alegrías y esperanzas, de sus tristezas y angustias (…) Del Espíritu Santo pedimos para los padres sinodales, sobre todo el don de escuchar: escuchar a Dios, hasta llegar a sentir con Él el grito del pueblo; escuchar al pueblo; hasta respirar la voluntad a la cual Dios nos llama. » [Discurso en la vigilia de la apertura del Sínodo Extraordinario de Obispos el 4 de octubre de 2014]



Cuando se sabe lo que es el « olor » del mundo actual, el nivel de inmoralidad general, ¿cómo puede desearse que la Iglesia adecúe su pastoral con este « olor »? Es nivelar hacia abajo, lo contrario de lo que ha hecho siempre el magisterio. Pero eso no fue todo. Insatisfecho con el resultado, pese a la publicación integral del informe, Francisco convocó a una nueva sesión del sínodo para octubre de 2015 y confirmó el mismo equipo progresista para prepararla, con el objetivo de que « la reflexión avance ». Para ese entonces la mentalidad habrá avanzado, el bombardeo mediático habrá hecho su trabajo y la oposición, dominada, se tranquilizará como siempre ocurre en estos casos diciéndose que podría haber sido peor. Asistimos a un proceso de inconfundible sesgo revolucionario.




« ¡Tírale una cáscara de banana! »



Sería interminable si tuviésemos que citar todas las frases hirientes y provocadoras de Francisco hacia la disciplina y los usos eclesiásticos tradicionales: « ¿Se te pegaron las manos? », espetó a un monaguillo que tenía piadosamente juntas las manos frente a él[25]. « No me gusta que en la Iglesia se lleven a los niños que lloran durante la misa. Su llanto es la mejor prédica », declaró a un grupo de padres cuyos hijos había sido bautizados recientemente[26]



Más grave todavía, en su homilía en Santa Marta el 15 de diciembre de 2014 Francisco se propuso denunciar la hipocresía de los príncipes de los sacerdotes en el Templo. A Jesús, que abría su corazón a las necesidades de la gente, los príncipes de los sacerdotes « respondían que la doctrina y la disciplina les impedía hacer lo mismo pues, según ellos, la ley era sagrada[27] ». Y para ilustrar el punto no encontró nada mejor que burlarse de la práctica tradicional del ayuno eucarístico y ridiculizar a los cristianos que estaban apegados a él:



« Recuerdo cuando el Papa Pío XII nos liberó de esa cruz tan pesada que era el ayuno eucarístico. No se podía ni siquiera beber una gota de agua. […] Cuando Pío XII cambió la disciplina -“¡Ah, herejía! ¡Tocó la disciplina de la Iglesia!”- muchos fariseos se escandalizaron. Muchos. Porque Pío XII actuó como Jesús: vio la necesidad de la gente. » [Homilía del 15 de diciembre de 2014[28]]

Y añadió luego este comentario desbordante de caridad hacia esos fariseos a los que trató igualmente de « doctores de la ley », « rígidos por fuera pero con el corazón repleto de podredumbre »:



« Cuando veía a un cristiano, con el corazón débil, no firme sobre la roca -Jesús- y con tanta rigidez por fuera, le pedía al Señor: ‘‘Pero Señor, tírale una cáscara de banana delante, para que se pegue una linda resbalada, se avergüence de ser pecador y así te encuentre a ti, que eres el Salvador”. » [Ibidem]



Poco tiempo antes, durante el transcurso de otra homilía matinal en Santa Marta, Francisco acometió contra los estipendios de las misas. Primero contó esta anécdota insólita:



« Una vez, recién ordenado sacerdote, estaba con un grupo de universitarios y una pareja de novios que quería casarse. Habían ido a una parroquia, querían hacerlo con la misa. Y ahí, el secretario parroquial dijo: ‘‘No, no: no se puede -¿Por qué no se puede con la misa? ¿Si el concilio recomienda hacerlo siempre con la misa? -No, no se puede, porque más de veinte minutos no se puede -¿Por qué? -Porque hay otros turnos -¡Pero nosotros queremos la misa! -Pero pagáis dos turnos’’. Así que para casarse con la misa tuvieron que pagar dos turnos. Esto es pecado de escándalo. Y sabemos lo que Jesús dice a los que son causa de escándalo: mejor ser arrojados al fondo del mar. » [Homilía en Santa Marta el 21 de noviembre de 2014]



Luego, a partir de este ejemplo aislado y extravagante generalizó agarrándosela con los sacerdotes « comerciantes » que rinden culto al dinero y deshonoran « la total gratuidad el amor de Dios ». El clero italiano, que en muchos casos vive pobremente, no debió de apreciar demasiado esta acusación sin matices y fuera de contexto.




Quince « enfermedades curiales »



Idéntica actitud se refleja en la diatriba que Francisco dirigió a los cardenales el 22 de diciembre de 2014, a modo de saludos navideños. Es siempre la misma crítica de una « Iglesia mundana que vive replegada sobre sí misma[29]», lo que él llama « la mundanidad espiritual ». Quince enfermedades afectan el cuerpo de la Curia, de acuerdo con Francisco, y a esas patologías « curiales » las designó con expresiones voluntariamente chocantes. Las resumo en el siguiente párrafo:



La enfermedad del que se siente « inmortal », « inmunizado » o completamente « indispensable », el « martalismo » o la actividad excesiva, en referencia a Santa Marta, quien « no escogió la mejor parte »,  la « petrificación » mental y espiritual, la planificación excesiva y el « funcionalismo », la mala coordinación, el « Alzheimer espiritual », la rivalidad y la vanidad, la « esquizofrenia existencial », fruto de la hipocresía « típica de los mediocres », la enfermedad de las « habladurías, de la murmuración, del cotilleo », la « divinización » de los jefes, la « indiferencia hacia los demás », la enfermedad de la « cara de funeral », la enfermedad de la « acumulación » para llenar el vacío existencial, la enfermedad de los « círculos cerrados », y finalmente, la de la « ganancia mundana », mediante una búsqueda permanente de poder y de beneficios mundanos[30].


Seguramente hay cosas verdaderas en esos reproches, la Curia actual no es ciertamente un modelo de virtud ni de ortodoxia, pero, a pesar de las referencias al Evangelio y a San Pablo, que dan un tinte cristiano al discurso, Francisco habría podido decir lo mismo si se hubiese dirigido a cualquier empresa o institución profana. Es deplorable ver a aquel que el mundo considera como el Vicario de Jesucristo no encontrar nada mejor para decir a sus cardenales que ponerlos en guardia contra el peligro de volverse « burócratas, formalista, funcionarios, empleados mezquinos y ávidos de poder ». Además, esta revelación desacredita todavía más a la Iglesia ante la opinión pública. Los cardenales empero, regañados como niños, aplaudieron con entusiasmo, al igual que los parlamentarios europeos el 25 de noviembre pasado, cuando Francisco acababa de decirles que Europa era una abuela que ha perdido su fecundidad y su vivacidad, privada de ideal, paralizada por el tecnicismo burocrático de sus instituciones[31]. Los príncipes de la Iglesia, como los dirigentes políticos, lobotomizados, se han transformado en perros mudos…



¿Qué presagia ese discurso? ¿Cómo será la reforma de la Curia? Todo es posible con este papa autoritario, partidario acérrimo de la colegialidad. Se habla incluso de laicos que podrían ser nombrados a la cabeza de ciertos dicasterios. ¿Y por qué no también mujeres? No olvidemos que Francisco, en su entrevista con el director de La Civiltà Cattolica preconizó una mayor presencia femenina en los puestos de autoridad en la Iglesia:



« Es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. […] Las mujeres están formulando cuestiones profundas que debemos afrontar. […] Es preciso, por tanto, profundizar más en la figura de la mujer en la Iglesia. Hay que trabajar más hasta elaborar una teología profunda de la mujer. Sólo tras haberlo hecho podremos reflexionar mejor sobre su función dentro de la Iglesia. En los lugares donde se toman las decisiones importantes es necesario el genio femenino. Afrontamos hoy este desafío: reflexionar sobre el puesto específico de la mujer incluso allí donde se ejercita la autoridad en los varios ámbitos de la Iglesia. » [Entrevista con el Padre Antonio Spadaro[32]]



Visiblemente, Francisco acuerda mucha importancia a esta idea, puesto que la reiteró poco después a una periodista del cotidiano romano Il Messaggero, el primero de julio de 2014:



- En la Iglesia, según usted, ¿las mujeres qué puesto ocupan? - Las mujeres son lo más bello que Dios ha hecho. La Iglesia es mujer. Iglesia es una palabra femenina. No se puede hacer teología sin esta femineidad. De esto, usted tiene razón, no se habla bastante. Estoy de acuerdo en que se debe trabajar más sobre la teología de la mujer. Lo he dicho y se está trabajando en este sentido.              - ¿No entrevé una cierta misoginia de fondo? - El hecho es que la mujer fue tomada de una costilla… (Risas). Bromeo, lo mío es una broma. Estoy de acuerdo en que se debe profundizar más en la cuestión femenina, de lo contrario no se puede entender a la misma Iglesia.





IV. UNA IGLESIA POBRE Y PARA LOS POBRES



« ¡Cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!  »



Podría decirse que con ese grito, lanzado en su primera audiencia con los periodistas, el 16 de marzo de 2013, Francisco debutó su pontificado. El tema de la pobreza vuelve sin cesar en sus palabras e inspira un gran número de sus acciones. Pero lo que perturba es la manera notoriamente naturalista y materialista en que lo aborda. Al escucharlo, uno tiene la sensación de que esta cuestión se circunscribe a problemas relativos a bienes y necesidades materiales, económicos, de justicia social, hambre, vivienda, desempleo, soledad. Dios jamás aparece, salvo cuando puede ser puesto al servicio de la lucha contra los abusos sociales. La dimensión sobrenatural brilla por su ausencia en su discurso. Por otro lado, da la impresión de que, para él, éste tema de la pobreza sería el asunto capital, por encima del de la fe, e incluso, el de la salvación eterna. En boca de un papa, es algo totalmente inaudito[33].



Veamos seguidamente un pequeño florilegio de citas bergoglianas sobre este tema:



« Si un niño recibe su educación de los católicos, protestantes, ortodoxos o judíos, eso no me interesa. A mí lo que me interesa es que lo eduquen y le quiten el hambre. » [Entrevista con la televisión brasileña en julio de 2013 durante las JMJ de Río de Janeiro]



« Los males más graves que afligen al mundo hoy son el desempleo de los jóvenes y la soledad en la que son abandonados los ancianos. » [Entrevista con Eugenio Scalfari[34]]



« Es indispensable prestar atención para estar cerca de nuevas formas de pobreza y fragilidad donde estamos llamados a reconocer a Cristo sufriente, aunque eso aparentemente no nos aporte beneficios tangibles e inmediatos: los sin techo, los toxicodependientes, los refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos cada vez más solos y abandonados, etc. » [Evangelii Gaudium § 210]



« Le dije: ‘‘Señora, creo que el niño tiene hambre... ¡Por favor dele algo de comer!’’ Ella era tímida y no quería amamantar a su bebé en público, mientras el Papa estaba ahí. Quiero decirle lo mismo a la humanidad: ¡Dad a las personas algo de comer! Esa mujer tenía leche para darle a su hijo; nosotros tenemos comida suficiente en el mundo para alimentar a todos. » [Entrevista con el diario La Stampa el 15 de diciembre de 2013]



« Miremos a nuestro alrededor: cuántas necesidades tienen los pobres, cuánto les falta aún a nuestras sociedades para encontrar caminos hacia una justicia social más compartida, hacia un desarrollo económico inclusivo. El alma humana no puede perder de vista el sentido profundo de las experiencias de la vida y necesita recuperar la esperanza. En estos ámbitos, hombres y mujeres inspirados en los valores de sus tradiciones religiosas pueden ofrecer una ayuda importante, insustituible. Es un terreno especialmente fecundo para el diálogo interreligioso. »  [Discurso a los responsables religiosos de Albania el 21 de septiembre de 2014]




Pastor de los migrantes


Francisco predicando en Lampedusa desde un atril hecho con restos de barcos naufragados

                                                    

Entre los excluídos de los cuales Francisco es un defensor entusiasta los inmigrantes gozan de una particular predilección de su parte:



« Los migrantes me plantean un desafío particular por ser Pastor de una Iglesia sin fronteras que se siente madre de todos. Por ello, exhorto a los países a una generosa apertura, que en lugar de temer la destrucción de la identidad local sea capaz de crear nuevas síntesis culturales. » [Evangelii Gaudium § 210]



Para unir los actos a las palabras, Francisco acudió el 8 de julio de 2013 a la isla italiana de Lampedusa, frente a la costa tunecina, por donde ingresan clandestinamente a Europa numerosos migrantes africanos. El objetivo de esta muy mediatizada visita era llamar la atención mundial acerca de la situación de tales migrantes y de censurar la « cultura del bienestar » que vuelve a los hombres « insensibles a los gritos del prójimo […] y conduce a una globalización de la indiferencia. »



No cabe duda de que la suerte de esa pobre gente es lamentable, pero ¿acaso es la solución apoyar la inmigración clandestina y reclamar a las naciones europeas « una apertura generosa » de sus fronteras y de su legislación[35] a grupos énicos mayoritariamente musulmanes y cada vez más numerosos? Es eso, empero, lo que Francisco pidió a los diputados en el Parlamento Europeo de Estrasburgo el 25 de noviembre de 2014:



« Es igualmente necesario afrontar juntos la cuestión migratoria. No se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran cementerio. En las barcazas que llegan cotidianamente a las costas europeas hay hombres y mujeres que necesitan acogida y ayuda. La ausencia de un apoyo recíproco dentro de la Unión Europea corre el riesgo de incentivar soluciones particularistas del problema, que no tienen en cuenta la dignidad humana de los inmigrantes, favoreciendo el trabajo esclavo y continuas tensiones sociales. » [Discurso al Parlamento Europeo]



Francisco concluyó el discurso diciendo: « Es necesario actuar sobre las causas y no solamente sobre los efectos. » Pero la causa ¿no es acaso el haber entregado al islamismo y a la revolución los países de donde provienen estos inmigrantes, y el no haberlos cristianizado cuendo aún era posible? Eso es lo que uno desearía oír de la boca de un papa. Antaño, San Pío V, Rosario en mano, convocaba la Cristiandad a la Cruzada para combatir la amenaza islámica. Hogaño, Francisco reclama, en nombre de la « dignidad humana », que los países cristianos abran de par en par sus fronteras al flujo migratorio africano y realicen una generosa « síntesis cultural » con las masas mahometanas.




¿Un papa marxista?


Francisco recibiendo el crucifijo comunista de manos del presidente boliviano Evo Morales



Fiel a su imagen de protector de los pobres, en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium, publicada en noviembre de 2013, Francisco condenó enérgicamente la inhumanidad de un mercado « implacable » que crea una « cultura del descarte[36] », que marginaliza a poblaciones enteras, y que « reduce al ser humano a una sola de sus necesidades: el consumo. »



A causa de esta denuncia sin matices del « fetichismo del dinero » y de « la dictadura de la economía sin rostro », varios medios de prensa argentinos, estadounidenses y europeos lo acusaron de ser un « marxista puro » y un « socialista. » En una entrevista con La Stampa lo negó diciendo que « la ideología marxista es errónea » pero agregando luego que, en su vida, « había conocido muchos marxistas que eran excelentes personas. » Asimismo explicó que su reprobación de las desigualdades engendradas por el sistema económico actual se inscribe en la doctrina social de la Iglesia y que, por ende, « esta condena no hace de mí un marxista.[37] »



En su conversación con el fundador de La Repubblica, Francisco ya había abordado la cuestión:



- Tuve una profesora [en la Universidad] de la que aprendí el respeto y la amistad, era una comunista ferviente. A menudo me leía o me daba a leer textos del Partido Comunista. Así conocí también esa concepción tan materialista. […]

- ¿El comunismo lo sedujo?

- Su materialismo no tuvo ninguna influencia sobre mí. Pero conocerlo, a través de una persona valiente y honesta me fue útil, entendí algunas cosas, un aspecto de lo social, que después encontré en la Doctrina Social de la Iglesia.

- La teología de la liberación, que el Papa Wojtyla excomulgó, estaba bastante presente en América Latina.

- Sí, muchos de sus representantes eran argentinos.

- ¿Usted piensa que fue justo que el Papa la combatiese?

- Ciertamente daban una prolongación política a su teología, pero muchos de ellos eran creyentes y con un alto concepto de humanidad.                                                        



Se habrá notado la restricción: muchos teólogos de la liberación tenían « un alto concepto de humanidad. » Si Francisco toma distancia de ellos, él comparte empero su concepción de la « humanidad » y admira a los comunistas honestos e, incluso, « sabios » [!!!] : « estoy muy contento por haberme reunido con un hombre sabio », declaró a la prensa Francisco tras la audiencia concedida en el Vaticano el 1 de junio de 2013 al presidente del Uruguay, José Mujica, antiguo terrorista tupamaro -nunca arrepentido de sus crímenes- quien se reivindica pública y orgullosamente ateo, laicista, abortista y homosexualista. Cabe destacar que Francisco hizo ese elogio público de la « sabiduría » de Mujica tan sólo un mes después de que su gobierno hubiese promulgado la ley sobre el « matrimonio igualitario[38] » en el Uruguay…



En octubre de 2014, en su discurso a los participantes de los Movimientos Populares, Francisco habló de la estrategia a utilizar en la lucha contre el « escándalo de la pobreza ». Los términos empleados en ese discurso son un claro apoyo a la lucha revolucionaria[39]: « No se puede abordar el escándalo de la pobreza promoviendo estrategias de contención que únicamente tranquilicen y conviertan a los pobres en seres domesticados e inofensivos. Qué triste ver cuando detrás de supuestas obras altruistas, se reduce al otro a la pasividad, se lo niega o peor, se esconden negocios y ambiciones personales: Jesús les diría hipócritas. Qué lindo es en cambio cuando vemos en movimiento a Pueblos, sobre todo, a sus miembros más pobres y a los jóvenes. Entonces sí se siente el viento de promesa que aviva la ilusión de un mundo mejor. Que ese viento se transforme en vendaval de esperanza. Ése es mi deseo. Este encuentro nuestro responde a un anhelo muy concreto, algo que cualquier padre, cualquier madre quiere para sus hijos; un anhelo que debería estar al alcance de todos, pero hoy vemos con tristeza cada vez más lejos de la mayoría: tierra, techo y trabajo. Es extraño pero si hablo de esto para algunos resulta que el Papa es comunista. No se entiende que el amor a los pobres está al centro del Evangelio. Tierra, techo y trabajo, eso por lo que ustedes luchan, son derechos sagrados. Reclamar esto no es nada raro, es la doctrina social de la Iglesia. » [Discurso en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares el 28 de octubre de 2014]



Todo esto deja un profundo malestar. Sin mencionar siquiera las firmes condenas de la Iglesia y las terribles persecuciones comunistas, el caracter inconciliable de esta ideología mortífera con el catolicismo salta a la vista. Pero, aparentemente, no para Francisco. Su discurso se asemeja al de los marxistas, para quienes solamente existen la materia y los bienes económicos. Francisco omite decir que, para un cristiano, el mal supremo, la única alienación integral, no es la « opresión social », sino el pecado. Sus dichos expresan los mismos objetivos que los marxistas: combatir las injusticias, luchar por un mundo más equitativo, trabajar « para crear esta aldea humana, cada vez más humana, que ofrezca a los niños un presente de paz y un futuro de esperanza[40] », cuando en la vida del cristiano lo esencial se encuentra en la búsqueda del Reino de Dios y su justicia, y no en la « añadidura » (Mt 6, 36).



Francisco es un papa del Concilio Vaticano II, de esa funesta asamblea que reinterpretó el Evangelio, Jesucristo, la Iglesia y el catolicismo a la luz del humanismo moderno: culto del hombre, dignidad humana, democracia, derechos humanos…



Por otro lado, él mismo lo reconoce:



« El Vaticano II supuso una relectura del Evangelio a la luz de la cultura contemporánea. Produjo un movimiento de renovación que viene sencillamente del mismo Evangelio. Los frutos son enormes. Basta recordar la liturgia. El trabajo de reforma litúrgica hizo un servicio al pueblo, releyendo el Evangelio a partir de una situación histórica concreta. Sí, hay líneas de hermenéutica de continuidad y de discontinuidad, pero una cosa es clara: la dinámica de lectura del Evangelio actualizada para hoy, propia del Concilio, es absolutamente irreversible. » [Entrevista con el Padre Antonio Spadaro] 



Así pues, que el concilio sea interpretado según la hermenéutica de la continuidad preconizada por Benedicto XVI o en conformidad con la ruptura reivindicada por los « progresistas », esto es algo que se ha vuelto irrelevante, puesto que nos hallamos confrontados ante este hecho masivo e irreversible de que el catolicismo del Concilio de Trento, del Syllabus, de Pascendi y de la Misa de San Pío V está muerto y enterrado. Lo cual tiene al menos, concedámosle esto a Francisco, el mérito de la claridad…





[1] Artículo escrito con Dominicus y publicado en el n° 91 de la revista de los dominicos de Avrillé (Francia), Le Sel de la terre, http://www.seldelaterre.fr/CT-1145-revue-sel-de-la-terre.aspx, con el título: La papauté discréditée. Morceaux choisis du « magistère » bergoglien.
[3] Constitución Dei Filius, capítulo 4 (De fide et ratione), canon 3.
[5] « La Iglesia católica no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de santo y verdadero. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que […] no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres. » (Nostra Ætate n° 2)
[6] « Esta Iglesia, establecida y organizada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él, si bien fuera de su estructura se encuentran muchos elementos de santidad y verdad que, como bienes propios de la Iglesia de Cristo, impelen hacia la unidad católica. » (Lumen gentium n° 8)
[7] « Las ‘‘semillas de verdad’’ [Ad gentes 11; Lumen gentium 17] presentes y operantes en las diversas tradiciones religiosas son un reflejo del único Verbo de Dios, ‘‘que ilumina a todo hombre’’ (Jn 1, 9) y que se hizo carne en Cristo Jesús (cf. Jn 1, 14). Son, al mismo tiempo, ‘‘efecto del Espíritu de verdad que actúa más allá de los confines visibles del Cuerpo místico’’ (cf. Redemptor hominis, 6 y 12) y que ‘‘sopla donde quiere’’ (Jn 3, 8). » Audiencia general del 9/9/1998: http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/audiences/1998/documents/hf_jp-ii_aud_09091998.html
[8] Mouvement d’Animation Spirituelle de la Démocratie Universelle.
[9] « Con las manos entrelazadas, los pies descalzados, en silencio, la cabeza baja y situado en dirección a La Meca.             Así ha rezado esta mañana durante dos intensos minutos el papa Francisco en la Mezquita Azul de Estambul, la más importantes de Turquía, construida a principios del siglo XVII por el sultán Ahmet I y así bautizada por estar decorada con 21.043 azulejos de color turquesa. Junto a él, hombro con hombro, se encontraba el Gran Muftí de Estambul. Se trata de la cuarta ocasión que un Papa pone el pie en una mezquita. Juan Pablo II fue el primero en hacerlo en 2001 en Damasco. Posteriormente su sucesor, Benedicto XVI, visitó en 2006 la misma Mezquita Azul en la que esta mañana ha estado Francisco. Pero Bergoglio -que también en su viaje en mayo pasado a Jerusalén visitó un templo musulman- ha sido el primer Papa al que se le ve en una mezquita en actitud clara de rezar, con las manos entrelazadas y el gesto de quien está orando. » http://www.elmundo.es/internacional/2014/11/29/54799ff822601d042c8b456b.html
[10] « La Roma postconciliar y sus hermanos mayores », Le Sel de la terre 89, p. 172-194.
[11] Solamente desde un punto de vista material…
[12] Intervención del Cardenal Bergoglio antes del cónclave, revelada por el Cardenal Ortega el 23 de marzo de 2013: https://www.aciprensa.com/noticias/cardenal-ortega-revela-lo-que-francisco-queria-del-nuevo-papa-32126/
[13] Isabelle de Gaulmyn, « Le pape François, l’Évangile avant la doctrine », La Croix, 20 de septiembre de 2013.
[14] El cardenal Bergoglio definía así el papa ideal en su intervención antes del cónclave: « Pensando en el próximo papa: un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo y desde la adoración a Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales. » https://www.aciprensa.com/noticias/cardenal-ortega-revela-lo-que-francisco-queria-del-nuevo-papa-32126/
[15] De esta « misericordia » que se ejerce en oposición a la verdad, Francisco encuentra un eco fiel en los escritos del muy progresista cardenal Kasper, el mismo a quien solicitó que preparase el cuestionario con los temas a debatir en el sínodo sobre la familia. Haciendo caso omiso de la disciplina tradicional de la Iglesia, la falsa misericordia del cardenal Kasper propone un amplio acceso a la comunión a los divorciados « vueltos a casar » y dar una buena acogida a los homosexuales. Éstas son las palabras laudatorias hacia el cardenal Kasper: « En estos días, he podido leer un libro de un cardenal -el Cardenal Kasper, un gran teólogo, un buen teólogo-, sobre la misericordia. Y ese libro me ha hecho mucho bien. Pero no creáis que hago publicidad a los libros de mis cardenales. No es eso. Pero me ha hecho mucho bien, mucho bien. El Cardenal Kasper decía que al escuchar misericordia, esta palabra cambia todo. Es lo mejor que podemos escuchar: cambia el mundo. » (Angelus del 17 de marzo de 2013)
[16] Ver Le Sel de la terre 89: « Francisco, los marcianos y la paciencia de Dios », p. 195-203.
[17] Ibidem, p. 197.
[18] Ver Le Sel de la terre 87, p. 176-177.
[19] Ver Le Sel de la terre 86, p. 179.
[20] La ley de gradualidad fue introducida en la Iglesia por Juan Pablo II  (Familiaris Consortio n° 9 y 34). Consiste en no exigir al cristiano que aplique en su vida la ley moral en su totalidad, permitiendo que avance por etapas sucesivas. Su finalidad es la de desculpabilizar a quien no consigue, pese a sus esfuerzos, evitar el pecado, distinguiendo esntre el ideal a alcanzar y lo que la persona logra concretamente poner en práctica de la ley moral. Es una forma de liberalismo moral, invocado frecuentemente durante el reciente Sínodo Extraordinario de Obispos sobre la familia, en relación con la contracepción, los « divorciados recasados », las uniones de hecho y la homosexualidad.
[21] Recordemos el consejo que dio Francisco a una mujer unida civilmente a un divorciado, quien se quejaba de que el párroco se negaba a darle la absolución y la comunión: « Algunos son más papistas que el Papa: andá a otra iglesia y confesate,  que no hay ningún problema. » Ver Le Sel de la terre 89, p. 197.
[22] « Se reflexionó sobre la posibilidad de que los divorciados y vueltos a casar accediesen a los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía. Varios Padres sinodales insistieron en favor de la disciplina actual, en virtud de la relación constitutiva entre la participación en la Eucaristía y la comunión con la Iglesia y su enseñanza sobre el matrimonio indisoluble. Otros se expresaron en favor de una acogida no generalizada a la mesa eucarística, en algunas situaciones particulares y con condiciones bien precisas, sobre todo cuando se trata de casos irreversibles y vinculados a obligaciones morales para con los hijos, quienes terminarían por padecer injustos sufrimientos. El eventual acceso a los sacramentos debería ir precedido de un camino penitencial bajo la responsabilidad del Obispo diocesano. Todavía es necesario profundizar la cuestión, teniendo bien presente la distinción entre situación objetiva de pecado y circunstancias atenuantes, dado que la imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas a causa de diversos factores psíquicos o sociales. »
[23] « Algunos Padres sostuvieron que las personas divorciadas y vueltas a casar o convivientes pueden recurrir provechosamente a la comunión espiritual. Otros Padres se preguntaron porque entonces no pueden acceder a la comunión sacramental. Se requiere, por tanto, una profundización de la temática que haga emerger la peculiaridad de las dos formas y su conexión con la teología del matrimonio. »
[24] « Algunas familias viven la experiencia de tener en su seno personas con orientación homosexual. Al respecto, la Asamblea se interrogó sobre qué atención pastoral es oportuna frente a esta situación, refiriéndose a lo que enseña la Iglesia: No existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia. No obstante, los hombres y mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. »
[25] Dirigiéndose a un niño acólito que se mantenía en una postura litúrgica piadosa delante suyo, en la necrópolis papal de la basílica de San Pedro, el 2 de noviembre 2013, al tiempo que le separaba las manos:
[26] Encuentro con padres de niños bautizados ese año, el 13 de diciembre de 2014, en la Parroquia San José all’Aurelio, en las afueras de Roma.
[27] Así, de acuerdo con Francisco, la causa de la hipocresía de los fariseos no era su interpretación falsa y excesiva de la ley, sino la ley misma, junto con la doctrina.
[28] Con ocasión de la visita a San José all’Aurelio, Francisco riendo, dijo a los niños de catecismo acerca del ayuno eucarístico en vigor cuando él recibió la primera comunión, en 1944: « En esa época, no se podía beber ni siquiera una gota de agua antes de comulgar. Menos mal que Pío XII nos liberó de esa dictadura. »
[29] Intervención del cardenal Bergoglio antes del cónclave.
[31] ¿Cuál es la fórmula sugerida por Francisco para que Europa pueda salir de la crisis en la que se encuentra? Héla aquí: « Queridos eurodiputados, ha llegado la hora de construir juntos la Europa que no gire en torno a la economía, sino a la sacralidad de la persona humana. » En su extenso discurso no mencionó ni siquiera una sola vez a Nuestro Señor Jesucristo, ciñéndose a hacer la apología del humanismo, la democracia, la laicidad del Estado y los Derechos Humanos…https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/november/documents/papa-francesco_20141125_strasburgo-parlamento-europeo.html
[32] Ver Le Sel de la terre 87, p 176-177.
[33] En boca de un verdadero Sucesor de San Pedro y legítimo Vicario de Nuestro Señor Jesucristo, estoy de acuerdo. Pero ése no es de ninguna manera el caso de Bergoglio ni de sus antecesores conciliares, artífices diabólicos de esta falsa religión ecuménica, naturalista y humanista, caricatura monstruosa del catolicismo, concebida en las logias masónicas, y que, llegado el momento, será la religión que profesará el Anticristo… [Nota añadida posteriormente a la publicación en la revista Le Sel de la Terre por Miles Christi, quien mudó de parecer respecto a este tema]
[34] Ver Le Sel de la terre n° 87, p. 183.
[35] Debe decirse que los inmigrantes reciben ayudas proporcionalmente superiores a las que perciben los habitantes de Lampedusa; asimismo, en la mayoría de los países de la UE, los « refugiados » gozan de subsidios de los que carece la población local, e imponen sus costumbres islámicas, mientras los moralizadores, encabezados por Francisco, culpabilizan a los europeos que se oponen a la invasión migratoria musulmana y luchan por preservar su identidad.
[36] Esta visiblemente expresión es del agrado de Francisco, quien la ha empleado en diversas ocasiones en sus tweet y recientemente en su discurso ante el parlamento europeo en Estrasburgo.
[37] Sin embargo Francisco preconiza un mayor control del Estado en la economía, concepción que se aleja de la doctrina social de la Iglesia, quien ha promovido siempre la libre empresa. Las citas siguientes demuestran que Francisco entiende la doctrina social de la Iglesia de una manera muy particular, en un sentido netamente socialista…
[39] « ¡Los pobres no sólo padecen la injusticia sino que también luchan contra ella! No se contentan con promesas ilusorias, excusas o coartadas. Tampoco están esperando de brazos cruzados la ayuda de ONGs, planes asistenciales o soluciones que nunca llegan o, si llegan, llegan de tal manera que van en una dirección o de anestesiar o de domesticar. […] Solidaridad es una palabra que no cae bien siempre, yo diría que algunas veces la hemos transformado en una mala palabra, no se puede decir; pero es una palabra mucho más que algunos actos de generosidad esporádicos. Es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos. También es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero: los desplazamientos forzados, las emigraciones dolorosas, la trata de personas, la droga, la guerra, la violencia y todas esas realidades que muchos de ustedes sufren y que todos estamos llamados a transformar. La solidaridad, entendida, en su sentido más hondo, es un modo de hacer historia y eso es lo que hacen los movimientos populares. Este encuentro nuestro no responde a una ideología. Ustedes no trabajan con ideas, trabajan con realidades como las que mencioné y muchas otras que me han contado, tienen los pies en el barro y las manos en la carne. ¡Tienen olor a barrio, a pueblo, a lucha! »
[40] Dirigiéndose por teleconferencia a alumnos de las Scholas Occurrentes el 4 de septiembre de 2014: http://nacionalismo-catolico-juan-bautista.blogspot.fr/2014/09/evangelizacion-sin-dios-la-nueva.html




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