San Juan Bautista

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lunes, 13 de julio de 2020

1941 - 1942 El Plan Barbarroja victorioso - Luis Alfredo Andregnette Capurro



En capitulo anterior, señalamos con documentación probatoria, la conmixtión capitalista con la feroz tiranía de la URSS cuyos días estaban contados si no se la auxiliaba urgentemente. En buen romance, estaba en peligro el germen del Estado mundial. El sueño esotérico clave del masonismo. Por ello el frenesí, del venerable “hermano masón” Delano Roosevelt, apurando la ayuda norteamericana y su presencia en la guerra. El mismo día que comenzaba la Cruzada Antikomintern ordenó al Subsecretario de Relaciones Mr. Welles que hiciera conocer al mundo que los EEUU apoyaban al gobierno del Kremlin. El respaldo era absoluto, porque el ataque Germano “se realizaba contra una democracia”. Pocos días después, el 30 de junio, Harry Hopkins, enviado por Roosevelt, llegaba a Moscú para ofrecer toda la ayuda necesaria… y aún más. En su libro “Amenaza Mundial” el ex Embajador en Moscú Williams Bullit corrobora que “Hopkins no pidió nada a cambio”. Ello nos dice claramente que, el “romántico fariseo” Roosevelt (enviando al que conocía como agente secreto del soviet) seguía alimentando un ideal internacionalista el que, logrando la victoria del socialismo a escala mundial, surgirían las condiciones para la unificación gradual de todas las naciones.

La Sociedad de Naciones de Wilson y sus 14 Puntos en Versalles (1918) y años con la O.N.U. nacida de la Carta firmada en San Francisco (1945), anidaba el huevo de la serpiente porque allí, estaba y está, toda la utopía esotérica.

En esos días plenos de alienación e insensatez, Churchill se dirigía a la Cámara de los Comunes ante la que declaraba a voz en cuello: “Gran Bretaña marchará hombro con hombro con la Unión Soviética contra la agresión”… A renglón seguido prometía a Stalin “la total ayuda del Imperio Británico”. El obeso líder conservador no tomaba conciencia que, con la decisión de apuntalar al bolchevismo, estaba redactando el acta de la sentencia de muerte de Imperio Británico. En toda su carrera política, como conservador, había combatido a la izquierda nihilista. Por eso cabe preguntarse si el Premier estaba en su sano juicio rechazando, poco antes, las ventajosas ofertas de paz que había hecho el Caudillo alemán.

En tanto ese día de junio, en alocada contrapartida, se entregaba totalmente para salvar al comunismo internacional. No podemos dejar “en el río de las sombras”, (Seneca dixit) lo que escribiera el añoso Tory en 1935 y1937 alabando a los Caudillos de las Revoluciones Nacionales a los que, en 1941, odiaba hasta disparar contra su propio pueblo hundiendo de paso a Europa.  Eso lo hizo en Yalta en 1945 en compañía de Delano Roosevelt y del bestial Stalin perteneciente a una conspiración mundial para delinquir denominada en un principio “Komintern” y luego de la guerra “Kominform”.

Veamos esas opiniones a las que aludimos; aquí, va la primera fechada en Londres 1935 con el titular “Great Contemporaries”: “Los que se han encontrado con Herr Hitler cara a cara en asuntos públicos o en términos sociales han podido apreciar que se trata de un político altamente competente, ponderado, bien informado, de modales agradables y una desarmante sonrisa”. En 1937, en la publicación “Step by step” escribía: “Si nuestro país fuera derrotado, desearía que encontráramos un campeón tan indomable como el señor Hitler para restaurar nuestro coraje y conducirnos, otra vez, al lugar que nos corresponde entre las naciones”. Referente a Mussolini, en el trabajo antes nombrado, expresaba: “El genio romano, encarnado por Mussolini, el más grande de los legisladores modernos, ha enseñado a muchas naciones cómo puede resistirse el asalto del Comunismo y ha indicado la ruta que un país puede seguir cuando es valerosamente conducido”. “Con el régimen fascista, Mussolini, ha establecido un centro de orientación a partir del cual los países enzarzados en la lucha con el Comunismo deben encontrar la salvación. Mussolini ha señalado a los pueblos que sufren bajo la influencia marxista el camino para escapar la catástrofe que los amenaza”. En la citada Yalta el contradictorio conservador y el masón norteamericano aceptaron el chantaje de Stalin quien exigió a cambio de declarar la guerra contra el derrotado Japón la anexión de la Polonia oriental, la formación de un gobierno en Varsovia no hostil a la U.R.S.S., la libertad para ejercer su poderosa influencia sobre Bulgaria, Rumania, Checoeslovaquia y Hungría, y la cesión posiciones estratégicas importantes en el Oriente. El 8 de agosto, la U.R.S.S. declaraba la guerra al Japón. Dos días después, el Imperio del Sol Naciente, destruido por las bombas atómicas, aceptaba las condiciones de Londres, Washington y Moscú, rindiéndose incondicionalmente. Stalin había tenido tiempo para irrumpir con 750.000 hombres en Manchuria y la península de Liao- Tung, apoderándose de puerto Arturo…

La prensa financiada por inconfesables intereses británicos, a ocho columnas y en primera página estampaba: “Un vuelco imprevisto se ha dado en la colosal contienda” relatando que “en Londres hay lágrimas y júbilo”. Espectaculares manifestaciones donde oradores, desde las tribunas, con lágrimas en los ojos, clamaban adjetivando de “heroico al pueblo soviético…”. A este respecto, no podemos dejar de lado el relato contado por el entonces Presidente Nardone al señor padre del que esto escribe y al mismo autor. El asunto se refiere a cómo fue clausurado un órgano de prensa, titulado “Libertad”, que se editaba en Montevideo y que no ocultaba sus simpatías por el eje Roma-Berlín. El mismo era dirigido por el ingeniero Kayel que, siendo diputado fue desaforado por haber expresado en un discurso sus votos por la victoria de la Cruzada anti bolchevique a la que nos estamos refiriendo.

Lo sucedido, según el Presidente amigo, fue lo siguiente: Uno de los días que nos ocupan, se presentó en la a redacción de “Libertad” un funcionario de la embajada británica solicitando que el cotidiano dejara de aparecer. La negativa del director Kayel fue cortante, a lo que el británico señaló que, entonces iban a tomar medidas. Una de ellas, era cortar los suministros de papel. Ante esas expresiones el ingeniero Kayel contestó que el papel, que se tenía en lugar no revelado, alcanzaba para dos años. El empleado de la “Embassy” abandonó su asiento y dijo para despedirse: “iremos por otro sendero más radical. Dos días después el sumiso Presidente de la República General Alfredo Baldomir decretó la clausura de “LIBERTAD”.  

El 2 de octubre con motivo de los 100 primeros días de la Cruzada anti-komintern, el Führer se dirigía a las tropas en el Frente Oriental. De esta manera se expresaba en uno de los pasajes de la alocución. “Mientras tanto, camaradas, habéis reconocido, primero, que este enemigo se había pertrechado militarmente, para su ataque en medida tan inmensa, que aún nuestras peores aprensiones, se vieron sobrepujadas, segundo ¡que Dios se apiadara de nuestro pueblo y de todo el mundo europeo si este enemigo hubiese lanzado sus decenas de miles de tanques contra nosotros…!”. A renglón seguido el Führer pasó a dar cifras concretas: “Habéis tomado más de 2.400.000 prisioneros destruido o tomado más de 17.500 tanques, más de 21.000 cañones y derribado o destruido en tierra 14.200 aviones”. “Ahora, camaradas, habéis visto personalmente este paraíso de obreros y campesinos”.  “En este país que, por su extensión y feracidad, podría alimentar al mundo entero, impera una miseria inconcebible para nosotros los alemanes. Éste es el resultado de 25 años de dominación judaica...”.

El 25 de agosto del mismo año 1941 ingleses y soviéticos invadieron y ocuparon Irán, Nación neutral, para dejar abierta una ruta desde la cual abastecer al Esclavismo bolchevique. La resistencia de la URSS dependía, entonces, de tres líneas de comunicación con el capitalismo anglosajón y su elite dirigente. A través de ellas recibía la ayuda militar del Fariseo de la Casa Blanca. Ésta es comparable al sepulcro blanqueado del que nos habla Jesús Nuestro Señor: brillante por fuera, pero lleno de podredumbre por dentro.

Veamos el aspecto clave. La línea de Arkangel por el Ártico; la de Vladivostok, por el Pacífico, que tenía que empalmar con 10.000 kilómetros de transiberiano, y la del Golfo Pérsico, de muy difíciles comunicaciones terrestres. En los meses de 1941, las tropas de la Wermacht fueron recibidas como libertadoras.  Las poblaciones de campesinos rusos los recibían con flores y quedaban admirados al observar las iglesias, cerradas por los bolcheviques, para ser convertidas en depósitos eran reabiertas al culto y sus sacerdotes reintegrados a su prédica cristiana. A esta altura del artículo demos un vistazo en bloque de la campaña victoriosa de las divisiones de la coalición Cruzada Barbarroja leyendo como la relata el historiador-revisionista Joaquín Bochaca: “La Wehrmacht y sus aliados se enfrentaban a un enemigo que, numéricamente, les doblaba en efectivos. Pero mientras la moral combativa de las tropas europeas era muy elevada, el “glorioso” Ejército rojo se movía con escasa elasticidad… Abundaban las deserciones en masa. Treinta divisiones son cercadas en Minsk; veintidós en Smolensk… las tropas alemanas avanzan a razón de sesenta y setenta kilómetros diarios. La Luftwaffe destruye, solo en los dos primeros días de guerra, casi tres mil aviones, en combates aéreos o en tierra. Los alemanes cruzan el histórico rio Berezina y atraviesan la Línea Stalin. En el sector Norte, las tropas de Von Leeb, partiendo de Prusia Oriental, engullen rápidamente los países bálticos. En Kaunas, capital de Lituania, se ha formado ya un Gobierno nacional, que proclama la independencia del país, y ofrece su colaboración a Alemania en la lucha contra el bolchevismo; lo mismo ocurre en Estonia y Letonia (la Legión letona llegará a ser uno de los cuerpos de élite de la S.S.), en Ucrania polaca y en la Polonia Oriental son liberadas por las tropas de Von Bock y Guderian. Incluso, en el Cáucaso, ocurren rebeliones antisoviéticas ante el anuncio del rápido avance alemán. Las tropas alemanas, al mando del Mariscal Antonescu avanzan hacia Odessa. Más al norte, Von Rundstedt atraviesa la frontera ruso-polaca en dirección a Kiev. Pero la resistencia se va endureciendo. La N.K.W.D. y los comisarios políticos son los autores de este aumento de la combatividad de las tropas soviéticas. Se instala un verdadero “apparat” policiaco dentro del Ejército rojo; la delación está a la orden del día; las represiones alcanzaran incluso a varios generales; una simple palabra, considerada “derrotista”, conduce directamente al pelotón de fusilamiento. Detrás de las unidades de primera línea se instalan patrullas de represión de los que intentan replegarse o desertar…”.

Falta algo por decir por lo que, proseguiremos, Dios mediante, en cercana edición.

Luis Alfredo Andregnette Capurro

Desde la Muy Fiel y Reconquistadora Ciudad de
San Felipe y Santiago de Montevideo.


Nacionalismo Católico San Juan Bautista


8 comentarios:

  1. Esperamos con ansias la continuación de esta exposición

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  2. Un error grave fue remover a Von Leeb por motivos religiosos, cuando Ritter tenía todo listo para atenazartodo el norte del frente Stalingrado y Moscú.
    Espero pronto la continuación de esta saga germana que pudo liberarnos de la judeomasinería mundial definitivamente.
    Slds.
    DRVLDC

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    1. No lo removieron, renunció porque no tenía fe en lo que estaba haciendo, Hitler dijo: "Como buen católico le interesaba mas rezar que pelear". Von Leeb dirigía el grupo de ejércitos norte que avanzaba sobre Leningrado, los otros dos grupos, el de Moscú y el del sur, estaban al mando de otros generales. La invasión a Rusia tendría que haber comenzado 15 días antes (esto era muy importante porque los alemanes avanzaban 90Km por semana y esos 15 días se lo ganaban al invierno), pero Mussolini se mandó la "genialidad" de atacar a Grecia y Yugoslavia y se quedó atascado y el ejército alemán tuvo que ir a sacarlo del atolladero. Esto trajo dos consecuencias funestas: 1.- el tiempo que le hizo perder a Alemania, 2.- Franco al ver que el ejército italiano no servía para nada, pensó: Alemania está sola, y no entró en la guerra porque era muy prudente.

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  3. Estimado amigo. Yo era muy pequeño cuando la IIGM. Sin embargo, dados los comentarios de mi padre, prefería a los alemanes. Mucho más adelante, cuando iba, al Colegio Nacional, tuve una profesora de francés, que vivió la invasión. Me relató que el "brutal" ataque a Francia fue en realidad una total mentira. Ella que era una niña, recordaba perfectamente el respeto conque el pueblo francés era tratado. Obviamente, los maquis (casi todos comunistas) eran tratados como enemigos, no así los militares capturados , de manera que muchas francesas se enamoraron y se casaron con militares alemanes. Un alto prelado del Vaticano con quien tuve cierta amistad, ante una pregunta mía sobre la famosa matanza de judíos me preguntó sobre cuantos creía yo que habían matado. Yo simplemente dije 6oo.000.Su respuesta fue "solo fueron 65.000, que correspondían a muertos por enfermedades provocadas por los piojos y por hambre cuando los aliados bombardearon las rutas y vías que transportaban comida para los prisioneros, muchos de los cuales eran combatientes occidentales capturados en combate. También me lo confirmó un ex combatiente alemán de quien me hice amigo, muchos años después del conflicto. Pero ya sabemos: los victoriosos son los autores de la relación de esos hechos después del conflicto. Fijate que casi a totalidad de las películas proyectadas en Occidente, son hechas por capitales judíos. Y hay mucho más, como fue la intención de derrotar al comunismo soviético. Saludos

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    1. Si eran alemanes como Hans Altoff el marido de una pariente seguro que se enamoraban porque es gente noble de alma.

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    2. Si eran alemanes como Hans Altoff el marido de una pariente seguro que se enamoraban porque es gente noble de alma. Las cosas que cuenta esa pariente sobre el tema del marido y la guerra son para un libro.

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  4. Respuestas
    1. Gracias por su opinión. Así siempre son las cosas: la razón, es la del que gana en las contiendas aunque hayan cometido atrocidades como pasó en Japón con las dos bombas atómicas. De haber perdido la guerra, hubieran sido acusados como los mayores asesinos de seres humanos ¿no le parece?

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