San Juan Bautista

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jueves, 16 de octubre de 2014

CARTA ABIERTA AL PAPA FRANCISCO - Kelly Bowring


¿Está Usted planeando redefinir la doctrina de la Iglesia?

  Querido Papa Francisco:

  La Iglesia nos enseña que, como teólogo católico, se me permite plantear preguntas con respecto al contenido de sus intervenciones (Sobre la Vocación Eclesial del Teólogo 24). De manera que eso el lo que pretendo hacer en esta carta abierta.

  Desde que fue electo Papa, muchos de sus actos y afirmaciones han traído desasosiego entre no pocos cardenales católicos. Yo mismo he planteado algunas cuestiones anteriormente, en particular sobre cómo sus palabras y acciones parecen estar dando cumplimiento a las creíbles profecías católicas de nuestros tiempos. El centro de las crecientes inquietudes apunta a lo que parecen ser sus intenciones de cambiar o alterar la doctrina católica y posiblemente hacer concesiones pastorales en relación con la enseñanza doctrinal de la fe y la moral.


  Sólo Pregunto:

  Comienzo por preguntarle si Benedicto XVI no estaría refiriéndose a Usted cuando, como es bien sabido, al principio de su pontificado pidió: “Oren por que yo no huya de miedo a los lobos” ¿Está Usted planeando descarriar a muchos, primero fijando su objetivo en la familia (cambiando el significado del matrimonio, comprometiendo la moral sexual y las cuestiones de vida), ya que es el cimiento de la sociedad y de la iglesia doméstica? ¿ Por qué ha estado usted desenfatizando las doctrinas sobre la homosexualidad, la cohabitación, el aborto, y la anti-concepcíon? ¿Por qué ha estado Usted colocando estratégicamente en puestos clave a personas de mando que promueven hacer concesiones y cambios en la doctrina, causando ya confusión de esa manera? ¿Está usted por conducir a la Iglesia Católica a que haga un número de alarmantes declaraciones, referentes a por qué tiene que cambiar y modificar varias partes de su estructura y de sus creencias? ¿Por qué parece que las leyes tornadizas de nuestros países están siendo instigadas al unísono con los cambios que se están proponiendo en nuestras iglesias, con ambos juegos de nuevas leyes siendo compaginadas para redefinir y aceptar todo tipo de pecado?


  ¿Podrá esto Volverse una Cuestión de Validez Papal?

  Es objetivamente imposible cambiar, descartar o comprometer una sola doctrina de la fe. Como lo he tratado en otro artículo, la Iglesia nos enseña que hasta un papa puede situarse en herejía personal si se rehusa a creer una sola doctrina, y si lo hace, se invalida a sí mismo como Papa. ¿Hay una sola doctrina de la fe que Usted se niegue a creer? ¿O que esté tratando de cambiar? ¿O que de hecho hará cambiar pronto?

  Santo Tomás de Aquino confirma que todo miembro de la Iglesia, que obstinadamente descrea una sola doctrina de la Fe, pierde toda la gracia de la Fe teológica; y manteniendo voluntariamente de esa manera un solo  tipo de opinión de acuerdo con su propia voluntad se hace hereje.  Se vuelve más un asunto de escándalo cuando cuando quienes guían a la Iglesia tratan la doctrina como si no lo fuera, arguyen que una doctrina ha sido hasta ahora controvertida, y luego se esfuerzan por re-definirla, tratándola como materia abierta a cuestionamiento, discusión u opiniones entre expertos. Esto es en esencia una labor de engaño. Más inquietud surge cuando los miembros de la jerarquía de la Iglesia dicen que no tienen intención de cambiar la doctrina de la Iglesia, cuando se aprestan a hacer concesiones pastorales aparentemente misericordiosas pero en realidad condenables, con el efecto secretamente buscado de hacer obsoleta una doctrina.


  Usted no Puede Cambiar Doctrina Alguna del Catecismo

  Aun cuando no todas las doctrinas contenidas en el Catecismo han sido definidas de manera infalible, el Catecismo sólo enseña la verdad, “la verdad que fue confiada de una vez para siempre a los santos” (Judas 3). El alterar significativamente cualquier enseñanza contenida en el Catecismo, que es la fuente de enseñanza de la sagrada doctrina,  “el texto de referencia seguro y auténtico para enseñar la doctrina católica”(FD 3), que “sin error sintetiza normativamente la totalidad de la fe católica” (GDC 120) y las “verdades salvíficas fundamentales” de la fe (GDC 124), conduce objetivamente a la herejía y a la apostasía. Sea que Usted cambie la doctrina o que simplemente sancione el transgredirla so pretexto de hacer una concesión pastoral (no obstante cuán noble en apariencia sea su razón) o que simplemente la reemplace con nuevas leyes de tolerancia, todo esto equivaldría a caer en herejía. El cambiar la doctrina de la Iglesia aun bajo la apariencia de una innovación pastoral no haría válido el cambio. Hoy en día hay un extendido liberalismo radical de compasión equivocada, falsa misericordia, y tolerancia excesiva propuestas en aras de ser pastoral y de estar al día. Pero sólo lo que sea verdadero pastoralmente puede ser verdaderamente pastoral. Nunca puede citarse a la misericordia como una alternativa o como opuesta a la doctrina:  La verdad doctrinal nunca puede adaptarse al creyente o a la época, sino que el creyente y la época deben ser invitados a adaptarse a la verdad doctrinal. Una enseñanza nueva o modificada o una concesión que eluda o cambie cualquier artículo de fe o que sólo le de una interpretación diferente de la tradicional y verdadera sería necesariamente herética. ¿Es esto lo que Usted está planeando hacer?

  Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida y no hay salvación a través de nadie más. Él es la plenitud de toda la Revelación divina, que subsiste en su integridad sólo en la Iglesia Católica. Los fieles católicos deben creer como cierta toda la doctrina de la Iglesia. Esta fe“es necesaria para la salvación” (CIC 183) para aquéllos que están conscientes de ella. Y no obstante que el Papa “tiene poder total, supremo y universal sobre toda la Iglesia” (CIC 882), éste es aplicable solamente cuando él sea un papa válido y así permanezca.. Su cargo de papa lo obliga a salvaguardar e interpretar debida y auténticamente las doctrinas confiadas al Magisterio auténtico de la Iglesia por nuestro Divino Redentor (Mateo 16:18, 18:18), pero no son para usted, como individuo, someterlas al juego y a los fines ocultos del poder.  Y aun cuando la enseñanza de la Iglesia sobre el desarrollo de la doctrina permite un genuino progreso en la exposición y la comprensión de la Revelación, jamás autoriza cambiar, abandonar o desechar doctrina alguna de la Iglesia.

  La Palabra, como nos la dan la Escritura (la Biblia) y la Tradición (el Catecismo), no pueden cambiar. La íntegra verdad divina de la Fe, entregada a nosotros en forma de la sagrada doctrina, es “sabiduría por encima de toda sapienza humana” y sólo se entiende y se acepta mediante un profundo y auténtico “temor de Dios”.  Es el deber de la jerarquía de la Iglesia el llamar a los fieles a “obediencia de la fe” a la verdad completa de la sagrada doctrina contenida en la Escritura y la Tradición, con una libertad de conciencia que nunca los liberade la verdad, sino siempre y únicamente les da libertad en la verdad. Y toda labor de genuina pluralidad debe salvaguardar la unidad de la fe en su integridad doctrinal.

  En vez de llamar a la humanidad a su conversión a Cristo y a la verdad de la doctrina, desempeñando el gran mandamiento de Jesucristo de: “id y haced discípulos de todas las naciones, enseñándoles a que observen todas las verdades” para que se conviertan por el bautismo, algunos vemos que su forma de proceder es buscando amoldar y comprometer la doctrina ante las tendencias actuales del pensamiento y comportamiento seculares, y tergiversarla para acomodarla a otras orientaciones religiosas. Papa Francisco, debemos mantenernos firmes en lo que ha sido encomendado a nosotros por Cristo y sus Apóstoles, o sea, el depósito íntegro de la fe que se halla en la sagrada doctrina (1 Tim 6:20). Estamos llamados a dejar que la verdad sobrenatural de Cristo hable por sí misma, pues “lo que nos hace creer (la doctrina) no es que las verdades reveladas nos parezcan ciertas e inteligibles a la luz de nuestra razón natural (mucho menos dentro del contexto de nuestra sociedad moralmente corrupta); creemos porque es la autoridad de Dios mismo quien nos las revela, quien no puede engañar ni ser engañado” (CIC 156). Sin embargo, aunque Dios no puede engañar, un papa sí puede hacerlo; especialmente con la engañosa bandera de (falsa) humildad y (falso) amor a la humanidad, que se despliega pero que no se practica en forma genuina.

  Para reiterar mi punto principal, Papa Francisco, Usted no puede cambiar, alterar o desechar una sola doctrina sin desmantelar con ello todo el depósito de la fe. “Porque cualquiera que guardare toda la ley pero faltare en un solo punto se hace culpable con respecto a toda ella”(Santiago 2:10). Aun cuando sólo la doctrina más pequeña e insignificante sea rechazada, comprometida o alterada, la verdad entera de Dios se pone en riesgo.  Papa Francisco, Usted puede poner al día o cambiar las costumbres de la iglesia, como válidamente lo han hecho muchos en la jerarquía, pero no puede cambiar la doctrina de la iglesia una iota, no sólo la doctrina menos significativa (por ejemplo dar la comunión a los divorciados y vueltos a casar, dar la bendición de la Iglesia a parejas del mismo sexo o cambiar el significado de la Eucaristía) sin invalidar de hecho su pontificado. Sería imposible para un dirigente de la Iglesia permitir cualquier cambio pastoral substancial a una doctrina, pues tal cambio necesariamente haría esa adaptación pastoral incompatible con la doctrina, que además sería semejante a una herejía y apostasía. Transija con una sola doctrina católica y abrirá una caja de Pandora que en efecto deslegitimizará toda la doctrina católica.

  ¿Está Usted llevando a la Iglesia a la Gran Apostasía y Cisma?

  Papa Francisco ¿está usted organizando un nuevo movimiento evangélico, que vaya a ser dado a conocer por etapas, mediante una estrategia de pasos graduales, a fin de evitar demasiadas preguntas, pero que será recibido como una bocanada de aire fresco por muchos? ¿Está Usted formando una falsa hermandad ecuménica como parte de una Iglesia ahora renovada, buscando unir a las iglesias del mundo en una Nueva Iglesia del Mundo, que llevaría a practicar nuevos ritos y abominaciones? La Iglesia no puede hacerse que se acomode al mundo moderno, ni puede su doctrina cambiarse para volverse incluyente con el fin de agradar a otras denominaciones, religiones y modas.

  Y no importa qué otro bien haga Usted, no importa qué otro compromiso humanitario Usted promueva, o concurso de popularidad Usted gane, si Usted conduce a los fieles por un camino errado, no será nada más que un falso papa. Igual como todo el resto de nosotros, tiene Usted dos opciones – permanecer leal a la Verdad de Cristo o acoger mentiras como sustitutos de ella, lo cual es herejía, y diseminar esas mentiras por medio de engaños y artera apostasía, dividiendo de esa manera a la Iglesia en un cisma.

  Papa Francisco, cualesquiera que sean sus planes, el hecho es que a muchos nos parece que usted está contribuyendo a la confusión espiritual de nuestros tiempos. Su centro de atención parece estar más en el hombre que en Dios, en agradar o impresionar al hombre más que a Dios, en aparentemente secundar al hombre en sus pecados más que en auxiliarlo en servir y obedecer a Dios y Sus Mandamientos. De ser esto así, entonces ¿a dónde quiere llegar con esto? Y ¿a dónde está conduciendo a la Iglesia?


  ¿Está entre Nosotros el Falso Profeta?

  Papa Francisco, hay muchas enseñanzas y profecías bíblicas acerca del falso profeta, a algunas de las cuales parece Usted estar dando cumplimiento. ¿Por qué está usted apoyando vigorosamente a obispos disidentes que están proponiendo hacer concesiones pastorales heréticas y están buscando manosear la doctrina sagrada, mientras usted despiadadamente echa afuera, depone o les quita poder a otros obispos, conocidos por ser fieles a la doctrina? ¿Por qué le ofrece usted una tremenda sensibilidad pastoral a gente que ni siquiera quiere practicar la fe y está inclinada a ofenderla, pero en cambio ha dirigido un antagonismo despiadado hacia aquéllos que sí la practican? ¿Por qué cada vez más nos parece a algunos, que está en marcha una desorientación diabólica, aunque intencionalmente nebulosa, en la doctrina de la Iglesia bajo el gobierno de Usted?

  La Biblia nos previene de falsos maestros que llevan al pueblo de Dios por un camino errado con sus mentiras y su temeridad. San Judas dice que ellos habrán de pervertir la gracia de nuestro Señor, tornándola en libertinaje. Nuestro Señor también advirtió repetidamente acerca de los falsos maestros que llevarán a muchos a su ruina espiritual. Jesús nos cuenta la parábola del trigo y la cizaña, con la cual nos ilustra que las semillas de la cizaña (la falsa doctrina) se parecen tanto a las del trigo, que aun los labradores (teólogos/ apologistas/obispos) tienen dificultad para distinguirlas, pues al demonio le gusta disfrazar la falsedad con la verdad, usar la virtud para justificar el vicio, y tergiversar la doctrina para justificar la herejía, tanto que hasta los fieles son engañados. Jesucristo de hecho nos amonestó a que estuviéramos alerta de los falsos profetas, que vienen a nosotros vestidos con piel de oveja pero que en su interior no son otra cosa que lobos voraces. Y San Pablo declara de esos villanos “Pero aun si nosotros o un ángel del cielo, les enseñara un evangelio contrario al de Jesucristo, que sea condenado”.

  Papa Francisco ¿es Usted el lobo vestido de pastor, contra el cual la profecía católica nos ha prevenido? ¿Es usted el profetizado falso profeta de embustes y engaños que habrá de llevar a la Iglesia a un cisma? ¿Es usted el anti-Juan Bautista y precursor del anticristo que dominará al mundo? ¿Estará usted pronto a la puerta de la muerte, como lo profetiza el Libro de la Revelación, sólo en ese momento, justo como si un milagro hubiera tenido lugar, parezca haberse levantado de entre los muertos?

  Aquí vale la pena considerar dos fuentes aprobadas de revelación privada: Primero, en La Salette, nuestra Señora nos previno que Roma habría de perder la fe y habría de volverse sede del anticristo; la Iglesia habría de ser eclipsada y no sabremos quién es el verdadero papa. Y segundo, en Akita Nuestra Señora nos previno de que el engaño de Satanás habrá de infiltrar a la Iglesia en un grado tal que veremos (buenos) cardenales divididos contra (malos) cardenales, en que la Iglesia será enredada en una revolución, Y hay muchas otras profecías católicas creíbles que nos dan una percepción, nos previenen y nos dan dirección para nuestros tiempos; profecías que todo católico debe tener presentes. Ellas nos dicen que habrá de venir un dirigente de la Iglesia por medio de quién el mundo habrá de ser engañado por sus muchos actos que serán considerados obras de gran caridad pero llevadas a cabo detrás de una falsa fachada de humildad y de palabras dulces presentadas con un maravilloso y amoroso carisma externo. Mediante sus enseñanzas alentará a la humanidad a caminar hacia un humanismo exaltado en vez de hacia Dios.

  Es muy posible para un embaucador maestro engañar a los fieles católicos. El Padre Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, con sus simuladas ortodoxia, humildad y ostentosa santidad, engañó con éxito hasta a un papa (San Juan Pablo). El propio Catecismo señala que en los últimos tiempos, una gran parte de los fieles será conducida por mal camino, específicamente mediante un engaño religioso. Papa Francisco ¿es Usted un impostor que pondrá en riesgo la integridad de la doctrina de la Iglesia, que anunciará orgullosamente su solución de unir a todas las iglesias cual si fuera una sola, y que llevará a cisma a la Iglesia Católica? ¿Será Usted aplaudido por el mundo secular y loado como un moderno innovador por condonar el pecado? ¿Habrá Usted de encargar un referendo para adaptar las leyes de la Iglesia y condonar nuevas prácticas pecaminosas que congenien con los tergiversados derechos humanos, para luego forzar a la Iglesia a que preste un nuevo juramento a esta nueva falsa doctrina? ¿Va Usted a hacer una burla de la fe y la moral católica en nombre de una disciplina tornadiza, de una acción pastoral y de un respeto al voto popular, y proseguir con el plan oculto de colocar en lugar supremo la conciencia individual, por encima de la doctrina católica?

  En nuestros tiempos, más que nunca, Satanás quiere causar un gran daño espiritual a la humanidad por medio de engaños. Sabemos que el falso profeta vendrá enmascarado como amigo de católicos, protestantes, judíos y musulmanes. En lugar de eso, es el falsario que ha entrado en la casa de Dios para engañar y destruir almas mediante lo que será el más grande engaño religioso de la historia.

  Papa Francisco, si Usted es un falso profeta que busca arrebatar almas por medio de embustes, habrá de salir perdiendo. El libro de la Revelación dice que tanto el falso profeta como el anticristo serán arrojados al lago de fuego donde sufrirán para siempre. “El mal tendrá su hora, pero Dios tendrá Su día” (Venerable Fulton Sheen). Mucho de lo que sucederá en la Iglesia en estos tiempos ha sido predicho, y sabemos que Dios permite estas abominaciones por buena razón. La Iglesia, como Cristo, sufrirá su pasión, crucifixión y muerte, y sólo entonces para entrar en su resurrección en una Nueva Era de Paz (Fátima). Y sabemos que no habrá derrota para los fieles que se mantengan firmes en la fe y sostengan la Verdad – la Palabra de Dios – aun ante la adversidad, la herejía, la apostasía y el cisma. Papa Francisco, a cualquier defensa que Usted pudiera tener o hacer acerca de las cuestiones que he planteado, el tiempo habrá de revelar la verdad de las cosas.


  A los Fieles Católicos: 

  A los fieles católicos yo digo lo siguiente: Vivimos en tiempos tenebrosos y peligrosos, en los que nuestra fe y nuestra moral están siendo atacadas y reprimidas por todas partes, y de la manera más siniestra desde el interior de la misma Iglesia. San Pablo nos previno en su primera carta a Timoteo que “en los últimos tiempos algunos habrán de apostatar de la fe por prestar atención a espíritus deshonestos y (falsas) doctrinas de demonios, seducidos por gente mentirosa” (1 Timoteo 4:1). Deben ustedes estar alertas a los signos de los tiempos que fueron profetizados en las Sagradas Escrituras, incluyendo el Libro de la Revelación, y en las creíbles profecías marianas y modernas. La sólida profecía católica señala que el tiempo de la gran batalla predicha en la Escritura, que tendrá lugar en los últimos tiempos está de hecho ante nosotros hoy en día. No obstante lo que venga, la Iglesia Católica de Jesucristo permanecerá intacta, aunque quede sólo un remanente. Jesucristo prometió que la Verdad jamás podría cambiar ni ser derrotada. Aquéllos que se separen de la Iglesia en estos tiempos transigiendo en la doctrina, aun por seguir al papa, dejarán de estar unidos a la verdadera Iglesia.

  Recen por recibir la gracia para discernir la Verdad, La victoria será de Nuestro Señor. Todo lo que necesitan hacer es evitar las trampas que pueden ser colocadas para arrebatar las almas de ustedes. No dejen que la falsa doctrina les sea impuesta, aun cuando sean ustedes acusados (falsamente) de falta de tolerancia, falta de compasión, falta de amor, falta de respeto para los derechos humanos o de ser injustificadamente moralistas. Que Jesús les abra los ojos a cualquier posible engaño que se presente o mentiras que les sean presentadas junto con verdades a medias, con ambigüedad; y que el Señor no permita que ningún dirigente falso divida a la Iglesia. Rueguen por la gracia del discernimiento, a fin de que nunca nieguen la Verdad. Sean firmes en su creencia en la Palabra de Dios, las Enseñanzas de la Iglesia y los Sacramentos. No importa cuánto sea atacada la Iglesia de Jesucristo, Dios no permitirá que sea destruida (el famoso sueño de San Juan Bosco de la guerra al interior de la Barca de Pedro nos viene a la memoria aquí). Puede estarse desplegando un plan taimado para conducirlos a ustedes a la gran apostasía, el primer sello del Libro de la Revelación, y será el engaño más grande de la historia, de manera que deben examinar todo lo que se les diga de ahora en adelante, aun cuando venga del Papa Francisco. Pues el hombre nunca puede vivir de pan solamente, sino de la verdadera Palabra de Dios. Negar o abandonar tan solo una doctrina de la fe equivale a negar y abandonar al mismo Jesucristo, como lo hizo Judas. Los fieles deben mantenerse alertas de cualquier posible plan de alterar o desechar doctrina a los caprichos del modernismo y del relativismo.

  A los Fieles Católicos y a la gente de buena voluntad, declaro que ahora se requiere vigilancia. No permitan que los engañen con mentiras que provengan de la fuente que fuere de la Iglesia, y no mantengan indebidamente lealtades equivocadas. Sigan la Palabra de Dios como fue expresada desde el principio. No caigan por los falsos llamados a la caridad que hacen aquéllos que buscan la aceptación de sus propias vidas pecaminosas, mientras ellos desafían las Leyes de Dios y ahora pudieran pronto recibir la anuencia de la Iglesia para que sigan haciendo lo mismo. Y cómo pueden los fieles discernir qué es qué – si las nuevas enseñanzas aducen que Jesús condona el pecado, entonces sabrán que ésta es una mentira. La verdad es que Jesús siempre, clara y contundentemente detesta todo pecado aun cuando ame al pecador. Y Jesús jamás transigiría en Su verdad.


Para Concluir

  Papa Francisco, si usted pretende amoldar cualquier doctrina de la fe al mundo profano y secular de ahora, o aun desenfatizar alguna cierta doctrina para producir una nueva tolerancia hacia el pecado, la Iglesia no se unirá a Usted, ni los fieles asentirán. Pues tal apostasía invalidaría su pontificado. Yo lo convido a que en vez de eso tome usted su verdadero deber de salvaguardar y promover activamente la sagrada doctrina y con ello formar evangelizadores que sean testigos vivientes de la fe, para formar los santos del tercer milenio Cristiano. En este momento, yo sólo animo a todos los católicos a que le amen y le obedezcan, Papa Francisco, en todos los asuntos de la verdadera fe, pero también aliento a los fieles a que se pongan más atentos a los signos de los tiempos. Papa Francisco, si usted todavía decide permitir cualquier cambio en la doctrina, entonces la jerarquía legítima de la Iglesia pondrá al tanto claramente de esos asuntos a los fieles en ese momento y nos indicará cómo debemos responder de buena fe. No siendo ésto lo que suceda, sólo amor, obediencia y oraciones por Usted, Papa Francisco, permaneciendo debidamente alertas y vigilantes con respecto a los proféticos signos de los tiempos presentes.

Sinceramente en Cristo


Kelly Bowring


Traducida del inglés por Roberto Hope



Nacionalismo Católico San Juan Bautista

miércoles, 15 de octubre de 2014

El confort y el apostolado de la foto – Augusto TorchSon


  Desde el inicio de este blog, que casi coincidió con la renuncia de Benedicto XVI, sostuve las extrañas circunstancias de dicho acto. Posteriormente, documenté las no menos extrañas e irregulares circunstancias en la elección de Jorge Mario Bergoglio. Además de conocer la nefanda trayectoria (que más bien debería ser prontuario) de este oscuro personaje, pude comprobar que todas las atrocidades que había hecho a lo largo de una vida de constantes traiciones a Cristo y contubernio con sus más esenciales enemigos; todo su perverso accionar anterior, no pudo llegar a ser mayor por falta de posibilidades, las cuales hoy tiene por haber llegado a poseer el poder absoluto en esta neoiglesia.

  No sin temor a ser motivo de escándalo, se trató en lo posible de mostrar hechos concretos y abundantemente documentados del accionar bergogliano, no sólo contrarios al Magisterio inmutable de la Iglesia, sino también a las buenas costumbres y hasta el buen gusto. Los mismos, no sólo significaron para mi persona el ser confinado al ostracismo, sino también, motivo de múltiples difamaciones.

  Para quienes crean que escribo desde la comodidad de mi casa (la cual no poseo),  tomando un whisky y fumando un habano mientras escucho el réquiem de Mozart en 5.1; sin ánimo de victimizarme, tengo que decir que más bien estoy en pantuflas, bermudas y una remera estirada de algún concierto al que asistí en mi adolescencia (long time ago). Todo esto, después de mi trabajo subempleado de tres días a la semana en un hotel, el cual tengo que complementar con la enseñanza particular de inglés para tratar de colaborar con el magro sueldo de mi señora.

  En esas circunstancias, y con la ayuda de unos pocos, fieles y valientes amigos y camaradas, tratamos de hacer militancia y apostolado, siempre tratando de transmitir el mensaje sin que se exalte de ninguna manera a los mensajeros. Ellos también en tan adversas o peores circunstancias que las mías. Sin embargo, se nos acusó, y se me acusa de buscar protagonismo, de soberbia, de sectarismo; cuando siempre convocamos a todos quienes dicen ser tradicionalistas y nacionalistas a participar en las actividades que con mucho esfuerzo organizamos. Hasta aquí estoy hablando de quienes dicen compartir nuestras ideas pero sólo están interesados en el apostolado de la foto, ya que a la hora de trabajar, o colaborar económicamente, siempre son las viudas con óbolo las que terminan aportando en ambas especies.

  Y así, dejando de lado los que diariamente nos insultan por no ser progresistas o integristas como ellos (no me refiero a todos, sino a los que específicamente lo hacen); muchos de los que se dicen nacionalistas y tradicionalistas, lo son desde las más cómodas situaciones y en la seguridad y anonimato de un bar o reunión de amigos en sus casas.


  Para los que nos atrevimos a dar la cara, se nos quiere palmear la espalda en la medida que esto no sea una declaración pública de apoyo a nuestra postura, que se nos dice valiente en privado, pero cismática en público. Y muchas veces es gente que materialmente tiene mucho que perder, y así vemos que todos los que hablan constantemente del judaísmo como mal del mundo, sin embargo terminan aceptando su cosmovisión a la hora de sentirse privilegiados por ser “buenos católicos de familias tradicionales” y consideran su bienestar como una recompensa divina por haber recibido esa herencia familiar, en una concepción completamente farisaica y calvinista de la vida. También vemos su incoherencia al escucharlos hablar constantemente en contra de la democracia liberal, pero aceptando y participando de sus reglas de juego, por (supuestamente) no quedar otras posibilidades de acción fuera de la misma. Muchas veces en estos casos, les sería más saludable guardar silencio; el mismo que nos recomiendan constantemente. Pero que en caso de ser imprudentes, cosa que tendremos que corregir, por lo menos nuestra postura pública no difiere en lo más mínimo de la que sostenemos en privado.

  Y hoy sin embargo, a pesar de que las cosas, en toda su oscuridad, están más claras que nunca; cuando el Vaticano  está completamente alineado con el gobierno mundial; cuando la Roma apostata, anunciada por Nuestra Madre Celestial en La Salette, se muestra de forma inequívoca; en estas circunstancias, es cuando más se nos acusa de ser supersticiosos, conspiranoicos, resentidos, ignorantes, y temerarios. Y todo esto, por sostener, como lo sostuvimos desde el principio, que estamos en los tiempos inmediatamente anteriores a la aparición pública del único y personal Anticristo. Y así, los que hablan frecuentemente de neocones, considerándose demasiados instruidos para considerar las revelaciones privadas como ciertas, aunque estas estén en perfecta sintonía con la revelación pública; ahora empiezan a esgrimir intrincadas argumentaciones para tratar de mostrar que la Parusía no sólo es un acontecimiento incierto, sino que probablemente también muy lejano. Y es que, volviendo a la judaización de los católicos sedicentemente tradicionalistas, el inmanentismo farisaico los hace pensar que una situación de extrema persecución, como la que sobrevendrá con la aparición del hombre de  Iniquidad, no puede presentarse en momentos en los que tan bien les está yendo en lo económico, lo social, laboral y hasta en lo político. Y a los que no gozan de los beneficios de una tranquilidad económica, la ilusión de la misma, acercándose a quienes la poseen, les genera el mismo efecto inmovilizante y negacionista de estos tiempos que no deberían generar otra actitud más que levantar nuestras cabezas, pues nuestra liberación está pronta.   

  Y ciertamente no despreciaría de ninguna manera una herencia millonaria de algún familiar desconocido, o un billete de lotería ganador, pero tengo en claro que todos los bienes materiales  son sólo medios, y que el fin está puesto en la salvación eterna, que difícilmente conseguiré, apegándome a los beneficios de una vida burguesa. Tranquilidad que hoy se puede conseguir sin ninguna necesidad de vivir en la opulencia.

  Y el Padre Leonardo Castellani, que creía firmemente en la proximidad de la aparición del Anticristo; mucho se apoyaba en revelaciones privadas como también lo hacía respecto de las públicas. Sin embargo, los que se dicen seguidores de este gran maestro, omiten esa cuestión que hace a la esencia de su prédica, por considerarla inconveniente a su comodidad. Y en ese sentido, el Padre Castellani mencionaba como apariciones dignas de su confianza las de Nuestra Señora en San Sebastián de Garabandal, las mismas que mencionan que después de tres Papas (sin contar uno por su corto pontificado) no iba a haber más Papas y sobrevendría el fin de los tiempos. Las que coinciden con Benedicto XVI como el último de la serie. Mismas apariciones que el mismísimo Padre Pio apoyaba, siendo un santo místico, por lo que sabía de la veracidad de las mismas. De hecho, la misma Virgen le confirmó que se aparecía en ese pueblito español.

  Aunque mucho critiquen a Bergoglio, aunque mucho lamenten la situación actual de la Iglesia; quienes no piensan en dejar de recibir los beneficios que del mundo moderno y democrático les toca, y por ese motivo no tienen puestas sus esperanzas exclusivamente en compartir eternamente el destino de Nuestro Señor, difícilmente estén dispuestos a enfrentar el martirio que se avecina.

  Los Vandeanos en la Revolución Francesa, los Cristeros de México, los españoles en la lucha anticomunista en su país y en Rusia con la gloriosa División Azul, habían abandonado la comodidad para poder enfrentar adecuadamente al enemigo que tenían enfrente. Y para tener la correcta perspectiva de lo que está en juego, es necesaria una radical visión trascendente de la vida, que nos lleve a dejar todo por Cristo.

  Por ese motivo, ante la corrupción generalizada de la niñez, la inmoralidad abominable propuesta como libertad por las naciones del mundo moderno y el ataque sistemático, contra la Única y Verdadera Iglesia de Dios, que hoy no sólo proviene desde afuera sino desde el corazón de la misma y por quien a los ojos del mundo es su cabeza visible; para poder dar el buen combate por la fe, tenemos que tener cabal consciencia de los tiempos que nos tocan. Y es tal vez nuestro peor enemigo el confort, el mismo que proponía el demonio Escrutopo del libro de Lewis como la mejor herramienta para conducir en forma lenta pero segura a las almas al infierno.

  Poco necesitamos saber para salvarnos, pero implica un inmenso compromiso y esfuerzo. Si seguimos contemporizando con el  afán de no quedarnos fuera del sistema, difícilmente podremos conseguir lo único que importa.

Augusto

No hay ciencia más acabada
 que el hombre bien acabe.
Porque al final de la jornada,
el que se salva sabe
y el que no, no sabe nada.


Nacionalismo Católico San Juan Bautista

lunes, 13 de octubre de 2014

Bergoglio ¿el más amado por los niños?



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Nacionalismo Católico San Juan Bautista

domingo, 12 de octubre de 2014

Francisco y su alter ego: del fotomontaje a la realidad - Alejandro Sosa Laprida



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  Esta foto de Francisco está trucada. Lo representado no corresponde a lo visto.  Así pues, se trata de una imagen falsa, porque distorsiona la realidad. Pero su falsedad es tal solamente desde una perspectiva material, la que está delimitada por las leyes de la óptica. Vale la aclaración ya que, simbólicamente hablando, en cuanto al mensaje transmitido y en relación a su significado, puede decirse que esta foto es verdadera. Y no sólo verdadera sino, además, emblemática. Esto quiere decir que, gracias al montaje efectuado, ella representa cabalmente el insondable abismo del mal, el ominoso misterio de la iniquidad que actúa impíamente y se manifiesta desvergonzadamente a través de este personaje siniestro y eminentemente escatológico: el de un supuesto « papa » que blasfema alegremente sosteniendo que « no existe un Dios católico », que la Antigua Alianza « nunca ha sido revocada » y que el poder espiritual carece de autoridad para juzgar a los sodomitas...

No es posible buscar atenuantes a estos dislates soberanos alegando que estaríamos confrontados a una mente limitada, rudimentaria, dotada de una escasa o defectuosa formación intelectual. De ningún modo. Este hombre no es ni por asomo el imbécil que algunos ingenuamente se obstinan en imaginar. Ni es tampoco un pobre ignorante en teología que torpemente se pondría en aprietos traicionado por su verbosidad incontinente. Ni se explican sus innumerables desaguisados doctrinales ni sus incesantes acciones escandalosas por su inexperiencia en el ejercicio de las altas funciones a las que ha sido elevado. No, decididamente, esto es insostenible. No resulta verosímil. A no ser que se prefiera jugar al avestruz y eludir el problema para calmar así la terrible angustia que la situación naturalmente provoca.

  Pero no es posible escudarse en semejantes pretextos tranquilizadores, dado que, en primer lugar, es un hecho innegable que Bergoglio conoce perfectamente la doctrina católica, sus estudios eclesiásticos no autorizan a emitir la hipótesis contraria. Y esto es perceptible en sus escritos y sermones, en los que el error y la herejía van siempre hábilmente disfrazados con los venerables atuendos de la doctrina tradicional. En segundo lugar, sus más de veinte  años de episcopado, de los cuales quince como Arzobispo de Buenos Aires y doce como Cardenal Primado de la Argentina, dan por tierra con el alegato de la inexperiencia de la que sería víctima.  

  Por último, su mediocridad intelectual no es más que un mito : se trata de una persona sumamente hábil y manipuladora como pocas. Y que no ha dejado de exponer sus objetivos con meridiana claridad desde la aciaga jornada de su elección, en la que multiplicó los gestos cargados de un alto contenido revolucionario, con los que dejó sentadas inequívocamente sus intenciones de ruptura en las formas, de provocación en la doctrina y de un desprecio a toda prueba hacia la suprema dignidad pontifical. Cito, a título de ejemplo, dos de sus tantas declaraciones que demuestran meridianamente que no estamos ante un improvisador ni ante un hombre que estaría confundido, superado por las circunstancias o bien adaptándose a los tumbos, progresivamente, a las enormes exigencias de su nueva función:  
« El Vaticano II, inspirado por el papa Juan y por Pablo VI, decidió mirar al futuro con espíritu moderno y abrirse a la cultura moderna. Los padres conciliares sabían que abrirse a la cultura moderna significaba ecumenismo religioso y diálogo con los no creyentes. Después de entonces, se hizo muy poco en esa dirección. Yo tengo la humildad y la ambición de querer hacerlo. »                                  
       

« El Vaticano II supuso una relectura del Evangelio a la luz de la cultura contemporánea. Produjo un movimiento de renovación que viene sencillamente del mismo Evangelio. Los frutos son enormes. Basta recordar la liturgia. El trabajo de reforma litúrgica hizo un servicio al pueblo, releyendo el Evangelio a partir de una situación histórica concreta. Sí, hay líneas de hermenéutica de continuidad y de discontinuidad, pero una cosa es clara: la dinámica de lectura del Evangelio actualizada para hoy, propia del Concilio, es absolutamente irreversible. »


  La claridad de sus intenciones salta a la vista, así como su absoluta determinación para consumar la obra de devastación iniciada por los « neo-santos » conciliares Roncalli y Montini, los artífices del diabólico « aggiornamento » de la Iglesia y del « nuevo Pentecostés » de Vaticano II. Descartadas pues la ignorancia, la limitación intelectual y la inexperiencia como posibles explicaciones de sus permanentes desaguisados, se vuelve necesario considerar la posibilidad de la malicia y ésta, referida a las cosas santas, va necesariamente de la mano con las fuerzas malignas, con las potestades infernales. Semejantes obras de impiedad no pueden explicarse adecuadamente sin tomar en consideración las insinuaciones de los espíritus del mal y la influencia ejercida por los ángeles caídos. Esta hipótesis se impone masivamente. 

  ¿Por qué?  Sencillamente porque su conocimiento de la verdad católica, la lucidez con la que expresa sus objetivos y la voluntad férrea con la que los pone en ejecución no dejan otra alternativa. Respecto a esto último, piénsese por ejemplo en la persecución brutal de la que son objeto los Franciscanos de la Inmaculada y la diócesis de Ciudad del Este, más cercana de los métodos represivos estalinianos que de las normas del derecho canónico, y se comprenderá fácilmente que la tan mentada « cultura del diálogo y del encuentro » no se aplica más que a los enemigos de la Iglesia : está visto que no habrá « misericordia » con los reacios a la « absoluta irreversibilidad » de la « dinámica » bergogliana… 

  Nos encontramos ante alguien que sabe lo que hace y que sabe por qué lo hace. Ante alguien que hace lo que quiere y que dice lo que le viene en gana. Y ante alguien que proclama públicamente su agenda subversiva, con un desparpajo insolente y una arrogancia sin límites. Sin titubeos ni temores. Con plena conciencia. Con total libertad. El pecado contra el Espíritu Santo no debería andar muy lejos.

  Odio de la verdad, odio del dogma, odio de la moral y de la liturgia tradicionales, innumerables e incesantes dichos y gestos que descolocan, perturban, siembran la confusión y el desconcierto en las almas de los fieles turbados sin solución de continuidad, palabras y acciones maquiavélicas que confunden las inteligencias, inducen en error y causan escándalo tras escándalo, escarnio a repetición de las realidades sagradas, empleo metódico de la blasfemia insidiosamente disimulada bajo los oropeles de la humildad, de la caridad y de la misericordia.

  No es éste el lugar para demostrar la justeza de estas afirmaciones. Remito a dicho efecto a los dos documentos  que incluyo seguidamente para los despistados consuetudinarios y para los pobres incautos que no se habrían percatado aún de la heterodoxia radical y de la impiedad notoria que caracterizan a este nuevo ídolo de los medios de prensa  decadentes y de las masas apóstatas y paganizadas, las que no cesan de entonar loas frenéticas y demenciales a quien con tan diabólico talento y demagogia consumada ha sabido cautivarlas y ponerlas a sus pies, convirtiéndose en su amo y señor, en su modelo idolatrado de santidad inmanente y de espurias virtudes humanistas.


  Valgan, a guisa de ejemplo en materia de blasfemias caracterizadas, sus impías y satánicas insinuaciones acerca de la supuesta rebeldía que habrían experimentado Jesucristo Nuestro Señor y su Santísima Madre durante la Santa Pasión Redentora de Nuestro Salvador y otra en la que nos explica que la Iglesia, la Esposa Inmaculada de Jesucristo, y la Santísima Vírgen María, la Madre Inmaculada de nuestro Divino Redentor tienen « defectos »…  

  « Ella estaba silenciosa, pero en su corazón, ¡cuántas cosas le decía al Señor! ¡Tú, aquel día, me dijiste que sería grande ; me dijiste que le darías el trono de David, su padre, que reinaría para siempre y ahora lo veo aquí! ¡La Virgen era humana! Y tal vez tenía ganas de decir: ¡Mentiras! ¡Me han engañado! » 


« Jesús, cuando se lamenta – ‘‘Padre, ¡por qué me has abandonado!’’ - ¿blasfema? El misterio es éste. Tantas veces yo he escuchado a personas que están viviendo situaciones difíciles, dolorosas, que han perdido tanto o se sienten solas y abandonadas y vienen a lamentarse y hacen estas preguntas: ¿Por qué? ¿Por qué? Se rebelan contra Dios. Y yo digo: ‘‘Sigue rezando así, porque también ésta es una oración’’. Era una oración cuando Jesús dijo a su Padre: ‘‘¡Por qué me has abandonado!’’ »


« La Iglesia y la Virgen María son madres, ambas; lo que se dice de la Iglesia se puede decir también de la Virgen, y lo que se dice de la Virgen se puede decir también de la Iglesia. (…) ¿Amamos a la Iglesia como se ama a la propia mamá, sabiendo incluso comprender sus defectos? Todas las madres tienen defectos, todos tenemos defectos, pero cuando se habla de los defectos de la mamá nosotros los tapamos, los queremos así. Y la Iglesia tiene también sus defectos: ¿la queremos así como a la mamá, le ayudamos a ser más bella, más auténtica, más parecida al Señor? »

                                                                           
  Y me parece necesario insistir en ello : una persona que blasfema y que comete sacrilegios de un modo completamente lúcido y demostrando poseer un perfecto dominio de sus actos, de manera reiterada y sistemática, dando muestras de un conocimiento acabado del dogma católico, haciendo un uso consumado de la puesta en escena mediática, con el agravante de cometer sus fechorías amparado en el ascendente que le confiere su inmensa autoridad religiosa, una tal persona, y lo afirmo sin la menor sombra de duda, no puede estar actuando sino bajo la influencia maléfica directa y consentida del príncipe de las tinieblas, del señor de este mundo, del padre de la mentira...

  Creo que se puede tener la certeza moral de que esto es así. Por eso dije al principio del artículo que esta foto trucada representa no obstante fielmente la realidad de lo que está sucediendo. Y esta realidad, me veo en la obligación moral de proclamarla públicamente, a los efectos de denunciar el mal inédito que nos acecha, para dar la señal de alarma y para poner sobre aviso a nuestros hermanos en la fe, engañados en su gran mayoría por este falso profeta y seductor de las almas, lobo voraz disimulado bajo piel de cordero pero que habla como un dragón: la realidad a la que me refiero no es agradable a los oídos ni causa placer alguno al enunciarse, se los puedo asegurar, pero es la siguiente : tenemos que vérnoslas lisa y llanamente con un endemoniado.

  Así es, con un endemoniado, ni más ni menos. Es decir, con un esbirro de Satán, un agente del averno, un siervo del Anticristo… La naturaleza de sus actos lo prueba fehacientemente. Y la manera insólita, fulminante y unánime, en la que este personaje ordinario, de escaso carisma y bajo perfil, perfectamente  trivial y anodino hasta el día de su elección, ha logrado cautivar súbitamente a las masas e hipnotizar literalmente al mundo entero, es un claro indicio que, a posteriori, confirma lo dicho. Francisco se ha vuelto el ídolo del orbe, el héroe humanista de un mundo moderno que se ha emancipado de la ley natural y de la ley divina, el niño mimado de una sociedad sin Dios y sin más ley que la que dictamina la soberanía popular, el líder indiscutido e indiscutible de la modernidad  anticristiana pluralista y secularizada.

  Ha sido elegido como « hombre del año » y ha ocupado la primera plana de las publicaciones más emblemáticas de la prensa occidental decadente y « progresista » : Time, Vanity Fair, Rolling Stone, The Advocate, The New Yorker, para no citar más que algunos de los principales portavoces del mundialismo laicista-feminista-homosexualista, que han hecho del humilde residente de la Casa Santa Marta su ícono absoluto e incontestable, propulsándolo al estatuto cuasi mesiánico de líder religioso planetario. Lo cual no debería extrañarnos demasiado, considerando que Francisco encarna a la perfección la ideología gnóstica, naturalista y ecuménica de la francmasonería, cuyos ideales laicos y humanistas constituyen la quintaesencia del pensamiento bergogliano :
  « El proselitismo es una solemne tontería, no tiene sentido. Hay que conocerse, escucharse y hacer crecer el conocimiento del mundo que nos rodea. A mí me sucede que después de un encuentro tengo ganas de tener otro, porque nacen nuevas ideas y se descubren nuevas necesidades. Esto es importante: conocerse, escucharse, ampliar el círculo de los pensamientos. El mundo está recorrido por caminos que acercan y alejan, pero lo importante es que lleven hacia el Bien. »


  « Los males más graves que afligen al mundo en estos años son la desocupación de los jóvenes y la soledad en la que se deja a los ancianos. Los ancianos tienen necesidad de cuidados y de compañía; los jóvenes de trabajo y de esperanza, pero no tienen ni lo uno ni lo otro, y el problema es que ya no los buscan. Han sido aplastados en el presente. Dígame usted: ¿se puede vivir aplastados en el presente? ¿Sin memoria del pasado y sin el deseo de proyectarse en el futuro construyendo un proyecto, un porvenir, una familia? ¿Es posible continuar así? Esto, en mi opinión, es el problema más urgente que la Iglesia tiene ante sí. »


  « Observo por mi parte que Dios es luz que ilumina las tinieblas aunque no las disuelve, y una chispa de esa luz divina está dentro de cada uno de nosotros. En la carta que le escribí recuerdo haberle dicho que también nuestra especie acabará, pero no acabará la luz de Dios que en ese punto invadirá a todas las almas y será todo en todos. » (Cf. p. 10 :


  « Los animo a que sigan trabajando para crear esta aldea humana, cada vez más humana, que ofrezca a los niños un presente de paz y un futuro de esperanza. » (Dicho en el marco de su proyecto laico, mundialista y ecuménico de las « Escuelas para el Encuentro » :                                                                                                            

  « Espero que la sangre derramada se convierta en semilla de esperanza para construir la auténtica fraternidad entre los pueblos. » (Refiriéndose a tres religiosas italianas decapitadas en Africa :




 Alejandro Sosa Laprida

Nacionalismo Católico San Juan Bautista


sábado, 11 de octubre de 2014

Semana Fantástica en el Sínodo: Rebajas y Multiprecio – Fray Gerundio de Tormes


Conforme avanza este Sínodo, tan calculadamente preparado desde hace meses ante la opinión pública, y tan eficazmente organizado en la tramoya de los planes de la empresa Destruccciones y Derribos, Ltd., se va viendo con más claridad lo que ha sido, lo que es y lo que se sospecha que será. Yo le llamo el Sínodo de las Rebajas, y así se está manifestando en esta última semana. Ya van saliendo poco a poco los temas que se buscaron voluntariamente en la famosa encuesta de hace meses. Ya van surcando el espacio de tiempo que les queda, antes de acabar con todo lo que es la belleza y la seriedad sobrenatural del matrimonio cristiano, que por algo es un sacramento. En la calle ya se da todo por hecho. Y en el Aula Sinodal, sospecho que también.


Como si se tratara de unos Grandes Almacenes, la Iglesia de hoy también propone sus temporadas de rebajas fantásticas, de ofertas a precios increíbles y de viajes inimaginables para jubilados. Claro que en este caso no se trata de viajes o de productos de variado pelaje. La Iglesia, bajo la tutela de Francisco-Kasper, ha decidido hacer su particular Semana Fantástica de Rebajas en el Matrimonio, a la vista de lo difícil que es vivirlo en la actualidad. Vamos, que los cristianos de las épocas que precedieron a este siglo XXI fueron unos tarambanas y zascandiles al aceptar, con la cabeza gacha, todo lo que la Iglesia les imponía.

Ahora nos dicen que hemos superado esos tiempos, porque han cambiado muchas estructuras, costumbres y culturas de nuestra sociedad moderna. Sin embargo, yo veo que lo que aceptamos es lo que el Mundo nos impone. Que el Mundo impone el matrimonio homosexual, pues hay que revisar si no será una opción a tener en cuenta para que los pobres no sufran; que el Mundo nos impone el divorcio las veces que haga falta, pues tendremos que acompañar a los sujetos que han sufrido esta crisis, para que no se les vaya a paseo su auto-confianza; que el Mundo impone las uniones civiles, pues hay que comprender, que en ellas encontramos muchas veces más amor que en las sacramentales. Jesús dijo: Vosotros no sois del Mundo. Pero bueno, eso fue antes.


Total, que se establece un Plan de Rebajas adecuado a los pecados que componen todo este espectro que acabo de citar, y los acogemos, los comprendemos, los acompañamos, (esta palabra decía el Sucesor (¿) de San Ignacio: desde luego si yo fuera un esposo y me dijera el P. Nicolás que quería acompañarme, salgo corriendo), les sonreimos, les damos la mano… y les dejamos que sigan en su pecado porque no hay que herir (cuánto ha herido la Iglesia en el pasado), no hay que agobiar, no hay que desanimar y hay que insistir en lo positivo. Porque hemos de saber, que hay muchos que insisten en lo negativo y desaniman a los que se han decidido a pecar y permanecer en esta situación.

Me imagino que cambiarán el texto del Evangelio y veremos al Señor diciendo a la mujer adúltera:

“-¿Dónde están los que te acusaban?

-Son los de la Iglesia anterior al Vaticano II, Señor. Pero se han ido al Sínodo. Y se están sometiendo a un curso de reeducación kasperiana.

-¿Ninguno de ellos te condena?

-Ninguno, Señor.

-Pues ea, tampoco yo te condeno. Busca al aldúltero con el que estabas y veniros esta tarde a que os dé la comunión a los dos. Seguramente habéis sufrido mucho con esta situación. Quiero insistir en la parte positiva, así que venid que os acoja. Sé que en el fondo teneis un amor mucho mayor, más perfecto y más cristiano que los tontucios de las Bodas que tuve el otro día en Caná. Fíjate si eran tontos, que se casaron en Mi Presencia. Creo que fue nulo ese matrimonio, porque estaban pensando en el vino, y en eso se les fue la ceremonia.”

Así son las rebajas. Lo que antes te costaba 40, ahora te lo llevas por 20 y encima tres prendas más. Y si no te gusta, lo puedes devolver en tres meses. Y los Tribunales Matrimoniales hay que multiplicarlos para que expidan nulidades al mayor ritmo posible. Parece que algunos se han quejado de que esto va muy lento.

Puede parecer que exagero y que mi vena frailuna está delirando en estos días de Octubre, pero si ven enteretito este video (si no les pone nerviosos la vocecita atiplada del narrador, que se encuentra feliz de lo que relata), verán que me quedo corto. Los cinco puntos clave son cinco bombas al Matrimonio de siempre y a la Iglesia de siempre.

No les cito las frases por escrito para que las puedan saborear en el video. Huelen a oveja. Saben a misericordina. Reflejan comprensión… pero huelen también a Obispos Traidores (si se me permite la expresión, porque yo también quiero expresarme libremente, en una Iglesia libre).

Eso sí. Todos felices de haberse conocido. Por fin se abren las puertas a la libertad. Una Iglesia pobre y libre, en la que se habla con libertad, en un Sínodo libre… que se celebra a puerta cerrada. Debe ser para que no veamos que a los Obispos que no piensan como Francisco Kasper, les dan palmetazos y les obligan a repetir cincuenta veces: ¡¡Kasper hace teología de rodillas!!, mientras están de cara a la pared.

Lo malo es que no parece que haya ningún Prelado que se oponga; da la impresión de que no hay oposición, o es tan timidita… que ni se oye. Me parece que ha llegado la hora de que un buen grupo de cardenales, pongan sus birretes encima de la mesa y le canten las cuarenta a todos estos adúlteros de la Palabra de Dios. Y luego los acompañen, pero al confesonario. Porque como no lo hagan, veo a todos los Obispos del Sínodo desfilando en el día del Orgullo de lo que sea, tan contentos y tan felices. Por algo el cardenal Dolan ha dicho ya que participará en el desfile de San Patricio, al que también van los gays de turno. Estos cardenales tienen un olfato exquisito para algunas cosas. Olor a oveja gay.

De momento, ya tienen una monja transexual, a la que hay que acompañar, ayudar y querer. Ya lo dice ella: Dios no me odia. Pues yo tampoco, pero no la quisiera ver rondando mi confesonario, a menos que venga bien arrepentida/o/e/@. Y lo primero es pedirle que se vaya a su casita y ponerle una penitencia gorda a las superioras/es/@s que la han acogido. Este tipo de acompañamientos me dan miedo. A lo mejor la invitan los Padres Sinodales a que cuente sus experiencias…y luego la aplauden.

¡Señor ten piedad!




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viernes, 10 de octubre de 2014

La estupidez, cualidad sobresaliente en el hombre – P. Alfonso Gálvez Morillas


La única cosa en la que el hombre es capaz de emular al Ser divino, 
en lo que respecta a la Infinitud, es la estupidez

(Proverbio Chino)


   La antigua Biblia Vulgata decía que el número de los necios es infinito,[1] y así fue como lo tradujo San Jerónimo. En las modernas versiones, realizadas a partir de la mitad del siglo XX, el texto aparece muy modificado. En la versión de la Neovulgata, después de la revisión ordenada por el Concilio Vaticano II, se lee algo muy diferente: Quod es curvum, rectum fieri non potest; et, quod deficiens est, numerari non potest, que algunos traducen como que lo torcido no se puede enderezar, y la nada no se puede enumerar. Lo que queda ya un poco lejos del original jeronimoniano. Los modernos exegetas nos darán una multitud de explicaciones sobre los recientes estudios bíblicos, etc., que nosotros ---simples mortales--- no vamos a discutir. De todas formas, podemos quedarnos tranquilos, en cuanto que la afirmación es tan obvia que no hacía falta que la Biblia nos la dijera. Porque efectivamente, cualquiera puede comprobar fácilmente que el número de los tontos es infinito.

  Los que éramos jóvenes hacia la mitad del siglo pasado, oíamos con asombro algo que por entonces se solía decir. Dado que los Estados Unidos es todavía un país joven, sus manuales de Historia no contaban con sobrada materia para hacer elucubraciones; por lo que no era extraño que dedicaran varios capítulos a describir el aspecto y la biografía del perro del médico de Abrahán Lincoln. Podemos dar por seguro que se trataba de una exageración en boca de la gente; pero también es posible que piensen en la exageración las generaciones futuras, cuando oigan que estos días en Madrid se han congregado más de cien mil personas para protestar por la eliminación (por razones evidentes de seguridad) del perro de la enfermera contagiada del virus del ébola. Y es que, como cualquiera puede comprender, es hoy día el problema más grave existente en España (todos los demás no han merecido el menor alzamiento de voz). Hay quien dice por ahí que los españoles hemos perdido la cabeza, que es una afirmación que podría haber sido refrendada por el mismísimo Aristóteles redivivo.

  Pero la prueba más palpable de que la frase de San Jerónimo tenía que haber sido conservada, la tenemos bien cerca en la celebración del Sínodo sobre la Familia, que en estos momentos se está llevando a cabo.

  En él coinciden cuidadosamente dos elementos perfectamente ensamblados: un extraordinario e inteligente montaje preparatorio, en el que nada falta y en el que todo ha sido perfectamente estudiado, de una parte..., y el propósito de despistar a ingenuos, bobalicones, neocones, gentes de corazón abierto y buena voluntad, almas del todo está bien y aquí no pasa nada, antialarmistas, etc., etc., de otra.

  El discurso de apertura fue encomendado al Cardenal Sistach, Arzobispo de Barcelona. El Cardenal no sabe nada de Filosofía ni nada de Teología; y mucho menos de Pastoral, la cual nunca ha ejercido. A no ser que se considere pastoral la intensa labor por él realizada de exterminio y destrucción de todo vestigio de catolicismo en la región española de Cataluña, que ha quedado convertida en un verdadero erial. Y no vale la pena tratar de buscar las razones por las que fue elegido para este evento, puesto que es lo más probable que la cosa no fuera más allá que de cumplir una formalidad intrascendente con el primero de quien echar mano. A no ser que los organizadores desearan adelantar, mediante un gesto críptico, que el Sínodo se proponía pasar el rodillo por todo lo que todavía pudiera quedar de Tradición en la Iglesia.

  Supongo que a estas alturas ya no quedará nadie que piense que todo quedará en discusiones para acabar donde siempre, dado que la Doctrina es clara e inmutable y no se puede hacer otra cosa. Aunque no debemos olvidar en ningún momento lo dicho al principio: que el número de los tontos, etc. De lo que se sabe a través de los concisos y elaborados comunicados de prensa se deduce claramente que los Organizadores van a por todas. También está claro que las discusiones siguen todas la dirección previamente trazada, además de insistir en los tópicos que todos conocemos. Exactamente lo mismo que sucedió en el Concilio Vaticano II, cuando el Rin desembocó en el Tiber; sólo que ahora el Rin lleva un caudal más abundante, mientras que el Tiber, ya casi exhausto y con el cauce casi seco, está dispuesto a recibir lo que sea.

  También sería lógico pensar que ya no habrá quien crea que todo quedará reducido a una discusión entre la teoría y la praxis; donde quedará bien claro que la praxis necesariamente ha de derivar de la doctrina, etc. Como si Kasper y Cia. fueran tontos. Por eso, volviendo a lo del principio, estoy convencido de que no es cierto que los hombres que forman el conjunto de la Humanidad se dividan en buenos y malos. Pues desde luego no es así, porque la verdadera clasificación es la de buenos, malos e idiotas, en número creciente de menor a mayor y según ese mismo orden.

  Para entender el pensamiento de Kasper,[2] necesitamos retroceder a una de sus primeras obras pero que es seguramente la principal: The Absolute in History in the last Philosophy of Schelling, publicada en 1965 y traducida por Jaca Book in 1986. De hecho Walter Kasper pertenece a la Escuela de Tubinga, la cual, como él mismo escribe en este estudio, supone el comienzo de una renovación de la teología en el Catolicismo alemán, mediante el encuentro de Schelling y Hegel (p.53). La metafísica es la de Schelling (1775-1854), un gigante solitario (p.90), de cuyo carácter gnóstico y panteístico el teólogo alemán trata en vano de liberarse. En su última obra, Philosophie der Offenbarung (La Filosofía de la Revelación), en 1854, Schelling opone la Cristiandad histórica a la dogmática. Schelling ---dice Kasper--- no considera las relaciones entre el natural y el sobrenatural de una forma estática, metafísica y extratemporal, sino de una manera dinámica e histórica. Lo esencial de la Revelación Cristiana consiste en que es historia (p.206).

  Por eso la Cristiandad, para Kasper, más bien que ser doctrina, es historia o praxis. En su obra más famosa, Jesus The Christ, (Queriniana, Brescia 1974), desarrolla su Cristología en clave histórica, derivada a su vez de La Filosofía de la Revelación, del filósofo idealista alemán.

  En la Cristología y la Eclesiología de Kasper, la Iglesia es, primeramente y ante todo, pneuma, Sacramento del Espíritu. Una definición del Cardenal alemán que corrige la definición jurídica de Pío XII en la Mystici Corporis (La Iglesia, Lugar del Espíritu, Queriniana, Brescia, 1980, pag. 91). El campo de acción del Espíritu Santo de hecho no coincide, tal como lo pretende la Tradición, con el de la Iglesia Católica Romana, sino con una gran realidad ecuménica o Iglesia de Cristo de la que la Iglesia Católica forma parte.

  Según Kasper, el Decreto del Vaticano II sobre el Ecumenismo conduce a reconocer que la única Iglesia de Cristo no se limita a la Iglesia Católica, sino que ésta comparte su existencia con las otras Iglesias separadas y comunidades eclesiales. La Iglesia Católica es incompatible con un Evangelio selectivo, sino que se expande, de manera omni--comprensiva, tanto en el tiempo como en el espacio (The Catholic Church – Essence, Reality, Mission, Queriniana, Brescia 2012, pag. 289). La misión de la Iglesia consiste en salir de Sí misma hasta alcanzar una dimensión que la hace ser verdaderamente universal.

  Estas teorías quedan reflejadas en la teología moral de Kasper, según la cual la experiencia del encuentro con Cristo disuelve la Ley. O dicho aún mejor, la Ley es un estorbo para el hombre, el cual debe ser libre y llegar así al encuentro de la misericordia de Cristo. Schelling, según su filosofía panteística, absorbe el mal hasta dentro de Dios. Kasper absorbe el mal en el misterio de la Cruz, en la que él ve la negación de la metafísica tradicional y de la Ley Natural como procedente de ella. Para Schelling ---dice--- el paso de la filosofía negativa a la positiva es al mismo tiempo el paso de la Ley al Evangelio (The Absolute in History, pag. 178). Así es como ve el Cardenal alemán el paso de la Ley al Evangelio: en la primacía de la praxis pastoral sobre la doctrina abstracta.

  Kasper no cree en una Ley Natural absoluta y universal. En el Instrumentum Laboris, o el Documental oficial Vaticano preparado como base para el Sínodo, su repudio de la Ley Natural es claro y evidente, aunque se presente en clave sociológica mejor que en una teológica: El concepto de ley natural, considerado en diferentes conceptos culturales, resulta altamente problemático cuando no incomprensible (n. 21). Y añade que hoy en día, no sólo en el Oeste, sino en una cada vez mayor parte del mundo, la investigación científica plantea un serio desafío al concepto de naturaleza. La evolución, la biología y la neurociencia, una vez que se confrontan con la idea de la Ley Natural, concluyen que ésta no es “científica”.

  De manera que, para nuestro Cardenal, la idea de naturaleza (y por lo tanto del pecado o de leyes fundadas en ella) es un puro mito.

  De manera que el buen señor va bien pertrechado. Y los ingenuos que pretendan combatirle con los conceptos tradicionales, van listos. Claro que en el Sínodo, los únicos que saben teología y filosofía son los organizadores (de nuevo los teólogos alemanes, el Rin y todo eso). Si alguno de los demás ha oído alguna vez hablar de Schelling y de Hegel, quizá los haya confundido con unos nuevos fichajes del Juventus, del Roma o del Real Madrid.

  ¿Se han fijado ustedes como se está reservando su intervención para el final?

  Y es que el Sínodo significa mucho más que una Convención para arreglar asuntos de familia. Los cuales, por supuesto, también se arreglarán. Pero en realidad se trata de un verdadero montaje para asestar, aún más allá de eso, otro golpe de muerte a la misma línea de flotación de la Nave de la Iglesia.

  Sin embargo ---puede todo el mundo tenerlo por seguro--- siempre habrá quien siga pensando que la intervención de Sistach fue decisiva y que el sacrificio del perro de la enfermera (gravísimo problema) ha sido un tremendo error y un atentado que va a impedir la investigación sobre el virus del ébola (problema minúsculo y que a nadie interesa).

  El número de los tontos es infinito. ¿Por qué tendrían que corregir a San Jerónimo?


P. Alfonso Gálvez Morillas

[1] Ece 1:15.
[2] Tomo estas ideas del interesante artículo de Roberto de Mattei Synod and Truth: Understanding In Depth the Grave Errors of Cardinal Kasper, que he encontrado en la web de Rorate Caeli y que, redactado en inglés, ha sido traducido a su vez del original italiano.



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