San Juan Bautista

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jueves, 4 de abril de 2013

LA VERDAD SOBRE HIROSHIMA Y NAGASAKI


Nota de NCSJB: Señalando algunas verdades históricas, desconocidas y de hecho escondidas para la gran mayoría de la humanidad, vamos a demostrar la intervención perversa y demoníaca de la Masonería en todos los conflictos mundiales de los últimos siglos. De esa manera nos interesa concluir que ningún sacerdote, obispo, cardenal o Papa, pueden por lo tanto ser amigos de estos satánicos enemigos de la Iglesia y de la humanidad.

 Recordando las verdaderas causas de los ataques nucleares ordenados por Harry Truman, Presidente de los Estados Unidos de América, tras su reunión con sus aliados Churchill y Stalin en la Conferencia de Potsdam.

 Los bombardeos atómicos sobre Hiroshima Nagasaki se efectuaron el 6 y el 9 de agosto de 1945, después de seis meses de intenso bombardeo de otras 67 ciudades japonesas. El arma nuclear Little Boy fue lanzada sobre Hiroshima el lunes 6 de agosto de 1945, seguida por la detonación de la bomba Fat Man el jueves 9 de agosto sobre Nagasaki.

  Se estima que hacia finales de 1945, las bombas habían asesinado a 140.000 personas en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki, de los cuales la mitad fallecieron los mismos días de los bombardeos

  Entre las víctimas, del 15 al 20% murieron por lesiones o enfermedades atribuidas al envenenamiento por radiación. En ambas ciudades, la gran mayoría de las muertes fueron de civiles. Hiroshima y Nagasaki eran dos ciudades muy secundarias desde el punto de vista militar por lo que no había justificación "técnica". Sin embargo eran las dos ciudades de mayor tradición católica en Japón, desde el siglo XVI.
Urakami Tenshudo (Iglesia Católica en Nagasaki. Enero de 1946. Urakami fue el epicentro del bombardeo en Nagasaki y su catedral, destruida una de las iglesias más grandes de Asia.

  Entre las víctimas de la bomba atómica de Nagasaki desaparecieron en un día dos tercios de la pequeña pero vivaz comunidad católica japonesa. Una comunidad casi desaparecida dos veces en tres siglos.

  Harry Truman, miembro del partido demócrata, firma la carta de las Naciones Unidas, que en su configuración y desarrollo real, es el primer jalón en la constitución de un Gobierno Mundial.

  Pero, ¿por qué un individuo que viola la convención de La Haya, que prohíbe expresamente el bombardeo de ciudades con civiles, aunque haya objetivos militares incluidos en su perímetro (acápite 23), y provoca tal holocausto de inocentes, no está demonizado, como Hitler?

  Parece que en este caso también se cumple el adagio de Maquiavelo:
“Aquellos que triunfan nunca resultarán avergonzados por el modo como hayan triunfado” 
                                                                                  
  Quizá esta foto sea la explicación más plausible de por qué Truman, y el sistema que representa, no sean considerados por la opinión pública genocidas.
  

 Masonic portrait of Harry S. Truman by Greta Kempton. January 20, 1949 en la Harry S. Truman Library and Museum

  El cardenal Biffi en su libro de memorias se hace una pregunta inquietante:
 “Podemos bien suponer que las bombas atómicas no hayan sido tiradas al azar. La pregunta es por lo tanto inevitable: cómo así se escogió para la segunda hecatombe, entre todas, precisamente la ciudad de Japón donde el catolicismo, aparte de tener la historia más gloriosa, estaba más difundido y afirmado?" Giacomo Biffi, "Memorie e digressioni di un italiano cardinale [Memorias y digresiones de un italiano cardenal]", Cantagalli, Siena, 2007, pp. 640

  Truman se inicia en la masonería en 1909 en la Logia Belton No. 450, en Missouri. En mayo de 1959, el ex presidente Truman fue condecorado con un premio de 50 años, el único presidente de los Estados Unidos en alcanzar ese aniversario dorado en la masonería.

  Otro criminal de guerra, genocida y asesino de civiles inocentes, por bombardeos de saturación, es el mariscal británico Arthur Harris ("Bomber Harris") que actúo siguiendo las órdenes de la potencia liberal británica por lo que ésta le reconoció ennobleciéndole (Baronet - 1 Enero 1953. Conferido 13 Feb 1953).

  Las bombas de Hiroshima y Nagasaki acabaron con la vida de más de 250.000 personas y dejaron un legado de horror que aún perdura en nuestros días. En los siguientes años, la destrucción de ambas ciudades quedó asociada con las imágenes de edificios arrasados y llanuras llenas de escombros. Pero, ¿dónde estaban las víctimas? A principios de 1946, las autoridades estadounidenses habían ordenado la destrucción de centenares de fotografías y prohibido la difusión de cualquier testimonio de la masacre. Se prohibió a la población japonesa cualquier comentario sobre los bombardeos o las informaciones que pudieran “alterar la tranquilidad pública”.

  Con los años, salieron a la luz algunos de los documentos clasificados como “alto secreto”, pero Hiroshima y Nagasaki siguieron quedando como un terrible dato en la enciclopedia; a diferencia de lo que sucediera con otras infaustas masacres - las pilas de cadáveres de Mauthausen o los gaseados en el Kurdistán -, en Hiroshima y Nagasaki no quedó imagen ni conciencia del horror, solo unos centenares de miles de víctimas sin nombre, convertidas en una cifra escalofriante a la que nadie ponía cara.

  Lo que vais a ver es un testimonio de la más horrible destrucción causada por el ser humano, una recopilación de fotografías que se han publicado otras veces, pero raramente juntas. Aquellos que no estén preparados, o solo sientan el impulso del morbo, por favor, que se queden en la puerta. Los demás, pasad con respeto; el único objeto de esta entrada es evitar que la ignominia caiga en el olvido.



Nacionalismo Católico San Juan Bautista

"Donde no hay verdad, no puede haber fidelidad"

1 comentario:

  1. Una curiosidad: la posición de las manos de los tres genocidas que se ven en la foto, recuerda "casualmente" a la "cadena de unión" masónica.

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