San Juan Bautista

San Juan Bautista

martes, 15 de febrero de 2022

Bergoglio: “La fraternidad es ancla de salvación para la humanidad” - Alejandro Sosa Laprida

 Miles Christi - 15/02/2022

Descargar en PDF


Para conmemorar el segundo aniversario del Día Internacional de la Fraternidad Humana proclamado por las Naciones Unidas, Bergoglio grabó un mensaje de video el 4 de febrero de 2022. Esto fue en el contexto del proyecto interreligioso de “fraternidad humana” iniciado por Francisco y el Gran Imán egipcio Ahmed Al-Tayeb, quien es el gran imán de la Universidad Al-Azhar, de El Cairo y, junto a Bergoglio, el otro signatario del Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia, que los dos ratificaron formalmente en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, el 4 de febrero de 2019.[1]


Este documento contiene la herejía según la cual Dios desea positivamente que haya diversidad de religiones, de la misma manera que desea la diversidad de razas o de idiomas: “El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad divina, con la que Dios creó a los seres humanos”.[2]


El documento ha sido publicado en el compendio oficial de los actos pontificales, las Acta Apostolicae Sedis (“Actas de la Sede Apostólica”), abreviadas como AAS. La referencia exacta donde se encuentra el texto es la siguiente: Acta Apostolicae Sedis CXI, n. 3, marzo de 2019, páginas 349 a 356. La herejía aparece en la página 353, en italiano: “Il pluralismo e le diversità di religione, di colore, di sesso, di razza e di lingua sono una sapiente volontà divina, con la quale Dio ha creato gli esseri umani”. [3]

Aunque esta edición del Acta que contiene el documento se publicó en 2019, no fue sino hasta hace pocos días que apareció como documento de libre acceso en el sitio web del Vaticano.[4]

Hacia el final de su mensaje, Bergoglio declaró que “el camino de la fraternidad es largo y difícil, pero es ancla de salvación para la humanidad”. Pero lo menos que puede decirse es que esto es problemático, ya que el cristiano sabe perfectamente que el ancla de salvación para la humanidad es solamente Nuestro Señor y Salvador Jesucristo.


El mensaje utiliza un lenguaje deliberadamente vago y suficientemente impreciso para que los “creyentes” de todas las “tradiciones religiosas” puedan aceptarlo, y trasunta de principio a fin un naturalismo malsano y un indiferentismo religioso incompatibles con la enseñanza de la Iglesia y la revelación divina, aunque en total conformidad con la ideología profesada por la masonería.[5]


Presento seguidamente los pasajes más salientes:


“Queridos hermanos y hermanas: Permítanme, antes de nada, saludar con afecto y estima al Gran Imán Ahmed Al-Tayyeb con quien, hace exactamente tres años en Abu Dabi, firmé el Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común. En estos años hemos caminado como hermanos conscientes de que, respetando nuestra respectivas culturas y tradiciones, estamos llamados a construir la fraternidad como una defensa contra el odio, la violencia y la injusticia. (...) Todos vivimos bajo el mismo cielo, independientemente de dónde y de cómo vivimos, del color de la piel, de la religión, de la clase social, del sexo, de la edad, de las condiciones de salud y de las económicas. Somos todos distintos y, al mismo tiempo, iguales, y este periodo de pandemia nos lo ha demostrado. Lo repito una vez más: solos no nos salvamos.


Vivimos todos bajo el mismo cielo, y en el nombre de Dios, nosotros que somos sus criaturas, debemos reconocernos hermanos y hermanas.
 Como creyentes, pertenecientes a distintas tradiciones religiosas, tenemos un papel que cumplir. ¿Cuál sería? Ayudar a nuestros hermanos y hermanas a elevar su mirada y su oración al Cielo. Levantemos los ojos al Cielo, porque quien adora a Dios con un corazón sincero ama también al prójimo. La fraternidad nos lleva a abrirnos al Padre de todos y a ver en el otro un hermano, una hermana, a compartir la vida, a sostenernos recíprocamente, a amar y conocer a los demás.

 

Vivimos todos bajo el mismo cielo. Hoy es el tiempo oportuno para caminar juntos. No lo dejemos para mañana o para un futuro que no sabemos si llegará; hoy es el tiempo oportuno para caminar juntos, los creyentes y todas las personas de buena voluntad, juntos. Es un día propicio para darse la mano, para celebrar nuestra unidad en la diversidad -unidad no uniformidad, unidad en la diversidad-, para decir a las comunidades y a las sociedades en las que vivimos que ha llegado el tiempo de la fraternidad. Todos juntos, porque es fundamental ser solidarios los unos con los otros. (...)

 

El camino de la fraternidad es largo, difícil, pero es ancla de salvación para la humanidad. A las muchas señales de amenaza, a los tiempos oscuros, a la lógica del conflicto opongamos el signo de la fraternidad que, acogiendo al otro y respetando su identidad, lo impulsa a recorrer un camino común. No iguales, no; hermanos, pero cada uno con la propia personalidad, con la propia singularidad. (...)”.[6]


Como podemos comprobar, el Vaticano, con Francisco a la cabeza, se encuentra abocado de lleno a la tarea de unificar las diversas religiones del orbe y a la humanidad en su conjunto, promoviendo el indiferentismo religioso y profesando sin embozo alguno el humanitarismo laico y naturalista pergeñado en las logias masónicas.


Cabe señalar que, dos días antes, el dos de febrero, Bergoglio había dicho que los blasfemadores y los apóstatas forman parte de la Comunión de los Santos.[7]


“También ellos están en comunión con nosotros. Pensemos, queridos hermanos y hermanas: en Cristo nadie puede nunca separarnos verdaderamente de aquellos que amamos porque la unión es una unión existencial, una unión fuerte que está en nuestra misma naturaleza; cambia solo la forma de estar junto a cada uno de ellos, pero nada ni nadie puede romper esta unión. “Padre, pensemos en aquellos que han renegado de la fe, que son apóstatas, que son los perseguidores de la Iglesia, que han renegado su bautismo: ¿también estos están en casa?”. Sí, también estos, también los blasfemos, todos. Somos hermanos: esta es la comunión de los santos. La comunión de los santos mantiene unida la comunidad de los creyentes en la tierra y en el Cielo”.[8]


Estas palabras son no solo falsas y extremadamente chocantes, sino, sobre todo, heréticas y blasfematorias. Pero, en realidad, en cuanto al fondo del asunto, no son en absoluto novedosas. En efecto, existen innumerables declaraciones de Bergoglio y de sus predecesores conciliares en las que se significa -más o menos sutilmente- la salvación universal de los hombres, basada en la divinidad subyacente del ser humano, omitiendo de este modo la necesaria distinción entre la naturaleza y la gracia, confundiendo el orden natural con el orden sobrenatural. En esto reside precisamente la esencia del modernismo, el cual no es sino el avatar contemporáneo del gnosticismo panteísta, con ropaje cristiano. Toda la praxis ecuménica conciliar se basa en este falso principio: pensemos, por ejemplo, en las múltiples reuniones interreligiosas de Asís, acaecidas durante los tres últimos “pontificados”. Podría brindar una interminable lista de citas del “magisterio” conciliar al respecto, pero, en aras de la brevedad, me parece que con estas tres es suficiente para ilustrar lo que digo:


“El Hijo de Dios, con su encarnación, se ha unido, en cierto modo, con todo hombre”. CVII, Gaudium et Spes, n. 22.[9]


“(…) Cristo Señor ha indicado estos caminos sobre todo cuando -como enseña el Concilio- «mediante la encarnación el Hijo de Dios se ha unido en cierto modo a todo hombre». (…) En este camino que conduce de Cristo al hombre, en este camino por el que Cristo se une a todo hombre, la Iglesia no puede ser detenida por nadie. (…) cada uno ha sido comprendido en el misterio de la Redención y con cada uno se ha unido Cristo, para siempre, por medio de este misterio. (…) El Concilio indica esto precisamente, cuando, hablando de tal semejanza, recuerda que «el hombre es en la tierra la única criatura que Dios ha querido por sí misma». El hombre tal como ha sido querido por Dios, tal como Él lo ha elegido eternamente, llamado, destinado a la gracia y a la gloria, tal es precisamente cada hombre, el hombre más concreto, el más real; éste es el hombre, en toda la plenitud del misterio, del que se ha hecho partícipe en Jesucristo, misterio del cual se hace partícipe cada uno de los cuatro mil millones de hombres vivientes sobre nuestro planeta, desde el momento en que es concebido en el seno de la madre”. JPII, Redemptor Hominis, n. 13.[10]


“Queridos amigos hindúes, el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso os envía cordiales saludos y sinceros deseos con ocasión de la Deepavali que este año celebráis el 27 de octubre. Que esta fiesta de luces ilumine vuestros corazones y hogares y traiga alegría y felicidad, paz y prosperidad a vuestras familias y comunidades. Al mismo tiempo, que fortalezca el espíritu de hermandad entre vosotros. (…) La religión nos inspira fundamentalmente a “ver en el otro a un hermano que debe sostener y amar” -Francisco y Ahmaed el-Tayeb, Gran Imán de Al-Azhar, en Abu Dhabi, el 04/02/2019-. (…) Sólo cuando los seguidores de las religiones se exigen a sí mismos una vida coherente con su ética religiosa, pueden ser vistos como personas que desempeñan realmente su papel de constructores de paz y de testigos de nuestra humanidad compartida”. Mensaje del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso a los hindúes con ocasión de la fiesta de Deepavali el 21-10-2019.[11]


Para ahondar en la cuestión del modernismo conciliar ver:


1. 
El Vaticano promueve la apostasía y una religión global

 

2. Bergoglio, la gran apostasía y la crisis conciliar


3.
 El Vaticano promueve la idolatría


4. 
Ocho años con Francisco.

 

Sobre la plandemia:

 

En castellano: https://gloria.tv/Miles%20-%20Christi

 

En inglés: https://gloria.tv/user/3KNiWtn1fcY227s7wiwpSBVAk



[2] Para comprender la magnitud del proyecto de religión universal emprendido por el Vaticano, recomiendo leer el siguiente estudio: El Vaticano promueve la apostasía y una religión global.

12 comentarios:

  1. Le agradezco mucho la publicación. Un cordial saludo en Cristo y María.

    ResponderBorrar
  2. San Francisco de Asís cruzó el desierto para entrevistarse con el Sultán y llamarlo a la conversión. Bergoglio firma documentos de la ONU y hace los deberes de la Agenda 2030. Ninguno de los imanes que acompañaban al Sultán estuvo deispuesto a entrar en el horno encendido. San Francisco sí, por Dios Uno y Trino.

    ResponderBorrar
  3. Creo que lo peor son los católicos que van a misa todos los domingos y no quieren aceptar esta herejía.

    ResponderBorrar
  4. Anexo del 18-02-2020 - Incluyo este intercambio con el administrador de un blog conservador a quien había propuesto la publicación del artículo:

    I. Estimado -----------: Si lo deseas, puedes publicar el artículo que te adjunto en tu bitácora. Un cordial saludo en Cristo y María.

    II. Estimado -----------: Hay partes en las que no estoy de acuerdo, cuando metes a todos los papas postconciliares en el mismo saco que a Bergoglio. Bergoglio es el falso profeta del Apocalipsis, nada que ver con Pablo VI, JPI, JPII o BXVI, que, con sus defectos, eran ortodoxos y lucharon a brazo partido con la masonería y el modernismo. Un abrazo en Cristo y María.

    II. Estimado -----------: Te agradezco la respuesta. Entiendo perfectamente tus razones, no hay ningún problema, respeto completamente tu decisión. Permíteme hacer algunos comentarios acerca de lo que me dices. Que Bergoglio pueda ser el Falso Profeta, me parece muy probable; no obstante, eso no lo sabremos hasta que haya hecho imponer a toda la humanidad la recepción de la marca de la bestia del Anticristo, cuya identidad aún desconocemos. Pero eso no quita que sus predecesores conciliares hayan sido también "falsos profetas", en la medida en que han introducido en la Iglesia el modernismo condenado por San Pío X, y esto muy oficialmente, en el CVII y en el subsiguiente "magisterio" post conciliar. No te quiero "dar la lata", pero, para sintetizar -tú seguramente no lo ignoras-, la "libertad religiosa", el "ecumenismo", el "diálogo interreligioso", el "aggiornamento" y la "reforma litúrgica" no son otra cosa que manifestaciones particulares de dicha herejía. Todos los "papas conciliares", desde Roncalli en adelante, han promovido estas doctrinas y han hecho todo lo posible para introducirlas en todos y cada uno de los ámbitos de la vida eclesial, desde la liturgia al derecho canónico, pasando por el catecismo, la pastoral y la vida sacerdotal y religiosa. Fueron los papas conciliares quienes promovieron la laicización -id est, la apostasía formal, legal y constitucional-de los Estados que todavía eran católicos confesionales con posterioridad al CVII (Italia, España, Irlanda, Colombia, cantones católicos de Suiza, etc.), esgrimiendo la autoridad de la Dignitatis Humanae, y fueron dos esos mismos "papas conciliares", quienes organizaron reiteradamente los encuentros idolátricos y blasfematorios de Asís -retomados por Bergoglio-, que en cualquier época de la Iglesia les hubieran valido la excomunión ipso facto y, en cierto tiempo, la mismísima hoguera: lo de Giordano Bruno es de niño de pecho comparado a lo que osaron perpetrar Wojtyla y Ratzinger-.

    ResponderBorrar
  5. CONTINUACIÓN: Otro ejemplo: la gente ahora se rasga las vestiduras contra el motu proprio Traditionis Custodes de Bergoglio, pero no tiene empacho en alabar al "santo" y "ortodoxo" Montini, que hizo algo mucho peor y mucho antes, revistiendo su acción, por ende, un carácter mucho más revolucionario: pretender erradicar de cuajo la liturgia católica, reemplazándola por una pseudo liturgia bastarda y protestantizada, "fabricada" de la nada por ideólogos modernistas -de probable afiliación masónica-, con el "aporte" de varios "pastores" luteranos. La definición de la "misa" montiniana inicial era completamente herética (cf. p. 303: adelantelafe.com/…content/uploads/2015/12/LA-MISA-DEL-PAPA-PABLO.pdf), -imagino que estás al tanto-, y tuvo que ser modificada, debido a la oposición ruidosa que suscitó. Se modificó la definición, pero se dejó intacto el rito definido, maquiavélica maniobra para calmar las aguas y hacer que el engendro fuese finalmente aceptado -aunque más no fuera a regañadientes-, por la inmensa mayoría del clero, haciendo literalmente desaparecer la verdadera misa católica en un abrir y cerrar de ojos, en lo que fue una prohibición de la misa católica de hecho mucho más rigurosa que la actual decretada por Bergoglio. Su motu proprio es perfectamente coherente con las disposiciones adoptadas por Montini hace más de medio siglo. En este punto concreto, Montini es mucho peor que Bergoglio, y su infausta "reforma litúrgica" ha causado muchísimo más daño en la Iglesia que el documento bergogliano. Me parece indispensable comprender que la raíz de todos los males presentes en la Iglesia manan de la fuente envenenada del CVII, obra maléfica de devastación doctrinal, litúrgica y espiritual iniciada por el dúo Roncalli/Montini, y continuada desde entonces sin solución de continuidad por todos sus sucesores. Que Bergoglio sea el más chocante no lo vuelve necesariamente peor que ellos: quienes organizaron la revolución del CVII ("el CVII es 1789 en la Iglesia" -Cardenal Suenens- y "Gaudium et Spes es un anti-Syllabus y un intento de reconciliación con el mundo moderno" -Cardenal Ratzinger-) y contribuyeron durante décadas a afianzar sus "logros" universalmente, valiéndose arteramente de su supuesta autoridad pontifical son, a mi entender, mucho peores, puesto que, sin ellos, el surgimiento de un Bergoglio jamás hubiese sido concebible. Te sugiero que releas algunos libros clásicos en la materia (Lo destronaron, de Mons. Lefebvre; el Liber Accusationis contra Pablo VI, del Abbé de Nantes; Pedro: ¿Me amas?, de Daniel Leroux, el Breve examen crítico de la "misa nueva". de Ottaviani y Bacci, entre muchos otros). También un breve estudio mío (El Vaticano promueve la apostasía y una religión global), en el que intento poner en evidencia que Bergoglio no surgió de la nada, sino que es, en lo esencial, un "heredero" del CVII y de sus predecesores conciliares, y que encarna -de manera ya no disimulada, sino totalmente patente y desvergonzada- el desenlace natural al cual se dirigía desde el vamos el proyecto "humanista" y "ecuménico" del CVII. Un cordial saludo en Cristo y María.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¿Romper la unidad de la Iglesia, entonces? Formar una comunidad de "puros" o "perfecti", auténticos custodios del depósito
      de la fe, ajenos al Papa hereje y a parte de la jerarquía? ¿No es ésta una tentación antigua? No soy erudito como el hermano Laprida. Lo único que me surge es arrojarme a los pies de nuestro Señor con humildad y tratar de intetpretar su Divina voluntad. Hasta ahora en vano pues Dios no me rebela su plan: FIAT VOLUNTAS TUA, DOMINE.

      Borrar
  6. La fraternidad o la guerra. Elijan.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Suena bien, pero, lamentablemente, es una falsa disyuntiva. La falsa fraternidad que nos vende el Vaticano va en detrimento de la verdad y, por consiguiente, es incapaz de conducir hacia la paz verdadera. Su resultado, igualmente engañoso, será la falsa paz que propondrá al mundo el anticristo, a cambio de someternos a su reinado diabólico, aceptando recibir su marca...

      Borrar
    2. Fraternidad en la diversidad.

      Borrar
    3. No carece de lógica lo que dice el Papa.

      Borrar
    4. alesolap, usted pretende cuestionar la estrategia del Papa, el sabe porqué lo hace; muy soberbio de su parte.

      Borrar
  7. Si usted pudiera convertir en católicos al 83% de la humanidad que no lo es, usted sería el Papa; son culturas y religiones tan antiguas que es casi imposible que eso suceda, aceptando las diferencias puede haber fraternidad.

    ResponderBorrar