San Juan Bautista

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viernes, 25 de enero de 2019

Profecías de Nuestra Señora del Buen Suceso (Siglo XVII) Repost




     Era el año 1634 cuando, a las 3 en punto de la madrugada del 2 de febrero, la Madre Mariana de Jesús Torres, abadesa del convento Concepcionista en la ciudad de Quito, vio la lámpara que ardía en el santuario cerca del Santísimo Sacramento parpadear y apagarse, dejando la iglesia en total oscuridad. Sus sentidos se entumecieron, y vio una luz celestial que iluminaba toda la iglesia. Era la Reina del Cielo quien, después de hacer a la mecha prenderse otra vez, dijo estas palabras a la Madre Mariana: Amada hija de mi corazón, Yo soy María del Buen Suceso, su madre y protectora”.


     Tras profetizar sobre la muerte de la vidente y el futuro del monasterio, Nuestra Señora del Buen Suceso empezó a explicar a la Madre Mariana los varios significados de que se hubiese apagado la lámpara: En el siglo diecinueve, hacia su final, y a través de la mayor parte del siglo veinte, muchas herejías abundarán en esta tierra, que será entonces una república libre. La preciosa luz de la Fe se extinguirá en las almas debido a la casi total corrupción de las costumbres. Para entonces habrán grandes calamidades, físicas y morales, públicas y privadas. Las pocas almas que preservarán la devoción a la Fe y las virtudes sufrirán cruel e indescriptible congoja, algo así como un prolongado martirio; muchos de ellos irán a la tumba debido a la violencia del sufrimiento y serán considerados mártires que se sacrificaron a sí mismos por la Iglesia y la Nación. Para obtener la libertad de la esclavitud de esas herejías, aquellos a quienes el misericordioso amor de mi Santísimo Hijo haya destinado para tal restauración necesitarán gran fuerza de voluntad, constancia, valor y mucha confianza en Dios. Para probar la Fe y Confianza del Justo, momentos vendrán en que todo parezca perdido y paralizado, pero ellos serán el feliz comienzo de la completa restauración”.


Profecías a cumplirse


     Al indicar el agente de la crisis tan catastrófica que describe en sus profecías sobre los siglos XIX y XX, Nuestra Señora del Buen Suceso se refiere a las herejías en general y a las sectas, o simplemente a la secta (Masonería).


     Esas herejías o sectas tendrían el poder para extender sus garras desde el recinto sagrado del Templo hasta el hogar, influenciando perniciosamente todos los campos de la actividad humana.


Libertinaje, impureza, corrupción de mujeres y niños

      “...Se desbordarán las pasiones y habrá una total corrupción de costumbres, por casi reinar Satanás con las sectas masónicas, tendientes principalmente a corromper a los niños para sostener con ese medio la corrupción general. ¡Ay de los niños de ese tiempo!: el sacramento del Bautismo lo recibirán difícilmente, la Confirmación, de igual manera”.

      “Habiéndose apoderado la secta de todas las clases sociales, tendrá tanta sutileza para introducirse en los hogares domésticos, que perdiendo a la niñez, se gloriará el demonio de alimentarse con el exquisito manjar de los corazones de los niños. En esos aciagos tiempos, apenas se encontrará inocencia infantil, de esa manera irán perdiéndose las vocaciones para el sacerdocio, que será una verdadera calamidad”.


La virginidad habrá casi desaparecido

      La atmósfera repleta del espíritu de impureza, el que a manera de un mar inmundo correrá por calles, plazas y sitios públicos con una libertad asombrosa de manera que casi no habrá en el mundo almas vírgenes. La delicada flor de la virginidad, tímida y amenazada de completa destrucción, lucirá de lejos”.


Puerta abierta para el divorcio, el concubinato, los hijos ilegítimos, la educación laica...

      “El sacramento del matrimonio, el que representa la unión de Cristo con la Iglesia, será atacado y profanado en toda la extensión de la palabra... [se aprobarán] inicuas leyes procurando extinguirlo, facilitando a todos vivir mal y propagándose la generación de hijos mal nacidos y sin la bendición de la Iglesia, irá decayendo rápidamente el espíritu cristiano”.


      “Apagándose la luz preciosa de la fe hasta llegar a casi una total y general corrupción de costumbres; esto, unido con la educación laica, será motivo de escasear las vocaciones sacerdotales y religiosas”.


Desestima por la unción de los enfermos

      “El sacramento de la extremaunción, por ese tiempo en el que faltará en esta pobre Patria el espíritu cristiano, será poco acatado y muchas personas morirán sin recibirlo, ya por descuido de las familias, como por un mal entendido afecto hacia sus enfermos...”


La Sagrada Eucaristía será profanada y pisoteada

     Peor aún se dará con la Sagrada Comunión: “¡Ay, cuánto siento manifestarte que habrá muchos y enormes sacrilegios públicos y también ocultos, profanando la Sagrada Eucaristía!... Mi Hijo Santísimo se verá rodado por el suelo y pisoteado por inmundas plantas”


Muchas naciones serán castigadas por los pecados de sacerdotes y religiosos

      “Sabe aún que la Justicia Divina acostumbra descargar castigos terribles sobre naciones enteras, no tanto por los pecados del pueblo, cuanto por los de los sacerdotes y religiosos, porque estos últimos son llamados, por la perfección de su estado, a ser la sal de la Tierra, los maestros de la verdad y los pararrayos de la Ira Divina”.


Por servirle a medias, renegará Dios de muchas almas

     El Niño Jesús reveló a la madre Mariana que muchas almas religiosas y sacerdotales “quieren servirme a medias, conservando sus caprichos y genios, satisfaciendo en todo sus voluntades y tomando libertades incompatibles con su estado y profesión. Yo no las tolero; nada por la mitad me agrada. Yo las abandono y dejo que sigan todos los deseos de su corazón pervertido para desconocerlas delante de mi Padre Celestial. ¡Ay de aquéllos y de aquéllas!”


Quien debía hablar, callará

      Casi no se encontrará inocencia en los niños ni pudor en las mujeres, y en esta suprema necesidad de la Iglesia, callará quien a tiempo debió hablar”.


     Esta grave omisión es repetida por la Santísima Virgen en la siguiente aparición, el 2 de febrero de 1610: Campearán los vicios de impureza, la blasfemia y el sacrilegio en aquel tiempo de depravada desolación, callando quien debería hablar”.


Los que deberían defender los derechos de la Iglesia, darán la mano a sus enemigos

     Nuestra Madre Santísima hace a su hija dilecta esta terrible declaración:
      “Tiempos funestos sobrevendrán, en los cuales... aquellos que deberían defender en justicia los derechos de la Iglesia, sin temor servil ni respeto humano, darán la mano a los enemigos de la Iglesia para hacer lo que éstos quieran”.


Cuando todo parezca perdido, será el inicio del triunfo de María


     Como en Fátima, después de la previsión de catástrofes para la Iglesia y la civilización cristiana, la previsión de una espléndida victoria.


     Así, al tratar de la propagación de las herejías en los siglos XIX y XX, María del Buen Suceso revela a la madre Mariana de Jesús Torres:


      “El corto número de almas en las cuales se conservará el culto de la fe y de las buenas costumbres sufrirá un cruel e indecible al par que prolongado martirio; muchas de ellas descenderán al sepulcro por la violencia del sufrimiento y serán contadas como mártires que se sacrificaron por la Iglesia y por la Patria”.

       “Para libertar de la esclavitud de estas herejías, necesitarán gran fuerza de voluntad, constancia, valor y mucha confianza en Dios aquéllas a quienes destinará para esta restauración. El amor misericordioso de mi Hijo Santísimo, para poner a prueba en los justos esta fe y confianza llegarán momentos en los cuales, al parecer, todo estará perdido y paralizado, y entonces, será feliz principio de la restauración completa”.


     Y, después de referirse a la prevaricación en las filas eclesiásticas, Nuestra Señora afirma:


      “Ora con instancia, clama sin cansarte y llora con lágrimas amargas en el secreto de tu corazón, pidiendo a nuestro Padre Celestial, que por el amor al Corazón Eucarístico de mi Hijo Santísimo ponga cuanto antes fin a tan aciagos tiempos, enviando a esta Iglesia el Prelado que deberá restaurar el espíritu de sus sacerdotes”.


      “A ese hijo mío muy querido lo dotaremos de una capacidad rara, de humildad de corazón, de docilidad a las divinas inspiraciones, de fortaleza para defender los derechos de la Iglesia y de un corazón tierno y compasivo. En su mano será puesta la balanza del Santuario, para que todo se haga con peso y medida, y Dios sea glorificado”.


     Para que esto no suceda, el demonio y sus secuaces incitarán “todos los vicios”, provocando así“toda clase de castigos, entre ellos la peste, el hambre, la pendencia entre propios y ajenos, la apostasía, perdiendo a un número considerable de almas... Habrá una guerra formidable y espantosa... Esa noche será horrorosísima, porque al parecer humano será triunfante la maldad”.


      “Entonces es llegada mi hora en la que Yo, de una manera asombrosa destronaré al soberbio y maldito Satanás, poniéndole bajo mi planta y encadenándole en el abismo infernal, dejando por fin libres a la Iglesia y la Patria de su cruel tiranía”.
  



FUENTES:
1) Vida Admirable de la Rvda. Madre Mariana de Jesús Torres, escrita alrededor de 1790 por Fray Manuel de Sousa Pereira O.F.M.
2) Madera para Esculpir la Imagen de una Santa, por Mons. Dr. Luis E. Cadena y Almeida. Foundation for a Christian Civilization, Nueva York, 1987.
3) Mensaje Profético de la Sierva de Dios Sor Mariana Francisca de Jesús Torres y Berriochoa, Quito, 1989, de Mons. Luis E. Cadena y Almeida.
4) http://sempefidelis.blogspot.com.es/2009/10/yo-soy-maria-de-el-buen-suceso.html
5) http://www.fatima.org.pe/seccion-verarticulo-460.html



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lunes, 1 de junio de 2015

Profecías de Nuestra Señora del Buen Suceso (Siglo XVII)

  (Repost)

  Era el año 1634 cuando, a las 3 en punto de la madrugada del 2 de febrero, la Madre Mariana de Jesús Torres, abadesa del convento Concepcionista en la ciudad de Quito, vio la lámpara que ardía en el santuario cerca del Santísimo Sacramento parpadear y apagarse, dejando la iglesia en total oscuridad. Sus sentidos se entumecieron, y vio una luz celestial que iluminaba toda la iglesia. Era la Reina del Cielo quien, después de hacer a la mecha prenderse otra vez, dijo estas palabras a la Madre Mariana: “Amada hija de mi corazón, Yo soy María del Buen Suceso, su madre y protectora”.

  Tras profetizar sobre la muerte de la vidente y el futuro del monasterio, Nuestra Señora del Buen Suceso empezó a explicar a la Madre Mariana los varios significados de que se hubiese apagado la lámpara: “En el siglo diecinueve, hacia su final, y a través de la mayor parte del siglo veinte, muchas herejías abundarán en esta tierra, que será entonces una república libre. La preciosa luz de la Fe se extinguirá en las almas debido a la casi total corrupción de las costumbres. Para entonces habrán grandes calamidades, físicas y morales, públicas y privadas. Las pocas almas que preservarán la devoción a la Fe y las virtudes sufrirán cruel e indescriptible congoja, algo así como un prolongado martirio; muchos de ellos irán a la tumba debido a la violencia del sufrimiento y serán considerados mártires que se sacrificaron a sí mismos por la Iglesia y la Nación. Para obtener la libertad de la esclavitud de esas herejías, aquellos a quienes el misericordioso amor de mi Santísimo Hijo haya destinado para tal restauración necesitarán gran fuerza de voluntad, constancia, valor y mucha confianza en Dios. Para probar la Fe y Confianza del Justo, momentos vendrán en que todo parezca perdido y paralizado, pero ellos serán el feliz comienzo de la completa restauración”.


Profecías a cumplirse

  Al indicar el agente de la crisis tan catastrófica que describe en sus profecías sobre los siglos XIX y XX, Nuestra Señora del Buen Suceso se refiere a las herejías en general y a las sectas, o simplemente a la secta (Masonería).

  Esas herejías o sectas tendrían el poder para extender sus garras desde el recinto sagrado del Templo hasta el hogar, influenciando perniciosamente todos los campos de la actividad humana.

Libertinaje, impureza, corrupción de mujeres y niños
  “...Se desbordarán las pasiones y habrá una total corrupción de costumbres, por casi reinar Satanás con las sectas masónicas, tendientes principalmente a corromper a los niños para sostener con ese medio la corrupción general. ¡Ay de los niños de ese tiempo!: el sacramento del Bautismo lo recibirán difícilmente, la Confirmación, de igual manera”.

  “Habiéndose apoderado la secta de todas las clases sociales, tendrá tanta sutileza para introducirse en los hogares domésticos, que perdiendo a la niñez, se gloriará el demonio de alimentarse con el exquisito manjar de los corazones de los niños. En esos aciagos tiempos, apenas se encontrará inocencia infantil, de esa manera irán perdiéndose las vocaciones para el sacerdocio, que será una verdadera calamidad”.

La virginidad habrá casi desaparecido
  “La atmósfera repleta del espíritu de impureza, el que a manera de un mar inmundo correrá por calles, plazas y sitios públicos con una libertad asombrosa de manera que casi no habrá en el mundo almas vírgenes. La delicada flor de la virginidad, tímida y amenazada de completa destrucción, lucirá de lejos”.

Puerta abierta para el divorcio, el concubinato, los hijos ilegítimos, la educación laica...
  “El sacramento del matrimonio, el que representa la unión de Cristo con la Iglesia, será atacado y profanado en toda la extensión de la palabra... [se aprobarán] inicuas leyes procurando extinguirlo, facilitando a todos vivir mal y propagándose la generación de hijos mal nacidos y sin la bendición de la Iglesia, irá decayendo rápidamente el espíritu cristiano”.

  “Apagándose la luz preciosa de la fe hasta llegar a casi una total y general corrupción de costumbres; esto, unido con la educación laica, será motivo de escasear las vocaciones sacerdotales y religiosas”.

Desestima por la unción de los enfermos
  “El sacramento de la extremaunción, por ese tiempo en el que faltará en esta pobre Patria el espíritu cristiano, será poco acatado y muchas personas morirán sin recibirlo, ya por descuido de las familias, como por un mal entendido afecto hacia sus enfermos...”

La Sagrada Eucaristía será profanada y pisoteada
  Peor aún se dará con la Sagrada Comunión: “¡Ay, cuánto siento manifestarte que habrá muchos y enormes sacrilegios públicos y también ocultos, profanando la Sagrada Eucaristía!... Mi Hijo Santísimo se verá rodado por el suelo y pisoteado por inmundas plantas”.

Muchas naciones serán castigadas por los pecados de sacerdotes y religiosos
“Sabe aún que la Justicia Divina acostumbra descargar castigos terribles sobre naciones enteras, no tanto por los pecados del pueblo, cuanto por los de los sacerdotes y religiosos, porque estos últimos son llamados, por la perfección de su estado, a ser la sal de la Tierra, los maestros de la verdad y los pararrayos de la Ira Divina”.

Por servirle a medias, renegará Dios de muchas almas
  El Niño Jesús reveló a la madre Mariana que muchas almas religiosas y sacerdotales “quieren servirme a medias, conservando sus caprichos y genios, satisfaciendo en todo sus voluntades y tomando libertades incompatibles con su estado y profesión. Yo no las tolero; nada por la mitad me agrada. Yo las abandono y dejo que sigan todos los deseos de su corazón pervertido para desconocerlas delante de mi Padre Celestial. ¡Ay de aquéllos y de aquéllas!”

Quien debía hablar, callará
  “Casi no se encontrará inocencia en los niños ni pudor en las mujeres, y en esta suprema necesidad de la Iglesia, callará quien a tiempo debió hablar”.

  Esta grave omisión es repetida por la Santísima Virgen en la siguiente aparición, el 2 de febrero de 1610: “Campearán los vicios de impureza, la blasfemia y el sacrilegio en aquel tiempo de depravada desolación, callando quien debería hablar”.

  Los que deberían defender los derechos de la Iglesia, darán la mano a sus enemigos
  Nuestra Madre Santísima hace a su hija dilecta esta terrible declaración:
“Tiempos funestos sobrevendrán, en los cuales... aquellos que deberían defender en justicia los derechos de la Iglesia, sin temor servil ni respeto humano, darán la mano a los enemigos de la Iglesia para hacer lo que éstos quieran”.

Cuando todo parezca perdido, será el inicio del triunfo de María

  Como en Fátima, después de la previsión de catástrofes para la Iglesia y la civilización cristiana, la previsión de una espléndida victoria.

  Así, al tratar de la propagación de las herejías en los siglos XIX y XX, María del Buen Suceso revela a la madre Mariana de Jesús Torres:

  “El corto número de almas en las cuales se conservará el culto de la fe y de las buenas costumbres sufrirá un cruel e indecible al par que prolongado martirio; muchas de ellas descenderán al sepulcro por la violencia del sufrimiento y serán contadas como mártires que se sacrificaron por la Iglesia y por la Patria”.

  “Para libertar de la esclavitud de estas herejías, necesitarán gran fuerza de voluntad, constancia, valor y mucha confianza en Dios aquéllas a quienes destinará para esta restauración. El amor misericordioso de mi Hijo Santísimo, para poner a prueba en los justos esta fe y confianza llegarán momentos en los cuales, al parecer, todo estará perdido y paralizado, y entonces, será feliz principio de la restauración completa”.

  Y, después de referirse a la prevaricación en las filas eclesiásticas, Nuestra Señora afirma:

  “Ora con instancia, clama sin cansarte y llora con lágrimas amargas en el secreto de tu corazón, pidiendo a nuestro Padre Celestial, que por el amor al Corazón Eucarístico de mi Hijo Santísimo ponga cuanto antes fin a tan aciagos tiempos, enviando a esta Iglesia el Prelado que deberá restaurar el espíritu de sus sacerdotes”.

  “A ese hijo mío muy querido lo dotaremos de una capacidad rara, de humildad de corazón, de docilidad a las divinas inspiraciones, de fortaleza para defender los derechos de la Iglesia y de un corazón tierno y compasivo. En su mano será puesta la balanza del Santuario, para que todo se haga con peso y medida, y Dios sea glorificado”.

  Para que esto no suceda, el demonio y sus secuaces incitarán “todos los vicios”, provocando así “toda clase de castigos, entre ellos la peste, el hambre, la pendencia entre propios y ajenos, la apostasía, perdiendo a un número considerable de almas... Habrá una guerra formidable y espantosa... Esa noche será horrorosísima, porque al parecer humano será triunfante la maldad”.

  “Entonces es llegada mi hora en la que Yo, de una manera asombrosa destronaré al soberbio y maldito Satanás, poniéndole bajo mi planta y encadenándole en el abismo infernal, dejando por fin libres a la Iglesia y la Patria de su cruel tiranía”.
 

FUENTES:
1) Vida Admirable de la Rvda. Madre Mariana de Jesús Torres, escrita alrededor de 1790 por Fray Manuel de Sousa Pereira O.F.M.
2) Madera para Esculpir la Imagen de una Santa, por Mons. Dr. Luis E. Cadena y Almeida. Foundation for a Christian Civilization, Nueva York, 1987.
3) Mensaje Profético de la Sierva de Dios Sor Mariana Francisca de Jesús Torres y Berriochoa, Quito, 1989, de Mons. Luis E. Cadena y Almeida.
4) http://sempefidelis.blogspot.com.es/2009/10/yo-soy-maria-de-el-buen-suceso.html
5) http://www.fatima.org.pe/seccion-verarticulo-460.html
 


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jueves, 30 de octubre de 2014

Profecía sobre el falso Papa y la Crisis en la Iglesia - Sor de la Nativité (Ecce Christianus)


Sor de la Nativité (1731-1798)

Sobre la crisis de la Iglesia:


  “Dios me ha hecho ver la malicia de Lucifer y la intención diabólica y perversa de sus agentes contra la Santa Iglesia de Jesucristo. A las órdenes de su jefe, estos malvados, han recorrido la tierra como furiosos, con los designios de preparar las vías y los senderos al Anticristo. Por el aliento corrompido de este espíritu soberbio, ellos han envenenado los hombres, que como otros apestados se han comunicado el mal los unos a los otros, y el contagio se tornó general. Qué trastorno. Qué escándalo.”

  “He aquí, Padre, lo que yo he visto pasar bajo mis ojos. Era Satán en persona, que distribuía a sus satélites, que él hacía cómplices de sus criminales disposiciones, una cierta materia infecta con la cual él les tocaba en la frente o sobre cualquier otro lugar de la piel, como para imprimirles carácter. Estos satélites, así tocados, me parecían inmediatamente cubiertos de una lepra con la cual ellos iban infectar todas las personas que se dejaban tocar por ellos. Esta figura, Padre, tiene relación con el interior y el exterior de la Iglesia; y aunque ella deba tener su perfecto cumplimiento en la Revolución que comienza, expresa bien las disposiciones y los sucesos que la prepararon desde largo tiempo. Son los esfuerzos del infierno para destruir en las almas el Reino de Jesucristo, y perturbar los fieles en el ejercicio de su religión. Estos emisarios del demonio, estos precursores del Anticristo, así se me ha hecho conocer, son los escritores impíos que, por sus sistemas licenciosos y seductores, desde hace mucho tiempo han lanzado los fundamentos de la irreligión que domina la materia infecta, que comunica por todos lados el contagio, y que no es otra cosa que esta impura composición de la impiedad, etc. etc. [*] libertinaje que gana todas partes y que causa todo el mal, bajo el nombre engañoso de ‘filosofía’, que ella no merece jamás.”

  Mas, Padre, he aquí las palabras que yo escuché muy claramente, y de las cuales yo os pido nada cambiar; ellas me han parecido venir de parte de Dios: ‘Los centinelas se han dormido; los enemigos han forzado las barreras y han entrado en el corazón de la ciudad. Ellos han llegado hasta las ciudadelas, donde han colocado su sede. La potencia de las tinieblas ha extendido su imperio; se ha hecho una sinagoga; ella se ha erguido altares donde ha colocado los ídolos para hacerse adorar, Satán acaba de entrar en su sinagoga, etc, etc. etc.’

————— [*] Los sucesivos etc. no se sabe si son de el confesor


Se ha como revestido de los poderes del Papa

  “Yo he visto una gran potencia elevarse contra la Santa Iglesia. Ella ha arrancado, pillado, devastado la viña del Señor; la ha hecho servir como escabel a los transeúntes, y la ha expuesto a los insultos de todas las naciones. Después de haber injuriado el celibato y oprimido el estado religioso, esta soberbia audaz hoy se ha como revestido de los poderes de nuestro Santo Padre el Papa, del cual ella ha menospreciado la persona y la autoridad… He visto tambalear las columnas de la Iglesia, he visto, inclusive, caer un gran número de los cuales se tenía motivo de esperar más estabilidad… Sí, Padre, entre aquellos que debían sustentarla, se han encontrado cobardes, indignos, falsos pastores, lobos vestidos con piel de corderos , que han entrado en el rebaño para seducir las almas simples, degollar el aprisco de Jesucristo, y librar la heredad del Señor a la depredación de los ladrones, los templos y los santos altares a la profanación…”

  Desgracia a los traidores y a los apóstatas. Desgracia a los usurpadores de los bienes de mi Iglesia “He aquí lo que dice el Señor en su cólera y en la justa indignación que ha concebido: ‘Desgracia a los traidores y a los apóstatas. Desgracia a los usurpadores de los bienes de mi Iglesia, como a todos aquellos que desprecian su autoridad… Ellos incurrirán en mi indignación. Yo fulminaré esta soberbia audaz, ella desaparecerá como el humo que se evapora en los aires, en punición de sus crímenes. Yo le volveré a pedir una heredad esencialmente destinada al mantenimiento de Mis templos y de Mis ministros, así como al alivio de mis pobres. Yo endureceré su corazón. Yo encegueceré su espíritu. Ella cometerá pecado sobre pecado; haciendo el mal ella creerá hacer el bien; y la caída de aquellos que ella embriaga será tanto más profunda y tanto más funesta cuanto ellos se habrán elevado más alto por su orgullo’” (Soeur de la Nativité, págs.. 260-265).


Nuestro Señor Jesucristo lloraba

  Nuestro Señor se queja de los escándalos eclesiásticos: “Los crímenes de los cuales parecía más tocado, y que El lloraba con más amargura, eran las infidelidades, las prevaricaciones y los escándalos de los malos sacerdotes y de todos los eclesiásticos que por sus desórdenes y su vida escandalosa, profanan los sacramentos, deshonran su sacerdocio y hacen blasfemar su Santo Nombre…” ( Soeur de la Nativité, pág. 271).

Más adelante dice:

“Jesucristo lloraba entonces por la ofensa de Dios, por la desolación de la Iglesia, por la extinción de la fe y de la caridad; por la pérdida de las almas y la desgracia de los reprobados, de los cuales el infierno se llena, pese a todo lo que Él ha hecho por su perseverancia”.


Nuestro Señor le dice:

“Hija mía, ¿lo creerás tú? se han encontrado en Mi Iglesia Judas que me han traicionado y vendido: Yo he sido abandonado, Yo he sido renegado de nuevo; se ha librado a Barrabás y se me ha condenado a muerte. Yo he sido cruelmente flagelado y coronado de espinas. Se me ha cubierto de verguenza y de oprobios; se me ha conducido al suplicio para ser crucificado por segunda vez… ¨Qué castigos merecen tantos y tan sangrientos ultrajes? Sin embargo, Yo he escuchado las preces de mi Iglesia, sus gemidos y sus suspiros, Me han hecho violencia, y Yo he resuelto abreviar el tiempo de su exilio…” ( Soeur de la Nativité, págs. 272-273).


Sor de la Nativité exclama:

“­Cuantas veces he escuchado las quejas de Jesucristo por diferentes motivos relativos a Su Iglesia!” ( Soeur de la Nativité, pág. 274).

  Por la extinción de la fe en los católicos Él se iría a los paganos En otra visión Nuestro Señor le dijo a Sor de la Nativité que por la extinción de la fe en los católicos Él se iría a los paganos, que pese a no ser bautizados se sentían atraído a conocerlo y adorarlo, además, de una germinativa admiración. El le dijo así: “Mi gracia y mis luces son quitadas a aquel que abusa, para pasar a aquel que se hace más digno, y, por la misma sustitución, mi religión pasa de una nación a otra…” ( Soeur de la Nativité, Tomo I, pág. 301).

  Esta herejía, tendrá un aire magnífico y muy importante de bondad, de humanidad, de beneficencia, y hasta de religión.

  En los últimos tiempos se levantará una falsa religión contraria a la unidad de la Iglesia.


Dice Sor de la Nativité:

“Esta herejía hará una devastación, al punto que yo no creo que haya habido una tan funesta… Ella será acreditada, encontrará partidarios, por todos lados, tendrá grandes sucesos, extenderá lejos sus conquistas, y parecerá envolver todos los países y todos los estados, en los que ella tendrá un aire magnífico y muy importante de bondad, de humanidad, de beneficencia, y hasta de religión, lo que será una trampa seductora, para un gran número aún.

“Sus sectarios, para tener mayores resultados, afectarán al inicio un gran respeto por el Evangelio y la catolicidad; aparecerán libros sobre espiritualidad, que serán escritos por ellos con un color de devoción, y llevarán las almas a un punto de perfección que parecerá elevarlas hasta el tercero cielo. Tampoco se dudará de la santidad de sus autores ni de sus partidarios, que se los pondrá por encima de los más grandes santos, quienes, según ellos, no habrán hecho sino desbastar [el camino de] la virtud…” Ellos tendrán altares y templos “Ellos tendrán altares y templos donde sus sacerdotes tratarán de imitar los ministerios, las ceremonias y el sacerdocio de la religión, en las cuales ellos mezclarán una cantidad de circunstancias extravagantes y supersticiosas, invocando, o más bien, profanando el santo nombre de Dios… Ellos remedarán los sacramentos; al principio ellos bautizarán en nombre de las Tres Personas Divinas, pero después cambiarán el orden de las personas y en seguida las quitarán para substituirlas por algunos de sus santos…

  Religión fundamentada sobre los placeres de los sentidos “Estando su religión fundamentada sobre los placeres de los sentidos, despreciarán interiormente la vida crucificada, la mortificación, el sufrimiento…

  “El ridículo que ellos tratarán de lanzar sobre los cristianos que todavía habrá, hará caer y apostatar un gran número; porque esta especie de persecución es tanto más terrible cuanto que ella es fortificada por el respeto humano, el amor propio, una falsa vergüenza, y sobre todo por las pasiones que nos llevan siempre del lado que más les favorece.


Ellos tendrán religiosas. Ejercerá por ellas prodigios que fascinarán

  “Para mejor fingir las santas instituciones de la Iglesia, ellos establecerán pretendidas religiosas, que se consagrarán de palabra a la continencia, y se mostrarán por excelencia las esposas de los Cánticos o las esposas del Espírito Santo. Ellas serán de un gran socorro para la obra del demonio; él las tornará de una belleza arrebatadora, ejercerá por ellas prodigios que fascinarán a todos los ojos y harán mirar estas vestales como divinidades. Las revelaciones, las predicciones del futuro, los éxtasis, los arrobamientos en cuerpo y alma los tendrán frecuentemente y bajo los ojos de todos. Se escuchará hablar de prodigios y de milagros de los ministros del error que, de su lado, no harán menos esfuerzos para ilusionar al pueblo con cosas sorprendentes, donde el demonio entrará muchísimo, hasta que después de su muerte, él los elevará en el aire en globos de fuego, a fin de hacerlos adorar como dioses inmortales. También se pintarán sus imágenes en los templos, y se dirá altamente que una Iglesia que produce semejantes milagros es mucho más santa que la anterior” (Soeur de la Nativité, Tomo II, págs. 10-14) [*].

————— [*] Sor de la Nativité dice que esta nueva religión aparecerá hacia el fin del mundo, y en las vísperas del anticristo, que nacerá de una “religiosa”, de esta secta; presenta muchas semejanzas con la “Iglesia nueva” de los grupos “proféticos”.



Visto en: Ecce Christianus



Nacionalismo Católico San Juan Bautista

miércoles, 29 de octubre de 2014

Profecías de Nuestra Señora del Buen Suceso (Siglo XVII)


  Era el año 1634 cuando, a las 3 en punto de la madrugada del 2 de febrero, la Madre Mariana de Jesús Torres, abadesa del convento Concepcionista en la ciudad de Quito, vio la lámpara que ardía en el santuario cerca del Santísimo Sacramento parpadear y apagarse, dejando la iglesia en total oscuridad. Sus sentidos se entumecieron, y vio una luz celestial que iluminaba toda la iglesia. Era la Reina del Cielo quien, después de hacer a la mecha prenderse otra vez, dijo estas palabras a la Madre Mariana: “Amada hija de mi corazón, Yo soy María del Buen Suceso, su madre y protectora”.

  Tras profetizar sobre la muerte de la vidente y el futuro del monasterio, Nuestra Señora del Buen Suceso empezó a explicar a la Madre Mariana los varios significados de que se hubiese apagado la lámpara: “En el siglo diecinueve, hacia su final, y a través de la mayor parte del siglo veinte, muchas herejías abundarán en esta tierra, que será entonces una república libre. La preciosa luz de la Fe se extinguirá en las almas debido a la casi total corrupción de las costumbres. Para entonces habrán grandes calamidades, físicas y morales, públicas y privadas. Las pocas almas que preservarán la devoción a la Fe y las virtudes sufrirán cruel e indescriptible congoja, algo así como un prolongado martirio; muchos de ellos irán a la tumba debido a la violencia del sufrimiento y serán considerados mártires que se sacrificaron a sí mismos por la Iglesia y la Nación. Para obtener la libertad de la esclavitud de esas herejías, aquellos a quienes el misericordioso amor de mi Santísimo Hijo haya destinado para tal restauración necesitarán gran fuerza de voluntad, constancia, valor y mucha confianza en Dios. Para probar la Fe y Confianza del Justo, momentos vendrán en que todo parezca perdido y paralizado, pero ellos serán el feliz comienzo de la completa restauración”.

Profecías a cumplirse

  Al indicar el agente de la crisis tan catastrófica que describe en sus profecías sobre los siglos XIX y XX, Nuestra Señora del Buen Suceso se refiere a las herejías en general y a las sectas, o simplemente a la secta (Masonería).

  Esas herejías o sectas tendrían el poder para extender sus garras desde el recinto sagrado del Templo hasta el hogar, influenciando perniciosamente todos los campos de la actividad humana.

Libertinaje, impureza, corrupción de mujeres y niños
  “...Se desbordarán las pasiones y habrá una total corrupción de costumbres, por casi reinar Satanás con las sectas masónicas, tendientes principalmente a corromper a los niños para sostener con ese medio la corrupción general. ¡Ay de los niños de ese tiempo!: el sacramento del Bautismo lo recibirán difícilmente, la Confirmación, de igual manera”.

  “Habiéndose apoderado la secta de todas las clases sociales, tendrá tanta sutileza para introducirse en los hogares domésticos, que perdiendo a la niñez, se gloriará el demonio de alimentarse con el exquisito manjar de los corazones de los niños. En esos aciagos tiempos, apenas se encontrará inocencia infantil, de esa manera irán perdiéndose las vocaciones para el sacerdocio, que será una verdadera calamidad”.

La virginidad habrá casi desaparecido
  “La atmósfera repleta del espíritu de impureza, el que a manera de un mar inmundo correrá por calles, plazas y sitios públicos con una libertad asombrosa de manera que casi no habrá en el mundo almas vírgenes. La delicada flor de la virginidad, tímida y amenazada de completa destrucción, lucirá de lejos”.

Puerta abierta para el divorcio, el concubinato, los hijos ilegítimos, la educación laica...
  “El sacramento del matrimonio, el que representa la unión de Cristo con la Iglesia, será atacado y profanado en toda la extensión de la palabra... [se aprobarán] inicuas leyes procurando extinguirlo, facilitando a todos vivir mal y propagándose la generación de hijos mal nacidos y sin la bendición de la Iglesia, irá decayendo rápidamente el espíritu cristiano”.

  “Apagándose la luz preciosa de la fe hasta llegar a casi una total y general corrupción de costumbres; esto, unido con la educación laica, será motivo de escasear las vocaciones sacerdotales y religiosas”.

Desestima por la unción de los enfermos
  “El sacramento de la extremaunción, por ese tiempo en el que faltará en esta pobre Patria el espíritu cristiano, será poco acatado y muchas personas morirán sin recibirlo, ya por descuido de las familias, como por un mal entendido afecto hacia sus enfermos...”

La Sagrada Eucaristía será profanada y pisoteada
Peor aún se dará con la Sagrada Comunión: “¡Ay, cuánto siento manifestarte que habrá muchos y enormes sacrilegios públicos y también ocultos, profanando la Sagrada Eucaristía!... Mi Hijo Santísimo se verá rodado por el suelo y pisoteado por inmundas plantas”

Muchas naciones serán castigadas por los pecados de sacerdotes y religiosos
“Sabe aún que la Justicia Divina acostumbra descargar castigos terribles sobre naciones enteras, no tanto por los pecados del pueblo, cuanto por los de los sacerdotes y religiosos, porque estos últimos son llamados, por la perfección de su estado, a ser la sal de la Tierra, los maestros de la verdad y los pararrayos de la Ira Divina”.

Por servirle a medias, renegará Dios de muchas almas
  El Niño Jesús reveló a la madre Mariana que muchas almas religiosas y sacerdotales “quieren servirme a medias, conservando sus caprichos y genios, satisfaciendo en todo sus voluntades y tomando libertades incompatibles con su estado y profesión. Yo no las tolero; nada por la mitad me agrada. Yo las abandono y dejo que sigan todos los deseos de su corazón pervertido para desconocerlas delante de mi Padre Celestial. ¡Ay de aquéllos y de aquéllas!”

Quien debía hablar, callará
  “Casi no se encontrará inocencia en los niños ni pudor en las mujeres, y en esta suprema necesidad de la Iglesia, callará quien a tiempo debió hablar”.

  Esta grave omisión es repetida por la Santísima Virgen en la siguiente aparición, el 2 de febrero de 1610: “Campearán los vicios de impureza, la blasfemia y el sacrilegio en aquel tiempo de depravada desolación, callando quien debería hablar”.

Los que deberían defender los derechos de la Iglesia, darán la mano a sus enemigos
  Nuestra Madre Santísima hace a su hija dilecta esta terrible declaración:
“Tiempos funestos sobrevendrán, en los cuales... aquellos que deberían defender en justicia los derechos de la Iglesia, sin temor servil ni respeto humano, darán la mano a los enemigos de la Iglesia para hacer lo que éstos quieran”.

Cuando todo parezca perdido, será el inicio del triunfo de María

  Como en Fátima, después de la previsión de catástrofes para la Iglesia y la civilización cristiana, la previsión de una espléndida victoria.

  Así, al tratar de la propagación de las herejías en los siglos XIX y XX, María del Buen Suceso revela a la madre Mariana de Jesús Torres:

  “El corto número de almas en las cuales se conservará el culto de la fe y de las buenas costumbres sufrirá un cruel e indecible al par que prolongado martirio; muchas de ellas descenderán al sepulcro por la violencia del sufrimiento y serán contadas como mártires que se sacrificaron por la Iglesia y por la Patria”.

  “Para libertar de la esclavitud de estas herejías, necesitarán gran fuerza de voluntad, constancia, valor y mucha confianza en Dios aquéllas a quienes destinará para esta restauración. El amor misericordioso de mi Hijo Santísimo, para poner a prueba en los justos esta fe y confianza llegarán momentos en los cuales, al parecer, todo estará perdido y paralizado, y entonces, será feliz principio de la restauración completa”.

  Y, después de referirse a la prevaricación en las filas eclesiásticas, Nuestra Señora afirma:

  “Ora con instancia, clama sin cansarte y llora con lágrimas amargas en el secreto de tu corazón, pidiendo a nuestro Padre Celestial, que por el amor al Corazón Eucarístico de mi Hijo Santísimo ponga cuanto antes fin a tan aciagos tiempos, enviando a esta Iglesia el Prelado que deberá restaurar el espíritu de sus sacerdotes”.

  “A ese hijo mío muy querido lo dotaremos de una capacidad rara, de humildad de corazón, de docilidad a las divinas inspiraciones, de fortaleza para defender los derechos de la Iglesia y de un corazón tierno y compasivo. En su mano será puesta la balanza del Santuario, para que todo se haga con peso y medida, y Dios sea glorificado”.

  Para que esto no suceda, el demonio y sus secuaces incitarán “todos los vicios”, provocando así “toda clase de castigos, entre ellos la peste, el hambre, la pendencia entre propios y ajenos, la apostasía, perdiendo a un número considerable de almas... Habrá una guerra formidable y espantosa... Esa noche será horrorosísima, porque al parecer humano será triunfante la maldad”.

  “Entonces es llegada mi hora en la que Yo, de una manera asombrosa destronaré al soberbio y maldito Satanás, poniéndole bajo mi planta y encadenándole en el abismo infernal, dejando por fin libres a la Iglesia y la Patria de su cruel tiranía”.
  

FUENTES:
1) Vida Admirable de la Rvda. Madre Mariana de Jesús Torres, escrita alrededor de 1790 por Fray Manuel de Sousa Pereira O.F.M.
2) Madera para Esculpir la Imagen de una Santa, por Mons. Dr. Luis E. Cadena y Almeida. Foundation for a Christian Civilization, Nueva York, 1987.
3) Mensaje Profético de la Sierva de Dios Sor Mariana Francisca de Jesús Torres y Berriochoa, Quito, 1989, de Mons. Luis E. Cadena y Almeida.
4) http://sempefidelis.blogspot.com.es/2009/10/yo-soy-maria-de-el-buen-suceso.html
5) http://www.fatima.org.pe/seccion-verarticulo-460.html
  
Nacionalismo Católico San Juan Bautista



jueves, 16 de octubre de 2014

CARTA ABIERTA AL PAPA FRANCISCO - Kelly Bowring


¿Está Usted planeando redefinir la doctrina de la Iglesia?

  Querido Papa Francisco:

  La Iglesia nos enseña que, como teólogo católico, se me permite plantear preguntas con respecto al contenido de sus intervenciones (Sobre la Vocación Eclesial del Teólogo 24). De manera que eso el lo que pretendo hacer en esta carta abierta.

  Desde que fue electo Papa, muchos de sus actos y afirmaciones han traído desasosiego entre no pocos cardenales católicos. Yo mismo he planteado algunas cuestiones anteriormente, en particular sobre cómo sus palabras y acciones parecen estar dando cumplimiento a las creíbles profecías católicas de nuestros tiempos. El centro de las crecientes inquietudes apunta a lo que parecen ser sus intenciones de cambiar o alterar la doctrina católica y posiblemente hacer concesiones pastorales en relación con la enseñanza doctrinal de la fe y la moral.


  Sólo Pregunto:

  Comienzo por preguntarle si Benedicto XVI no estaría refiriéndose a Usted cuando, como es bien sabido, al principio de su pontificado pidió: “Oren por que yo no huya de miedo a los lobos” ¿Está Usted planeando descarriar a muchos, primero fijando su objetivo en la familia (cambiando el significado del matrimonio, comprometiendo la moral sexual y las cuestiones de vida), ya que es el cimiento de la sociedad y de la iglesia doméstica? ¿ Por qué ha estado usted desenfatizando las doctrinas sobre la homosexualidad, la cohabitación, el aborto, y la anti-concepcíon? ¿Por qué ha estado Usted colocando estratégicamente en puestos clave a personas de mando que promueven hacer concesiones y cambios en la doctrina, causando ya confusión de esa manera? ¿Está usted por conducir a la Iglesia Católica a que haga un número de alarmantes declaraciones, referentes a por qué tiene que cambiar y modificar varias partes de su estructura y de sus creencias? ¿Por qué parece que las leyes tornadizas de nuestros países están siendo instigadas al unísono con los cambios que se están proponiendo en nuestras iglesias, con ambos juegos de nuevas leyes siendo compaginadas para redefinir y aceptar todo tipo de pecado?


  ¿Podrá esto Volverse una Cuestión de Validez Papal?

  Es objetivamente imposible cambiar, descartar o comprometer una sola doctrina de la fe. Como lo he tratado en otro artículo, la Iglesia nos enseña que hasta un papa puede situarse en herejía personal si se rehusa a creer una sola doctrina, y si lo hace, se invalida a sí mismo como Papa. ¿Hay una sola doctrina de la fe que Usted se niegue a creer? ¿O que esté tratando de cambiar? ¿O que de hecho hará cambiar pronto?

  Santo Tomás de Aquino confirma que todo miembro de la Iglesia, que obstinadamente descrea una sola doctrina de la Fe, pierde toda la gracia de la Fe teológica; y manteniendo voluntariamente de esa manera un solo  tipo de opinión de acuerdo con su propia voluntad se hace hereje.  Se vuelve más un asunto de escándalo cuando cuando quienes guían a la Iglesia tratan la doctrina como si no lo fuera, arguyen que una doctrina ha sido hasta ahora controvertida, y luego se esfuerzan por re-definirla, tratándola como materia abierta a cuestionamiento, discusión u opiniones entre expertos. Esto es en esencia una labor de engaño. Más inquietud surge cuando los miembros de la jerarquía de la Iglesia dicen que no tienen intención de cambiar la doctrina de la Iglesia, cuando se aprestan a hacer concesiones pastorales aparentemente misericordiosas pero en realidad condenables, con el efecto secretamente buscado de hacer obsoleta una doctrina.


  Usted no Puede Cambiar Doctrina Alguna del Catecismo

  Aun cuando no todas las doctrinas contenidas en el Catecismo han sido definidas de manera infalible, el Catecismo sólo enseña la verdad, “la verdad que fue confiada de una vez para siempre a los santos” (Judas 3). El alterar significativamente cualquier enseñanza contenida en el Catecismo, que es la fuente de enseñanza de la sagrada doctrina,  “el texto de referencia seguro y auténtico para enseñar la doctrina católica”(FD 3), que “sin error sintetiza normativamente la totalidad de la fe católica” (GDC 120) y las “verdades salvíficas fundamentales” de la fe (GDC 124), conduce objetivamente a la herejía y a la apostasía. Sea que Usted cambie la doctrina o que simplemente sancione el transgredirla so pretexto de hacer una concesión pastoral (no obstante cuán noble en apariencia sea su razón) o que simplemente la reemplace con nuevas leyes de tolerancia, todo esto equivaldría a caer en herejía. El cambiar la doctrina de la Iglesia aun bajo la apariencia de una innovación pastoral no haría válido el cambio. Hoy en día hay un extendido liberalismo radical de compasión equivocada, falsa misericordia, y tolerancia excesiva propuestas en aras de ser pastoral y de estar al día. Pero sólo lo que sea verdadero pastoralmente puede ser verdaderamente pastoral. Nunca puede citarse a la misericordia como una alternativa o como opuesta a la doctrina:  La verdad doctrinal nunca puede adaptarse al creyente o a la época, sino que el creyente y la época deben ser invitados a adaptarse a la verdad doctrinal. Una enseñanza nueva o modificada o una concesión que eluda o cambie cualquier artículo de fe o que sólo le de una interpretación diferente de la tradicional y verdadera sería necesariamente herética. ¿Es esto lo que Usted está planeando hacer?

  Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida y no hay salvación a través de nadie más. Él es la plenitud de toda la Revelación divina, que subsiste en su integridad sólo en la Iglesia Católica. Los fieles católicos deben creer como cierta toda la doctrina de la Iglesia. Esta fe“es necesaria para la salvación” (CIC 183) para aquéllos que están conscientes de ella. Y no obstante que el Papa “tiene poder total, supremo y universal sobre toda la Iglesia” (CIC 882), éste es aplicable solamente cuando él sea un papa válido y así permanezca.. Su cargo de papa lo obliga a salvaguardar e interpretar debida y auténticamente las doctrinas confiadas al Magisterio auténtico de la Iglesia por nuestro Divino Redentor (Mateo 16:18, 18:18), pero no son para usted, como individuo, someterlas al juego y a los fines ocultos del poder.  Y aun cuando la enseñanza de la Iglesia sobre el desarrollo de la doctrina permite un genuino progreso en la exposición y la comprensión de la Revelación, jamás autoriza cambiar, abandonar o desechar doctrina alguna de la Iglesia.

  La Palabra, como nos la dan la Escritura (la Biblia) y la Tradición (el Catecismo), no pueden cambiar. La íntegra verdad divina de la Fe, entregada a nosotros en forma de la sagrada doctrina, es “sabiduría por encima de toda sapienza humana” y sólo se entiende y se acepta mediante un profundo y auténtico “temor de Dios”.  Es el deber de la jerarquía de la Iglesia el llamar a los fieles a “obediencia de la fe” a la verdad completa de la sagrada doctrina contenida en la Escritura y la Tradición, con una libertad de conciencia que nunca los liberade la verdad, sino siempre y únicamente les da libertad en la verdad. Y toda labor de genuina pluralidad debe salvaguardar la unidad de la fe en su integridad doctrinal.

  En vez de llamar a la humanidad a su conversión a Cristo y a la verdad de la doctrina, desempeñando el gran mandamiento de Jesucristo de: “id y haced discípulos de todas las naciones, enseñándoles a que observen todas las verdades” para que se conviertan por el bautismo, algunos vemos que su forma de proceder es buscando amoldar y comprometer la doctrina ante las tendencias actuales del pensamiento y comportamiento seculares, y tergiversarla para acomodarla a otras orientaciones religiosas. Papa Francisco, debemos mantenernos firmes en lo que ha sido encomendado a nosotros por Cristo y sus Apóstoles, o sea, el depósito íntegro de la fe que se halla en la sagrada doctrina (1 Tim 6:20). Estamos llamados a dejar que la verdad sobrenatural de Cristo hable por sí misma, pues “lo que nos hace creer (la doctrina) no es que las verdades reveladas nos parezcan ciertas e inteligibles a la luz de nuestra razón natural (mucho menos dentro del contexto de nuestra sociedad moralmente corrupta); creemos porque es la autoridad de Dios mismo quien nos las revela, quien no puede engañar ni ser engañado” (CIC 156). Sin embargo, aunque Dios no puede engañar, un papa sí puede hacerlo; especialmente con la engañosa bandera de (falsa) humildad y (falso) amor a la humanidad, que se despliega pero que no se practica en forma genuina.

  Para reiterar mi punto principal, Papa Francisco, Usted no puede cambiar, alterar o desechar una sola doctrina sin desmantelar con ello todo el depósito de la fe. “Porque cualquiera que guardare toda la ley pero faltare en un solo punto se hace culpable con respecto a toda ella”(Santiago 2:10). Aun cuando sólo la doctrina más pequeña e insignificante sea rechazada, comprometida o alterada, la verdad entera de Dios se pone en riesgo.  Papa Francisco, Usted puede poner al día o cambiar las costumbres de la iglesia, como válidamente lo han hecho muchos en la jerarquía, pero no puede cambiar la doctrina de la iglesia una iota, no sólo la doctrina menos significativa (por ejemplo dar la comunión a los divorciados y vueltos a casar, dar la bendición de la Iglesia a parejas del mismo sexo o cambiar el significado de la Eucaristía) sin invalidar de hecho su pontificado. Sería imposible para un dirigente de la Iglesia permitir cualquier cambio pastoral substancial a una doctrina, pues tal cambio necesariamente haría esa adaptación pastoral incompatible con la doctrina, que además sería semejante a una herejía y apostasía. Transija con una sola doctrina católica y abrirá una caja de Pandora que en efecto deslegitimizará toda la doctrina católica.

  ¿Está Usted llevando a la Iglesia a la Gran Apostasía y Cisma?

  Papa Francisco ¿está usted organizando un nuevo movimiento evangélico, que vaya a ser dado a conocer por etapas, mediante una estrategia de pasos graduales, a fin de evitar demasiadas preguntas, pero que será recibido como una bocanada de aire fresco por muchos? ¿Está Usted formando una falsa hermandad ecuménica como parte de una Iglesia ahora renovada, buscando unir a las iglesias del mundo en una Nueva Iglesia del Mundo, que llevaría a practicar nuevos ritos y abominaciones? La Iglesia no puede hacerse que se acomode al mundo moderno, ni puede su doctrina cambiarse para volverse incluyente con el fin de agradar a otras denominaciones, religiones y modas.

  Y no importa qué otro bien haga Usted, no importa qué otro compromiso humanitario Usted promueva, o concurso de popularidad Usted gane, si Usted conduce a los fieles por un camino errado, no será nada más que un falso papa. Igual como todo el resto de nosotros, tiene Usted dos opciones – permanecer leal a la Verdad de Cristo o acoger mentiras como sustitutos de ella, lo cual es herejía, y diseminar esas mentiras por medio de engaños y artera apostasía, dividiendo de esa manera a la Iglesia en un cisma.

  Papa Francisco, cualesquiera que sean sus planes, el hecho es que a muchos nos parece que usted está contribuyendo a la confusión espiritual de nuestros tiempos. Su centro de atención parece estar más en el hombre que en Dios, en agradar o impresionar al hombre más que a Dios, en aparentemente secundar al hombre en sus pecados más que en auxiliarlo en servir y obedecer a Dios y Sus Mandamientos. De ser esto así, entonces ¿a dónde quiere llegar con esto? Y ¿a dónde está conduciendo a la Iglesia?


  ¿Está entre Nosotros el Falso Profeta?

  Papa Francisco, hay muchas enseñanzas y profecías bíblicas acerca del falso profeta, a algunas de las cuales parece Usted estar dando cumplimiento. ¿Por qué está usted apoyando vigorosamente a obispos disidentes que están proponiendo hacer concesiones pastorales heréticas y están buscando manosear la doctrina sagrada, mientras usted despiadadamente echa afuera, depone o les quita poder a otros obispos, conocidos por ser fieles a la doctrina? ¿Por qué le ofrece usted una tremenda sensibilidad pastoral a gente que ni siquiera quiere practicar la fe y está inclinada a ofenderla, pero en cambio ha dirigido un antagonismo despiadado hacia aquéllos que sí la practican? ¿Por qué cada vez más nos parece a algunos, que está en marcha una desorientación diabólica, aunque intencionalmente nebulosa, en la doctrina de la Iglesia bajo el gobierno de Usted?

  La Biblia nos previene de falsos maestros que llevan al pueblo de Dios por un camino errado con sus mentiras y su temeridad. San Judas dice que ellos habrán de pervertir la gracia de nuestro Señor, tornándola en libertinaje. Nuestro Señor también advirtió repetidamente acerca de los falsos maestros que llevarán a muchos a su ruina espiritual. Jesús nos cuenta la parábola del trigo y la cizaña, con la cual nos ilustra que las semillas de la cizaña (la falsa doctrina) se parecen tanto a las del trigo, que aun los labradores (teólogos/ apologistas/obispos) tienen dificultad para distinguirlas, pues al demonio le gusta disfrazar la falsedad con la verdad, usar la virtud para justificar el vicio, y tergiversar la doctrina para justificar la herejía, tanto que hasta los fieles son engañados. Jesucristo de hecho nos amonestó a que estuviéramos alerta de los falsos profetas, que vienen a nosotros vestidos con piel de oveja pero que en su interior no son otra cosa que lobos voraces. Y San Pablo declara de esos villanos “Pero aun si nosotros o un ángel del cielo, les enseñara un evangelio contrario al de Jesucristo, que sea condenado”.

  Papa Francisco ¿es Usted el lobo vestido de pastor, contra el cual la profecía católica nos ha prevenido? ¿Es usted el profetizado falso profeta de embustes y engaños que habrá de llevar a la Iglesia a un cisma? ¿Es usted el anti-Juan Bautista y precursor del anticristo que dominará al mundo? ¿Estará usted pronto a la puerta de la muerte, como lo profetiza el Libro de la Revelación, sólo en ese momento, justo como si un milagro hubiera tenido lugar, parezca haberse levantado de entre los muertos?

  Aquí vale la pena considerar dos fuentes aprobadas de revelación privada: Primero, en La Salette, nuestra Señora nos previno que Roma habría de perder la fe y habría de volverse sede del anticristo; la Iglesia habría de ser eclipsada y no sabremos quién es el verdadero papa. Y segundo, en Akita Nuestra Señora nos previno de que el engaño de Satanás habrá de infiltrar a la Iglesia en un grado tal que veremos (buenos) cardenales divididos contra (malos) cardenales, en que la Iglesia será enredada en una revolución, Y hay muchas otras profecías católicas creíbles que nos dan una percepción, nos previenen y nos dan dirección para nuestros tiempos; profecías que todo católico debe tener presentes. Ellas nos dicen que habrá de venir un dirigente de la Iglesia por medio de quién el mundo habrá de ser engañado por sus muchos actos que serán considerados obras de gran caridad pero llevadas a cabo detrás de una falsa fachada de humildad y de palabras dulces presentadas con un maravilloso y amoroso carisma externo. Mediante sus enseñanzas alentará a la humanidad a caminar hacia un humanismo exaltado en vez de hacia Dios.

  Es muy posible para un embaucador maestro engañar a los fieles católicos. El Padre Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, con sus simuladas ortodoxia, humildad y ostentosa santidad, engañó con éxito hasta a un papa (San Juan Pablo). El propio Catecismo señala que en los últimos tiempos, una gran parte de los fieles será conducida por mal camino, específicamente mediante un engaño religioso. Papa Francisco ¿es Usted un impostor que pondrá en riesgo la integridad de la doctrina de la Iglesia, que anunciará orgullosamente su solución de unir a todas las iglesias cual si fuera una sola, y que llevará a cisma a la Iglesia Católica? ¿Será Usted aplaudido por el mundo secular y loado como un moderno innovador por condonar el pecado? ¿Habrá Usted de encargar un referendo para adaptar las leyes de la Iglesia y condonar nuevas prácticas pecaminosas que congenien con los tergiversados derechos humanos, para luego forzar a la Iglesia a que preste un nuevo juramento a esta nueva falsa doctrina? ¿Va Usted a hacer una burla de la fe y la moral católica en nombre de una disciplina tornadiza, de una acción pastoral y de un respeto al voto popular, y proseguir con el plan oculto de colocar en lugar supremo la conciencia individual, por encima de la doctrina católica?

  En nuestros tiempos, más que nunca, Satanás quiere causar un gran daño espiritual a la humanidad por medio de engaños. Sabemos que el falso profeta vendrá enmascarado como amigo de católicos, protestantes, judíos y musulmanes. En lugar de eso, es el falsario que ha entrado en la casa de Dios para engañar y destruir almas mediante lo que será el más grande engaño religioso de la historia.

  Papa Francisco, si Usted es un falso profeta que busca arrebatar almas por medio de embustes, habrá de salir perdiendo. El libro de la Revelación dice que tanto el falso profeta como el anticristo serán arrojados al lago de fuego donde sufrirán para siempre. “El mal tendrá su hora, pero Dios tendrá Su día” (Venerable Fulton Sheen). Mucho de lo que sucederá en la Iglesia en estos tiempos ha sido predicho, y sabemos que Dios permite estas abominaciones por buena razón. La Iglesia, como Cristo, sufrirá su pasión, crucifixión y muerte, y sólo entonces para entrar en su resurrección en una Nueva Era de Paz (Fátima). Y sabemos que no habrá derrota para los fieles que se mantengan firmes en la fe y sostengan la Verdad – la Palabra de Dios – aun ante la adversidad, la herejía, la apostasía y el cisma. Papa Francisco, a cualquier defensa que Usted pudiera tener o hacer acerca de las cuestiones que he planteado, el tiempo habrá de revelar la verdad de las cosas.


  A los Fieles Católicos: 

  A los fieles católicos yo digo lo siguiente: Vivimos en tiempos tenebrosos y peligrosos, en los que nuestra fe y nuestra moral están siendo atacadas y reprimidas por todas partes, y de la manera más siniestra desde el interior de la misma Iglesia. San Pablo nos previno en su primera carta a Timoteo que “en los últimos tiempos algunos habrán de apostatar de la fe por prestar atención a espíritus deshonestos y (falsas) doctrinas de demonios, seducidos por gente mentirosa” (1 Timoteo 4:1). Deben ustedes estar alertas a los signos de los tiempos que fueron profetizados en las Sagradas Escrituras, incluyendo el Libro de la Revelación, y en las creíbles profecías marianas y modernas. La sólida profecía católica señala que el tiempo de la gran batalla predicha en la Escritura, que tendrá lugar en los últimos tiempos está de hecho ante nosotros hoy en día. No obstante lo que venga, la Iglesia Católica de Jesucristo permanecerá intacta, aunque quede sólo un remanente. Jesucristo prometió que la Verdad jamás podría cambiar ni ser derrotada. Aquéllos que se separen de la Iglesia en estos tiempos transigiendo en la doctrina, aun por seguir al papa, dejarán de estar unidos a la verdadera Iglesia.

  Recen por recibir la gracia para discernir la Verdad, La victoria será de Nuestro Señor. Todo lo que necesitan hacer es evitar las trampas que pueden ser colocadas para arrebatar las almas de ustedes. No dejen que la falsa doctrina les sea impuesta, aun cuando sean ustedes acusados (falsamente) de falta de tolerancia, falta de compasión, falta de amor, falta de respeto para los derechos humanos o de ser injustificadamente moralistas. Que Jesús les abra los ojos a cualquier posible engaño que se presente o mentiras que les sean presentadas junto con verdades a medias, con ambigüedad; y que el Señor no permita que ningún dirigente falso divida a la Iglesia. Rueguen por la gracia del discernimiento, a fin de que nunca nieguen la Verdad. Sean firmes en su creencia en la Palabra de Dios, las Enseñanzas de la Iglesia y los Sacramentos. No importa cuánto sea atacada la Iglesia de Jesucristo, Dios no permitirá que sea destruida (el famoso sueño de San Juan Bosco de la guerra al interior de la Barca de Pedro nos viene a la memoria aquí). Puede estarse desplegando un plan taimado para conducirlos a ustedes a la gran apostasía, el primer sello del Libro de la Revelación, y será el engaño más grande de la historia, de manera que deben examinar todo lo que se les diga de ahora en adelante, aun cuando venga del Papa Francisco. Pues el hombre nunca puede vivir de pan solamente, sino de la verdadera Palabra de Dios. Negar o abandonar tan solo una doctrina de la fe equivale a negar y abandonar al mismo Jesucristo, como lo hizo Judas. Los fieles deben mantenerse alertas de cualquier posible plan de alterar o desechar doctrina a los caprichos del modernismo y del relativismo.

  A los Fieles Católicos y a la gente de buena voluntad, declaro que ahora se requiere vigilancia. No permitan que los engañen con mentiras que provengan de la fuente que fuere de la Iglesia, y no mantengan indebidamente lealtades equivocadas. Sigan la Palabra de Dios como fue expresada desde el principio. No caigan por los falsos llamados a la caridad que hacen aquéllos que buscan la aceptación de sus propias vidas pecaminosas, mientras ellos desafían las Leyes de Dios y ahora pudieran pronto recibir la anuencia de la Iglesia para que sigan haciendo lo mismo. Y cómo pueden los fieles discernir qué es qué – si las nuevas enseñanzas aducen que Jesús condona el pecado, entonces sabrán que ésta es una mentira. La verdad es que Jesús siempre, clara y contundentemente detesta todo pecado aun cuando ame al pecador. Y Jesús jamás transigiría en Su verdad.


Para Concluir

  Papa Francisco, si usted pretende amoldar cualquier doctrina de la fe al mundo profano y secular de ahora, o aun desenfatizar alguna cierta doctrina para producir una nueva tolerancia hacia el pecado, la Iglesia no se unirá a Usted, ni los fieles asentirán. Pues tal apostasía invalidaría su pontificado. Yo lo convido a que en vez de eso tome usted su verdadero deber de salvaguardar y promover activamente la sagrada doctrina y con ello formar evangelizadores que sean testigos vivientes de la fe, para formar los santos del tercer milenio Cristiano. En este momento, yo sólo animo a todos los católicos a que le amen y le obedezcan, Papa Francisco, en todos los asuntos de la verdadera fe, pero también aliento a los fieles a que se pongan más atentos a los signos de los tiempos. Papa Francisco, si usted todavía decide permitir cualquier cambio en la doctrina, entonces la jerarquía legítima de la Iglesia pondrá al tanto claramente de esos asuntos a los fieles en ese momento y nos indicará cómo debemos responder de buena fe. No siendo ésto lo que suceda, sólo amor, obediencia y oraciones por Usted, Papa Francisco, permaneciendo debidamente alertas y vigilantes con respecto a los proféticos signos de los tiempos presentes.

Sinceramente en Cristo


Kelly Bowring


Traducida del inglés por Roberto Hope



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